El levantamiento de La Carta Geométrica De Galicia

Con este artículo, junto con los referentes al grabado de las piedras litográficas y el de su impresión o estampado en papel, concluimos la trilogía sobre la confección de la Carta Geométrica de Galicia que desde su comienzo hasta su publicación llevó 30 años (1817-1847).

Con ellos, iniciamos “Los Cuadernos de Domingo Fontán”, para conmemorar en el corriente año 2017 el doscientos aniversario del inicio de tales trabajos. Ello con independencia de ya habernos ocupado de este tema en un anterior trabajo denominado “La triangulación Geodésica de Galicia”.

El artículo al que hoy nos dedicamos, en buena lógica debía haber sido el primero, no lo fue por encontrarnos en cierta medida abrumados, ante el desafío de relatar cómo se levantó la Carta Geométrica y las serias dudas que suscitó el que se nos fuera de la mano vertir excesivos datos referentes a la Geodesia matemática que hiciesen ardua su lectura. Tampoco queríamos pecar de lo contario conformándonos en confeccionar una guía turística de Galicia siguiendo los pasos de Domingo Fontán durante esos 17 años (1817-1834), en soñados itinerarios, labor esta imposible, dado que el Geógrafo en sus Cuadernos de Campo, que así se ha querido llamar a los diferentes cuadernillos que contienen los índices de sus más de 4.000 estaciones repartidas por toda Galicia en las que se posicionó.  Fontán en esa relación de sus estaciones no le dio importancia alguna a la cronología de sus trabajos, pues ocasionalmente precisa la fecha o efectúa  comentario sobre cada una de ellas, de las que únicamente recoge su posición geográfica. Domingo Fontán nunca escribió un diario de sus operaciones geodésicas que hoy podamos transcribir, como hemos dicho se limitó a recoger los datos geodésicos para poder levantar el Mapa de Galicia en cualquier lugar y tiempo, de ello se deriva la dificultad con la que nos encontramos.

Fontán en la Sesión de las Cortes del 28 de Junio de 1838 afirmaba:

“… y conservó todos mis diarios de operaciones, todos los datos, todos los cálculos, para poder reproducir mi obra, aun cuando desaparezca, pues me bastarían tres años para volver a construirla sin salir de Madrid”. 

Así, decidimos seguir el método cronológico que no será extraño a nuestros lectores, recurriendo a la vieja práctica forense del que fue mi oficio de Abogado, que consiste en no vertir datos que no sean constatados por la llamada prueba documental, ya sea pública o privada.

De esta forma, como ya venimos haciendo en anteriores artículos, renunciando a toda narrativa literaria y centrándonos en la objetividad, hoy recogemos las vicisitudes de la vida de Fontán durante este largo periodo de 17 años, enfocando estos acontecimientos únicamente desde el prisma de los trabajos geodésicos de su Carta de Galicia.

Hemos procurado dar al lector una somera idea de los trabajos realizados y lo que es más relevante, dando notoria importancia y rindiendo el justo homenaje a sus colaboradores sin los cuales no le hubiera sido posible ultimar tan grandiosa obra y al mismo tiempo desmentir esa imagen tópica y romántica de un Domingo Fontán recorriendo Galicia ya sea en burro o a pie, en solitario cargado de un escaso e insuficiente instrumental geodésico con el propósito de levantar la Carta Geométrica de Galicia que constituye uno de los levantamientos geodésicos más importantes realizados en España durante el Siglo XIX, siendo Galicia la primera región que contó con una Carta ajustada a cálculos exactos de triangulación geodésica, así como salir al paso a determinadas críticas, que salvo mejor criterio consideramos injustas.

Su elaboración requirió tres fases:

Primero para tal empresa, Fontán se vio precisado a adquirir una formación académica que le facultase de los diferentes conocimientos. En segundo lugar, la obtención del necesario instrumental geodésico imprescindible para la medición y cálculo de las operaciones necesarias, ello con independencia del aprendizaje o manejo de tales instrumentos y por último, la realización de los trabajos de campo sobre el terreno efectuados en los meses con mejor climatología del año y la de los trabajos de gabinete, realizados en los meses de invierno al finalizar cada una de las campañas.

La formación académica de Domingo Fontán corresponde a la Universidad de Santiago de Compostela que como las demás universidades españolas brillaron por su ausencia las cátedras científicas, en las que solo se llegó a introducir los estudios de Física Experimental, Matemáticas Sublimes y Astronomía. Por ello Fontán obtuvo entre otros grados, primero el de Bachiller y después el de Licenciado en la Facultad menor de Filosofía o Artes, donde se estudiaban la Física y las Matemáticas elementales durante dos años, una vez obtenido el título de Bachiller los discípulos se podían matricular en las llamadas Facultades mayores de Teología, Cánones, Leyes y Medicina.

Fontán tuvo la suerte de conocer a una figura excepcional, al Catedrático de Matemáticas Sublimes de dicha Universidad, José Rodríguez González (Bermés, Lalín 25-X-1770 – Santiago 30-IX-1824) quien el 11 de Abril de 1801 tomó posesión de su Cátedra obtenida por concurso y oposición, en ella impartió sus clases hasta 1803 en que fue becado con 6.000 reales anuales para trasladarse a París y a Londres para ampliar estudios.

En tal cometido cuando se encontraba en París, fue comisionado por el Gobierno Español para acompañar a los Astrónomos y Matemáticos Jean Baptiste Biot y François Aragó en los trabajos de continuación de la medida del meridiano de Francia, de Dunquerque a Barcelona.

Estos trabajos dieron comienzo cuando la Academia de Ciencias de París propuso el 17 de Marzo de 1791 la adopción de un patrón de medida procedente de la propia naturaleza, que daría lugar a la creación del metro como diezmillonésima parte de un cuadrante del meridiano terrestre.

Ante la imposibilidad de medir la totalidad de un cuadrante desde el Polo Norte hasta el Ecuador se buscó como solución medir en toesas (medida lineal francesa equivalente a siete pies castellanos o 1.949,0366 metros) una parte del mismo para calcular la medida total mediante operaciones matemáticas.

El Rey de Francia Luis XVI encargó esta operación el 30 de Marzo de 1791 a Pierre François Mechain (Laón 16-VII-1774 – Castellón 20-IX-1804) y Jean Baptiste Joseph Delambre (Amiens 19-IX-1749 – París 19-VIII-1822) para que calculasen la medida del meridiano de Francia de Dunkerque, pasando por París a Barcelona mediante la técnica de la triangulación geodésica, formando cadenas de triángulos a lo largo de toda la extensión del referido meridiano calculando las dimensiones de sus lados mediante la medida de dos bases.

Del tramo de Dunkerque a Ródez, se encargó Delambre y del de Ródez a Barcelona (Castillo de Montjuic),  Mechain. El 22 de Abril de 1792  solicitada la colaboración española, el Rey Carlos IV comisionó a dos matemáticos José Chaix Isniel (Játiva 4-II-1765 – Játiva 1811) quien desempeñaba el puesto de Vicedirector del Real Observatorio Astronómico de Madrid y a Juan de Peñalver (Málaga 1763 – Madrid 1835). Terminadas las medidas el 3 de Noviembre de 1793 se construyó un patrón provisional del metro.

El 31 de Agosto de 1802, con el objeto de comprobar la exactitud del metro, nuevamente se solicita la colaboración de España para continuar extendiendo la meridiana de Barcelona hasta Formentera, comisionando nuevamente a José Chaix para que ayudase en tal cometido a Mechain,  pero esto no fue posible al fallecer de paludismo Mechain en Castellón de la Plana el 20 de Septiembre de 1804, quedando interrumpidos los trabajos, de todas formas, determinaron una diferencia de dos milésimas.

El Matemático Pierre Simon Laplace (1749-1827), solicitó de Napoleón Bonaparte la continuación de la medida del arco meridiano que Mechain y  Chaix, dejaron inconcluso en Valencia. El 20 de Septiembre de 1806 se designó para efectuar tales trabajos a los matemáticos Jean Baptiste Biot (París 21-IV-1774 – París 3-II-1862) y a François Aragó (Estagel 26-II-1786 – París 2-X-1853), y por parte de España comisionó a José Rodríguez González que como tenemos dicho en esa fecha se encontraba en París ampliando conocimientos, así Biot, Aragó y Rodríguez se trasladaron a España donde en Valencia se les unió Chaix, nuevamente los trabajos de ampliación del meridiano, llevando la triangulación hasta el Montgo en Denia, Alicante, trabajos que tuvieron que ser interrumpidos  al iniciarse la Guerra de la Independencia.

Busto de José Rodríguez González

En ese año de 1808 fue requerida la presencia de Rodríguez en Cádiz donde la Junta Central Suprema y Gubernativa se encontraba ubicada, al objeto de efectuar tres memorias, una sobre las observaciones medidas y cálculos de los trabajos de medición del meridiano, así como otra que tituló “Memoria sobre las operaciones necesarias para la formación de un mapa general de España presentada a la Junta Suprema Central del Reino en 1808”, memoria que Rodríguez facilitó a Fontán y éste recogió de forma manuscrita en un cuaderno que en la actualidad conserva su Fundación, así como una tercera sobre pesas y medidas basado en el sistema métrico decimal.

En el mismo año de 1809, la Junta Central nuevamente le comisionó para ir a Londres para ampliar sus estudios, allí destacó por sus conocimientos confirmando que la tierra era un elipsoide achatado por los polos.

Su prolongada ausencia determinó que su Cátedra de Matemáticas Sublimes de la Universidad de Santiago quedase vacante, sacándola a concurso el 26 de Septiembre de 1811.

Ante tal hecho, Rodríguez regresó a Santiago reclamando la propiedad de la cátedra en la que fue repuesto.

Domingo Fontán por esas fechas como tenemos referido poseía el grado de Bachiller en Artes o Filosofía que había logrado el 21 de Mayo de 1802, el de Bachiller en Teología lo obtuvo el 28 de Mayo de 1810, y el grado de Licenciado en Teología, que consiguió el 20 de Julio de 1811, el 12 de Enero de 1811 el de Bachiller en Cánones y el 29 de Septiembre de 1811, el de Doctor en Teología.

Fontán durante los cursos de 1812-1813; 1813-1814 asistió a la Cátedra de Matemáticas sublimes que impartía José Rodríguez quien le trasmitió sus conocimientos y experiencias de la medida de la prolongación del meridiano de París.

Fontán escribió una breve autobiografía con diferentes redacciones que el Instituto Padre Sarmiento en sus Cuadernos de Estudios Gallegos –Anejo I, 1946, publicó, de ella extraemos el siguiente párrafo:

“En el estudio de las Matemáticas tuvo la dicha de oír en dos años las lecciones del sabio y eminente profesor D. José Rodríguez, compañero de los célebres Biot y Aragó, juntamente con D. José Chaix en la continuación de las operaciones de la meridiana desde Barcelona hasta Formentera, felizmente concluidas en 1808, cuando estalló la guerra de la independencia, que aún impidió se midiese una base proyectada en los llanos de la Albufera para verificarlas. A tan digno profesor debió  no solo el entusiasmo con que prefirió a toda otra ocupación, la de cultivar más y más el estudio de las ciencias naturales y exactas, sino que el mismo le inspiro el pensamiento de emprender la triangulación de Galicia y el levantamiento de su Carta Geométrica, y a este fin le adquirió en París los mejores instrumentos para llevar a cabo tan útil proyecto”.    

Fontán en esos dos cursos, consiguió el grado de Doctor en Cánones, el 28 de Marzo de 1813 y el 7 de Agosto el de Doctor en Artes. Fontán durante el curso 1813-1814 y más concretamente el 4 de Marzo de 1813 defendió ante el Claustro de la Universidad la petición de su maestro José Rodríguez presentada el mes de Febrero anterior, en la que exponía sus actividades durante su ausencia de la Cátedra y reclamaba el abono de medio sueldo durante tal ausencia de diez años, consiguiendo Rodríguez su propósito.

También Fontán durante ese curso comenzó su labor docente sustituyendo la Cátedra de Lógica  y Metafísica que pertenecía al segundo curso de la Facultad menor de Artes o Filosofía.

El 23 de Mayo de 1814, Fontán junto con el Catedrático de Teología Joaquín María Patiño y Juan Bautista Camiña, Catedrático de Física Experimental fueron denunciados como coriferos del Partido Liberal, por los Doctores Francisco Cabrera y Manuel del Corral.

Fontán se refería a estos hechos en su autobiografía publicada en 1946 por el Instituto Padre Sarmiento:

“Así es que antes del año 1814,  establecida en Santiago una Sociedad Económica que en otro tiempo había sido muy útil, y nombrado Fontán Vicesecretario suyo, fue envuelto con el  Secretario principal D. Joaquín Patiño, Bibliotecario de la Universidad y que después lo fue de la Real de Madrid, y con el Doctor en Medicina D. Juan Camiña en una persecución terrible, si bien tuvo la felicidad de ser libremente absuelto y con las declaraciones más satisfactorias. He aquí como aun trabajando en ser útil al progreso de la agricultura, de la industria y de las artes, se interpretan las Juntas habidas en público y dedicadas a estos objetos como clubs de masonería y como clubistas a aquellos a quienes conviene perseguir por miras de un sórdido interés”. 

En Octubre de 1814 terminado el curso, José Rodríguez después de una breve estancia en Madrid fue becado por el Gobierno para permanecer en Alemania perfeccionando sus estudios en Ciencias Naturales  y Minerología.

Monumento en Bermés a Jose Rodríguez González. Archivo FDF.

Fontán en los cursos de 1814-1815; 1815-1816 y 1816-1817 sustituyó a su maestro en la Cátedra de Matemáticas Sublimes hasta el 10 de Abril de 1818 en que la adquirió en propiedad.

En el curso 1816-1817 tuvo a dos destacados alumnos, el que fue Geólogo e Ingeniero de Menas  Casiano del Prado y Ballo y a Ramón de la Sagra y Peris, Director del Jardín Botánico de la Habana y Catedrático de Historia Natural, político y escritor.

Fontán en su autobiografía publicada en 1946 afirmaba:

“… y después siempre tuvo a su cargo la Cátedra de Matemáticas Sublimes, mientras se hallaba en Sajonia al lado del célebre Werner y viviendo en su compañía el Señor Rodríguez, que allí en Freiber fue su discípulo en Mineralogía, aprovechándose de la existencia de un sabio tan distinguido”. 

Pero Rodríguez hizo algo más en la formación de su discípulo preferido a quien proporcionó aprovechando sus conocimientos de la lengua Francesa e Inglesa, las obras de los astrónomos y matemáticos franceses e ingleses que en esa época no se encontraban traducidos al castellano.

Entre ellas y procedentes de la biblioteca de Domingo Fontán, su Fundación conserva, entre otros:

  • Opuscules Mathematiques (3 tomos), de D’Alembert, París 1764.
  • Reflexions sur la Cause Genérale des Vents, de D’Alembert, París 1757.
  • Traite de Mécanique Céleste de Laplace (5 tomos), París 1799-1825.
  • Astronomie Théorique et Practique de Delambre (3 tomos), París 1814.
  • Mécanique Analytique de L. Lagrance (3 tomos), París 1811.
  • Traite de Calcult Differentiel du Calculintegral de F. Lacroix (2 tomos), París 18 ¿?
  • Traite de la Construction et des Principaux usages des Instrumens de Mathématiques de N. Bions, París 1752
  • Traite de Physique Experimentale et Mathematiques (Tomo 4), 1816 de B. Biot
  • Traite de la Sphére et Calendier de Rivard.
  • Institutions de Geometrie Enrichies des Notes Critiques et Philosophiques de de la Chaprelle (2 tomos) 1761.
  • Astronomie des Marins ou Nouveaux Elemens D’Astronomie a la Portée dos Marins de Avignon, 1761.
  • Ouvres Complettes de Chamousset, (2 tomos), París 1783.
  • Elemens de’Electricite et Galvanismie de George Siner, París 1817.
  • Urographie du Traité Elementaire D’Astronomie de B. Francoeur, París.
  • Astronomie Pratique, Usage et Composition de B. Francoeur, París.
  • Traite Elementaire D Astronomie Physique de B. Biot, París 1810.

Una vez que Domingo Fontán adquirió los conocimientos teóricos de la ciencia de la Geodesia y Astronomía, decidido como estaba a emprender la triangulación de Galicia, solo le faltaba la adquisición de los instrumentos necesarios para iniciar su empresa, ello con independencia de familiarizarse en el manejo de los mismos, que solo conocía a través de la descripción que de ellos hacían los tratados de geodesia.

El primer intento de procurarse la ilustración de dichos instrumentos, lo encontramos en el informe que Fontán y su compañero el profesor Gonzalo Berena remitieron al Alcalde de Santiago, el 27 de Noviembre de 1813.

“…. Se tenga presente las mejoras que espera por lo tocante a la enseñanza de las Ciencias Naturales, para lo cual es primera necesidad la adquisición de teatro de máquinas y demás útiles sin los que no es posible la enseñanza cualquiera que sea la instrucción que haya de esperarse en cuanto a la Historia Natural, supone ésta un jardín botánico, una colección de producciones del reino minera, vegetal y animal. Las lecciones astronómicas exigen un Observatorio conveniente, un anfiteatro anatómico, las de Medicina y un laboratorio químico las de Química. Artículos son todos estos tanto más necesarios cuanto de ellos carece la Universidad y lo que es que faltan medios para procurárselos…” 

Este fue el primer intento de dotar a la Universidad de Santiago de un gabinete de física experimental pero tal proyecto tuvo que esperar a que ocupase el Rectorado José Lamas Pardo (San Migue del Soldangue – La Pastoriza, Lugo, 8-XII-1789 – 1868) quien de 1816 a 1818 desempeñó dicho cargo.

Lamas Pardo, según relata Fontán en sus apuntes biográficos publicados en 1946, fue su compañero de estudios y amigo desde la niñez en Noya.

En 1820, también fue Procurador en Cortes por el Reino de Galicia, de 1820 a 1822 Jefe Político de Lugo, de 1823 a 1834 Oficial Mayor del Ministerio de Gracia y Justicia, Caballero pensionado con la Cruz de Carlos III, participó en la división provincial de Galicia.

En 1834, ofreció sus servicios al Pretendiente Don Carlos, quien en 1836 trasladó su cuartel general a Elorrio, nombrándole Vocal del Consejo de Estado Consultivo del Ministerio Universal Juan Bautista Erro, ocupó el puesto de Ministro Universal del citado Ministerio.

El General Rafael Maroto solicitó al Pretendiente el fusilamiento de los dos por considerarlos responsables de los fusilamientos  de Estella acaecidos el 18 de Febrero de 1834.

Don Carlos denegó la propuesta no teniendo otro remedio, que ordenar el exilio de ambos a Francia el 27 de Febrero de 1839. Lamas Pardo fijó su residencia en San Juan de Luz, durante toda su vida sirvió la Causa Carlista, recaudando fondos llegó a Francia con 15.000 Francos, también recaudó fondos para financiar el desembarco de las Tropas Carlistas el 1 de Abril de 1860 en San Carlos de la Rápita, Tarragona.

Uno de los instrumentos de los que dispuso Fontán durante todo el tiempo en que tardó en confeccionar su Carta Geométrica en calidad de préstamo, fue el anteojo astronómico de 4½ pies españoles de distancia focal que disponía de un ocular terrestre y otro celeste que le proporcionó Ramona Pardo de Figueroa Correa y Sarmiento, IX Condesa de Maceda, IX Vizcondesa de la Jarosa, VII Marquesa de Fefiñans y VII Marquesa de Figueroa (Pontevedra 1770 – Madrid 22-I-1839)

Detalle del telescopio de la Condesa de Maceda. Archivo FDF.

El telescopio actualmente se encuentra en la Torre del Pazo de Fefiñans en Cambados, está formado por un tubo de latón totalmente vacío al que le falta la óptica y el portaocular, descansa atornillado a una horquilla que le permite un movimiento vertical o de altura, mediante un arco de 180º al que se fija mediante un tornillo, debajo de dicha horquilla se encuentra un eje vertical sujeto por una segunda horquilla que sirve para determinar el ángulo ecuatorial a través de un nomio o reglilla curva que contiene la escala de latitud en grados. Esta última horquilla descansa sobre un cilindro sujeto a un sólido trípode de madera que permite sobre dicho cilindro girar el telescopio en movimiento horizontal o azimutal de 360 grados.

Una vez conseguido el telescopio que le permitía realizar las necesarias operaciones astronómicas para determinar la latitud y longitud, Fontán recurrió a los hermanos José y Domingo Lareo Quintela, nacidos en Santiago, José en 1789 y Domingo en 1791, ambos desde muy jóvenes fueron maestros carpinteros especializados en la construcción de todo tipo de instrumentos, oficio que compartían con sus estudios en la Academia de Dibujo y Geometría, Mecánica y Química aplicada a las Artes, creada en Santiago por la Sociedad Económica de Amigos del País, donde Fontán era su profesor. Por esas fechas comprendidas entre los años de 1814 al 1816, encargó a los hermanos Lareo la construcción de diferentes instrumentos y entre ellos la de una plancheta circular inventada por el mismo. De ella tenemos noticias a través del Matemático José Mariano Vallejo Ortega (Albañuelas, Granada, 30-V-1779 – Madrid 1846) en su Tratado Elemental de Matemáticas escrito de Orden de S.M. para uso de los Caballeros seminaristas del Seminario de nobles de Madrid y demás casas de educación del Reino. Por José Mariano Vallejo, Catedrático que fue de Matemáticas. Tercera edición, corregida y considerablemente aumentada, Madrid Librería de Sojo, cinco tomos.

Tomo I, parte 2ª, Geometría, Trigonometría rectilínea y Geometría práctica, Madrid, 1825, afirmaba:

“A mi tránsito por la Coruña en Enero de 1824, tuve la satisfacción de conocer personalmente al Doctor Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas Sublimes de la Universidad de Santiago de Compostela, el cual me enseñó una plancheta circular inventada por él y construida en dicha ciudad de Santiago en 1820 por los inapreciables instrumentistas Don José y Don Domingo Lareo. La expresada plancheta es sin disputa mucho más exacta, cómoda y ventajosa que la creada generalmente, y como hace honor no solo al inventor y constructores, sino también a la Nación.

Consta este instrumento de un trípode en forma de bastón y de una cajita circular de madera de diez pulgadas de diámetro y dos de espesor.

El trípode es de una construcción igual a la de los bastones que nos servimos para sentarnos; está armado interiormente de tres puntas para fijarlo sobre el terreno y superiormente de tres tornillos en los cuales se asegura la mesa que ha de servir para trazar las visuales, unos y otros quedan defendidos por medio de la empuñadura y del regatón.

La cajita contiene la alidada con su nivel de aire, el declinatorio y un rayador que también sirve de lapicero: se divide en dos partes; y además de resguardar estos aparatos, está destinada una de ellas al uso principal del instrumento; se compone de dos piezas que se sujetan por medio de un tornillo; la una es de forma triangular, tiene tres cavidades y se coloca sobre los tornillos del trípode, la otra presenta una superficie circular muy plana para que se extienda sobre ella el papel, asegurándole y manteniéndole sin arrugas por medio de un anillo de latón. En su centro hay una pieza del mismo metal con un agujero cilíndrico en donde entra el eje de la alidada. Antes de operar con esta, se traza un círculo por medio de una punta fija a fin de que se puedan transportar los ángulos describiendo otro de igual radio en el borrador del plano.

Armada la plancheta se nivela en todas las direcciones por medio de los tornillos, se elevan las pínulas en una posición triangular sujetando sus extremos por medio de un pasador, se enfila cualquiera objeto de todo el giro del horizonte, se trazan y numeran los visuales y se escriben los nombres o bien sobre ellas mismas o en el cuaderno separado y por último se orienta la estación en el auxilio del declinatorio.

Cuando se quiere nivelar un terreno debe tenerse presente que la visual correspondiente a la intersección de los hilos es paralela al eje del nivel.

Si por algún obstáculo no pudiese enfilarse algunos objetos sin que se varíe de centro de estación, se muda la plancheta fijando la alidada sobre la visual del objeto, se da un movimiento al plano del instrumento aflojando el tornillo de la pieza inferior hasta cubrir exactamente dicho objeto, se fija el plano y se concluye la estación trazando las demás visuales. Lo mismo podrá hacerse cuando se haya suspendido una estación, o en caso de que se hubiese levantado la plancheta sin concluir la medida de los ángulos. Servía el mismo artificio para repetir o multiplicar un ángulo. Debe evitarse el error de excentricidad inaccesible o de poca consecuencia en muchos casos. El Sr. Fontán ha tenido muchas ocasiones de comprobar su utilidad en la serie de operaciones geodésicas que emprendió, con otros instrumentos suyos de la mayor perfección, acometiendo la ardua empresa de levantar a su costa y contando tan solo con la cooperación de algunos amigos, la Carta Físico Geométrica de Galicia, obra que tiene muy adelantada, estando caso concluida la parte occidental de esta vasta provincia hasta el meridiano del Cabo de Vares y levantando el plano de la comarca de Valdehorras, de modo que se halla situada la mitad de Galicia”.     

Ramón de la Sagra y Peris, antiguo alumno y amigo de Fontán también tuvo que recurrir a las habilidades de los hermanos José y Domingo Lareo Quintela, cuando preparaba su viaje a la Isla de Cuba en 1823, para hacerse cargo de la dirección del Jardín Botánico de La Habana y de la Cátedra de su Universidad.

Pues recomendado por Fontán, estos le hicieron los instrumentos que precisaba para efectuar observaciones en el mar durante la travesía referentes a la temperatura del aire, del agua, y humedad atmosférica.

El propio Ramón de la Sagra nos narra este hecho en el Tomo I (Clima) de su Historia Físico Política y Natural de la Isla de Cuba, publicado en París en 1842 en la librería de Arthus Bertrand , librero de la Sociedad de Geografía.

“Nos costó sumo trabajo y actividad reunir los instrumentos necesarios para todas estas observaciones, porque no podían ser pedidos a un artista cualquiera de los acreditados en Europa, pues la construcción de los principales aparatos debíamos presenciarlas indispensablemente por las menudas consideraciones que era preciso advertir de continuo. Más afortunadamente, dos jóvenes artistas (Don Domingo y Don José Lareo, artistas cuanto aplicados e instruidos, a cuyo genio emprendedor y constancia esmerada, parece no hay obra alguna que se les resista. En su obrador reunían una porción de artes que cultivaban con igual primor e inteligencia) de la ciudad de Santiago, a los cuales solo faltaba que las ciencias progresasen en España para alcanzar la celebridad que merecen, desempeñaron nuestro encargo con toda satisfacción”.     

Dichos instrumentos fueron reconocidos por el propio Matemático José Rodríguez González, quien regresó a Santiago enfermo para fallecer a primeros del año siguiente. Los termómetros fueron comprados con los del Gabinete de Física de la Universidad construidos por Fortín. Ramón de la Sagra, partió de Santiago a La Coruña a mediados de mayo de 1823 donde se reunió con Fontán quien ocupaba el puesto de Secretario de la Diputación, al que puso al corriente del plan de trabajo. Fontán el 25 de Junio de 1823, despidió a su discípulo y amigo quien partió para La Habana.

Retrocediendo al año 1816, en que Fontán ya contaba con el Telescopio de la Condesa de Maceda y la plancheta circular y demás instrumentos construidos por los hermanos José y Domingo Lareo, sucedió un hecho inesperado: el nombramiento de José Lamas Pardo como Rector de la Universidad de Santiago puesto en el que permaneció hasta el año 1818.

Fontán influyó en el nuevo Rector y amigo para que éste dotase de instrumental al Gabinete de Física Experimental de la Universidad, así el 19 de Abril de 1816 el Claustro solicitó de los Catedráticos de Matemáticas y Física Experimental elaborasen un informe sobre los instrumentos necesarios y coste de ellos para la enseñanza de dichas asignaturas. El Doctor García Lujin, sustituto de la Cátedra de Física, consciente de la falta de medios, consideró de primera necesidad la adquisición de tres barómetros y dos termómetros de Fortín y una escopeta de viento e instrumentos de óptica, además de una máquina neumática de inducción. El Claustro aprobó la compra el 9 de Julio de 1816 creándose una comisión formada para tal fin por Domingo Fontán, Luis Pose Varela y Manuel García Lujin, a la que se entregó 17.187 reales con 16 maravedies.

Por la correspondencia que Rodríguez mantenía con Fontán, se supo que éste se encontraba en París, entonces aprovechando la ocasión, por la Comisión se  decidió encargarle la compra de diferentes instrumentos, remitiéndole una relación de los mismos confeccionada por Fontán junto con los fondos necesarios a tal fin.

La Gaceta de Madrid del jueves 4 de Junio de 1818, anunciaba la llegada a Santiago de los instrumentos que la Universidad encargó a José Rodríguez para que los adquiriera en París para el Gabinete de Física Experimental.

“Santiago 13 de Mayo. La Universidad de esta capital, en medio de las cortas rentas que percibe y de los desembolsos que tuvo que sufrir para organizar el batallón literario y sostener la justa causa de la nación, celosa en no perdonar medios de promover la instrucción de sus alumnos en las ciencias naturales y exactas de tanto interés e importancia en el reino de Galicia por sus circunstancias particulares bien conocidas de todos, y en coadyuvar por este medio a poner en práctica las benéficas providencias del Rey  nuestro Señor, acaba de recibir la primera remesa de instrumentos matemáticos y físicos encargados en París a D. José Rodríguez, dignísimo Catedrático de la misma. Con el objeto de manifestar cuanto adelantan los establecimientos cuando son protegidos y cuanto prosperará la Universidad de Santiago teniendo la gloria y el alto honor de contar como protector e individuo suyo a S.A.R. el Excmo. Sr. Infante Don Carlos, se anuncian al público los artículos comprendidos en ella y según relación dada por el Doctor D. Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas elementales y Director de la Academia de Matemáticas Física y Química son los siguientes:

Un círculo repetido de Bordá de 17 ½ pulgadas de diámetro construido por Gambey, con toda la perfección que exigen sus usos bien conocidos: un excelente nivel con su anteojo y montura: un péndulo de segundos construido por Breguet, cuya marcha fue verificada: un metro de cobre subdividido en milímetros por Fortin: una soberbia máquina neumática con todos los aparatos que requieren sus numerosas e importantes aplicaciones, por el mismo: una máquina eléctrica con disco azul de 32 pulgadas de diámetro: dos conductores montados sobre su mesa y taburete aislador por el artista Domodierbi. Los demás aparatos son los siguientes: tres botellas de Leide: un excitador simple con charnela: dos cuadros mágicos de Franklin: un juego eléctrico de tres campanas: el signo eléctrico: un electro completo de 15 pulgadas de diámetro: un sop en polvo para ambos fluidos: dos conductores para ser suspendidos en la base con cordones de seda: conductor de corchete para alargarse a arbitrio: tres conductores sencillos: cadena y cordoncillo de metal: tubo chispeador: tornasol con su punta: batería eléctrica de nueve frascos: electrómetro con cuadrante graduado de marfil: otro electrómetro con botella: un excitador con dos mangas de cristal: el excitador universal para la fusión de los metales: prensa para la fusión del oro: la decoupere de Franklin: el segundo taburete aislador, dos cilindros de lacre para la electricidad, dos globos o grandes esferas de cristal guarnecidas de llaves y demás artículos para la aurora boreal y también para el peso de los gases: y finalmente amalgama  para los usos eléctricos: una excelente balanza bidrosta con asideros para un juego doble de platillos: juego de pesas de 500 gramos con ss centigramos: juego con llave y ajuste metálicos para los gases: el aparato de congelación en vacío: un excelente audiómetro de Volta con dos tubos graduados, el uno con encaje y de diferentes diámetros: un juego doble de grandes barras magnéticas con sus apoyos para montarlas: dos prismas montados en cobre, y el uno con círculo graduado: otro prisma acromático de tres vidrios igualmente montado: un poliprisma: tres lentes grandes y diferentes montadas todas: lente microscópica. Artículos varios flint-glass por el artista Cauchoix, a saber, un prisma cónico en flint-glass inglés, cuyo ángulo reflectante es el mayor posible, montado en pie de cobre: un prisma acromático de tres vidrios montado en su pie; un prisma flint-glass francés de Mr. D’Ontigues de tres caras, cuyo ángulo refractante es el mayor posible: otro de 60’’ montado en cobre con su pie: otro prisma flint-glass francés cuyo ángulo es recto, también montado: el tubo graduado de Mariotte para la compresión de los líquidos y otras aplicaciones: dos termómetros el uno con regla de cristal por Fortin”.    

La Comisión, también interesó una nueva remesa, remitiendo a Rodríguez todo el capital que disponía para que antes de dejar París para desplazarse a Italia, “comprase a su discreción  y elección los más imprescindibles instrumentos que con mayor economía en aquella capital que en ningún otro punto de Europa”.

Domingo Fontán siempre fue consciente de que para su empeño de levantar la Carta Geométrica de Galicia, empresa que se presumía larga, tendría que contar con buenos instrumentos geodésicos en propiedad para poder disponer de ellos a su conveniencia, dado que los instrumentos comprados por Rodríguez para el Gabinete de Física Experimental, el círculo repetidor de Borda, el nivel con su anteojo, el péndulo de segundos, el metro de cobre y los termómetros y otros que componían la segunda remesa remitida por Rodríguez, como es lógico tenían como finalidad la docencia, por ello Fontán encargó a Rodríguez  los instrumentos que excedían la pericia de los hermanos José y Domingo Lareo. Así según manifestó en sus apuntes autobiográficos como tenemos dicho, Rodríguez le adquirió en París los mejores instrumentos para llevar a efecto tan útil proyecto”.

Esos instrumentos propiedad de Fontán no los podemos confundir con los de la Universidad de Santiago. En otra versión de dichos apuntes autobiográficos (manuscrito B), afirma:

“Los conocimientos de Ciencias Exactas le proporcionaron el que las enseñase constantemente en la Universidad, para lo cual contribuyó que por su conducto se hicieron venir desde París los preciosos instrumentos que desde el año 1820 contiene el Gabinete de Matemáticas y Física, escogidos por el mismo Rodríguez.

En cuanto a los instrumentos que Rodríguez le remitió a Fontán, se encuentra un teodolito Gambey que se compone de un nivel, un anteojo superior y otro inferior y entre ellos, un círculo azimutal con dos lente, (le falta una y la tapa del anteojo inferior) descansa en tres barras que salen  de un eje, está provisto de 3 tornillos niveladores, uno en cada barra.

Dicho teodolito en el libro Galaecia Fulget, V Centenario de la Universidad de Santiago de Compostela (1495-1995) Universidad de Santiago 1995, se encuentra inventariado con el nº 158 “Teodolito empleado por el profesor Fontan en el levantamiento de la Carta Geométrica de Galicia”, afirmando su autor que “este instrumento fue descrito por el propio Fontán en 1821, poco después de ser recibido de París como círculo repetidor astronómico de Gambey…”.    

En 1996 María Dolores Vega Jalo, publica otro libro titulado Patrimonio Histórico de la Universidad de Santiago” donde afirma que Fontán para su empresa “contó como material básico con dos teodolitos de Througthon y Gambey, que posiblemente le fueron remitidos por Rodríguez desde París, uno de ellos es aún hoy patrimonio de la Universidad”.    

Entendemos que es cierto que Fontán empleara ambos teodolitos, pues así lo atestigua en sus cuadernos, pero no podemos estar de acuerdo en que el teodolito de Gambey que hoy se exhibe en el salón de actos de la Universidad de Geografía e Historia de Santiago, lo adquiriera Rodríguez en París para la Universidad y fuera desde entonces hasta hoy patrimonio de ésta.

Ese instrumento comprado por José Rodríguez con los fondos que el propio Fontán le confió para tal adquisición, lo fue para su uso personal. A la muerte del Geógrafo, le correspondió en herencia a su hijo menor Rosendo y posteriormente a los hijos sobrevivientes  de éste, Enriqueta y Regina Fontán Medina.

Estos en el mes de Diciembre de 1963, con la intermediación del Catedrático de Geografía e Historia de dicha Universidad, Ramón Otero Pedrayo, entraron en contacto con el Rector de la Universidad de Santiago, Ángel Jorge Echeverri ofreciéndole en compraventa el Óleo de Domingo Fontán, pintado en Madrid en 1852 por Antonio María Esquivel.

En carta remitida desde Trasalba, Orense, a Enriqueta y Regina, el 1 de Diciembre de 1963, Otero Pedrayo afirmaba:

“….Creo, sin ilusión, hacer mucho por la amistad. He escrito al Rector de Santiago y creo poder verle antes de fin de año. Someteré  a Vds. Un plan sujeto a las modificaciones que Vds. aconsejen. Hay, en caso de no ser posible, que el retrato ilustre, presida en la Universidad, buenos gallegos, leales y aficionados a la pintura…”   

El Rector de la Universidad, mediante carta de 2 de Enero de 1964, dirigida a las nietas de Fontán, aceptó el precio ofertado, previo examen del óleo por el Profesor Azcárate Ristori quien a tal fin se desplazó a Madrid.

Enriqueta y Regina, para que luciera junto con el retrato, ofrecieron en donación el reiterado teodolito de Gambey con un anteojo o catalejo plegable.

Enriqueta Fontán, Everilda Sánchez Fontán y Regina Fontán. Archivo FDF.

En  fecha de 8 de Abril de 1964, el Rector  Echeverri remitía a Enriqueta y Regina Fontán Medina la siguiente carta agradeciendo la donación del teodolito y catalejo que por error denomina astrolabio:

“Distinguidas Señoritas:

Correspondiendo a la última carta de Vds. con esta fecha doy orden a la casa MACARRON, S.A., que se dedica a cosas de Arte y embalaje de objetos artísticos, que proceda al embalado y envío del cuadro de su ascendiente que Vds. han vendido a esta Universidad, así como el teodolito y astrolabio que tan gentilmente nos donan.

Mucho les agradecería que cualquier otro documento, dibujo de mapa, etc. que Vds. tuviesen y que deseasen depositar en esta Universidad, tuviesen la amabilidad de hacerlo, pues es nuestro propósito dedicar con estos objetos una vitrina especial a tan ilustre maestro universitario.

Asimismo, les ruego que me indiquen la forma en que Vds. desean recibir el dinero de este cuadro y Banco sobre el que podríamos hacer la trasferencia en caso de que lo quieran recibir por este procedimiento.

Esperando que ha de llegar aquí perfectamente, dada la garantía que nos ofrece la casa encargada del embalaje y en espera de las noticias de Vds. Las saluda muy atentamente.

Ángel Jorge Echeverri”    

 Con fecha 9 de mayo de 1964, el Rector afirmaba:

Muy estimadas amigas:

Corresponde a la muy grata de Vds. de fecha 10 del actual y lamento el contratiempo que les haya producido la enfermedad, y espero que a estas alturas ya se encontrará perfectamente repuesta, lo que celebraré muy de veras.

No hemos recibido todavía el cuadro, enviado por el Sr. Macarrón, pero espero que no tardará en llegar y en buenas condiciones, porque es persona que suele hacer las cosas con cuidado.

Inmediatamente después les haré llegar a Vds. el dinero, bien a través del Sr. Otero Pedrayo, si viniera por aquí, o bien directamente a través del Banco en la forma que Vds. me han indicado en otra ocasión.

Días pasados se ha celebrado en esta Universidad una exposición de Mapas, en la que figuró entre otros, el realizado por su abuelo, de toda Galicia, mapa que llamó mucho la atención por lo acabado de su ejecución. Asimismo figuraron en la exposición el teodolito y el anteojo empleados por él, piezas ambas que fueron muy admiradas.

No necesito recordarles con cuánta satisfacción veríamos el que las hojas originales del Mapa de su abuelo, así como cualquier otro recuerdo personal, como cartas, etc. que Vds. pudieran disponer, pasasen a formar parte del museo de recuerdos que pensamos dedicar a su ilustre antecesor aquí en la Universidad.

Mi esposa les transmite sus cordiales saludos y espera poder visitarlas en la primera ocasión en que vayamos a Madrid con alguna holgura de tiempo.

Dispongan de su afmo. amigo.

Ángel Jorge Echeverri”.  

El Museo de Pontevedra, en una vitrina sita junto a la biblioteca, se exhibe un sextante Troughton de bolsillo al que Fontán denominaba sextantito, es de los llamados de tipo tambor. Fabricado en bronce con funda de cuero de 7,5 cms. De diámetro x 4,5 cms. De altura, provisto de un solo anteojo de 10 cms. Dicho instrumento lo heredó su hijo menor Rosendo quien el 13 de Agosto de 1898, en unión de una copia del cuadro de Fontán pintado por Esquivel, que fue efectuado por encargo de su hermano Manuel a quien perteneció, lo donó a la Sociedad Arqueológica de Pontevedra a través de su amigo José Zepedano y Fraga, Presidente de la Audiencia Provincial de Pontevedra y más tarde Alcalde de Santiago, tal donación quedó recogida en el libro de actas de dicha Sociedad correspondiente al día 19 de Agosto de 1898.

El mismo día 13 de Agosto, José Zepedano escribía a Rosendo, quien se encontraba en su casa de la Villa de Noya.

“Pontevedra 13 de Agosto 1898.

Sr. Don Rosendo Fontán.

Mi querido amigo: Con tu grata de ayer recibí hoy la reproducción del retrato de tu difunto padre (q.e.p.d.) que seguidamente remito a este Museo Arqueológico en donde era vivamente deseado y será recibido con especial aprecio.

Probablemente este año no iré a esa, pero si así sucediese te agradeceré entregues el sextante a mi Sra. que está ahí, pues en el Museo también se desea con ansia y tendré muchísimo gusto en entregarlo a dicha Corporación tan entusiasta de nuestras glorias patrias.

Consérvate bueno, con afectuosos recuerdos para Everilda (a.p.b.) repítese tuyo afectísimo amigo q.b.m.

José Zepedano y Fraga”    

También tenemos documentada la donación efectuada en Septiembre de 1873, por los hijos del Geógrafo Félix y Rosendo, del siguiente instrumental empleado por su padre: Un barómetro de Fortin, dos prismas de cristal, un prisma montado en un tubo o anteojo, un espejo cónico y un microscopio, a los Doctores Antonio Casares Rodríguez y Acisclo Campano Alfageme para el Instituto de Enseñanza Secundaria de Santiago que entonces dependía de su Universidad.

El hecho de que el teodolito de Fontán se exhiba en la Universidad de Geografía e Historia, ha llevado a algunos de sus biógrafos a afirmar la implicación de la propia Universidad de Santiago en el levantamiento de la Carta Geométrica de Galicia, lo que resulta totalmente incierto, pues no existió tal apoyo oficial a un proyecto extrauniversitario, extraoficial y particular de uno de sus profesores, lo que no significa que Domingo Fontán al modificarse el plan de estudios implantándose por Real Orden de 14 de Septiembre de 1818 el restablecimiento en la Universidad de Santiago el de 1772, en el que no existía la Cátedra de Matemáticas Sublimes, por lo que el Claustro encargó a Fontán que el curso 1818-1819 cubriese la Cátedra de Física Experimental y aprovechando tal ocasión emplease particularmente el material geodésico asignado al Gabinete de Física Experimental.

Fontán aceptó a regañadientes pero sin embargo tuvo la disponibilidad de todos y cada uno de los instrumentos del Gabinete de Física Experimental que se pusieron a su cuidado y uso a su conveniencia como veremos.

El curso de 1817-1818, fue sustituto de Rodríguez en la Cátedra de Elementos Matemáticos, correspondiente al primer año de Filosofía, Cátedra que obtuvo en propiedad por oposición el 10 de Abril del año siguiente, según tenemos referido.

Fontán tuvo su segundo choque en la Absolutista Universidad de Santiago cuando suspendió a 108 discípulos de los 182 discípulos matriculados, por lo que fue denunciado por los padres de los alumnos con la intención de separarle de la Cátedra.

Fontán de esta forma, se opuso al servilismo que dicha Universidad mantenía con los llamados hijos-dalgo, cuyos Catedráticos para salvaguardar, no el prestigio de la Universidad, sino su propio estatus, les otorgaban títulos de Bachiller, Licenciaturas y Doctorados por el simple hecho de matricularse, ello según relata José Ramón Barreiro Fernández en su libro Historia de la Universidad de Santiago de Compostela en el Siglo XIX, Volumen II.

Fontán fue absuelto por el Claustro de tal denuncia, el 19 de Septiembre de 1818.

En la actualidad, la Fundación dispone de los siguientes instrumentos empleados por el Geógrafo para los trabajos de su Carta:

Alidada de pínulas con brújula y nivel de Domingo Fontán. Archivo FDF.

Una alidada de pínulas con brújula concéntrica y nivel de burbuja de aire. Dicho instrumento lo constituye tres brazos que salen de un eje vertical terminado cada uno en un tornillo de nivelación, el eje comienza con un platillo con un tornillo de freno para su anclaje, sobre el eje se encuentra la caja circular de la brújula de 9,9 cms. dotada de un mecanismo de anclaje de la aguja imantada de la que salen dos brazos sobre los que se apoya el nivel de 22,4 cms.

Al extremo del brazo más largo se encuentra un marco en el que en uno de sus lados tiene una escala graduada del 0 al 34. Por el interior del marco se desplaza sobre un eje vertical una placa o pínula con un retículo con dos hilos en forma de cruz y un pequeño agujero que sirve visor, en el brazo opuesto también hay otra pínula estática con igual retículo y visor.

Un barómetro de los llamados de sifón Bunten, con la inscripción quai Pelletier nº 30 París C.P.F. 253.

Está constituido por un tubo de latón de 93 cms. de largo, por 2 cms. de diámetro, en su parte superior dispone de una anilla para colgarlo, el tubo tiene dos ventanas que en su parte derecha tienen un cremallera de piñones por la que se desplaza un nomio de corrimiento mecánico mediante una pequeña rueda dentada, ambas ventanas en su parte izquierda contienen una escala superior de 20 a 42 y la inferior de 18 a 40.

Ese barómetro lo empleaba Fontán en sus desplazamientos por ser más práctico y manejable que el barómetro estacionario ubicado en su casa de Noya con el que hacía mediciones simultáneas su hermano Andrés. Este último era un barómetro de cubeta de Fortín de los que disponía de dos, como consecuencia de un accidente, uno de ellos se cayó y se rompió, en el año 1834, fue sustituido por otro barómetro de Fortin construido por los hermanos José y Domingo Lareo, según la fórmula que Biot describe en el Tomo I página 226 de su libro de Astronomía Física. El diámetro del tubo de mercurio del primero era 8 mm. 1342 y el del segundo 3 mm. 991.

Un anteojo de latón de 24 cms. provisto en su parte superior de un retículo vertical de cristal satinado.

Dos niveles de burbuja de aire de 12 y 13 cms.

Por las notas dejadas por Fontán conocemos que también dispuso de un cronómetro Breguet de su propiedad que comparó con otro de Frech.

Un teodolito Troughton, un péndulo astronómico construido por los hermanos Lareo, diferentes termómetros en escala francesa, un sextante Trughton y un comparador de ángulos de Lenoir con palanca acodada de 9 cms. 294.

Por último, es de destacar que Fontán en su Memoria para la formación de los planos topográficos de las provincias y Carta General del Reino que presentó al Gobierno el 21 de Junio de 1834, consideraba necesario la formación de 20 comisiones que para levantar los planos provinciales (excepto los de Galicia) dotada cada una de:

Un teodolito de Gambey, tres teodolitos, o círculos repetidores de Lenoir, un trasportador en minutos, una escala metálica y un compás, cuatro sextantitos de bolsillo Buntem, un péndulo astronómico, un anteojo astronómico, dos planchetas, todo este material estaba  valorado en 30.425 reales, instrumentos que serían manejados por un director y cuatro prácticos.

Fontán, adquiridos los conocimientos necesarios para su empresa, empezó a ejercitarse en el manejo de los primeros instrumentos de que pudo disponer.

A estas operaciones llamadas de aprendizaje, se corresponden las estaciones de plancheta levantadas los días 13 y 14 de Noviembre de 1816 en el palomar del Pazo de Sobrecarreiras, propiedad de Antonio Loriga y Reguera, sito en Santiago de Sigrás, Combre, La Coruña.

Así  en un manuscrito que custodia su Fundación, que fue publicado en 1946 en el Anejo I de los Cuadernos de Estudios Gallegos, con el título: “Notas de Fontán” sobre los trabajos para su Carta, afirma:

“En el año de……..   (espacio en blanco donde a lápiz consta escrito “1817)”, desconocemos si por el propio Fontán) di principio a las operaciones de la Carta Geométrica más bien con el objeto de ejercitarme en las operaciones geodésicas y astronómicas que en la mira de llevar a cabo obra de tanta extensión que requería mucha constancia y gastos superiores a mis facultades…”  

En el artículo denominado Descripción Geométrica de Galicia (Redacción B) también recogido en los Cuadernos de Estudios gallegos, Fontán nos resume los trabajos de su Carta Geométrica que en ese año de 1818 iniciaba:

“Cuando se trata de levantar geométricamente el plano de un país dilatado como el que abraza Galicia, no puede ser otro el objeto de esta operación que el hallar su superficie y representarla con la mayor semejanza posible. A este fin se reconoce, se dibuja y aún se nivela el terreno estudiando todos sus accidentes. Elíjense después los puntos más altos y de un extenso horizonte que ofrecen las montañas para estaciones o vértices de una red de triángulos, que en el menor número posible abracen el perímetro de todo el territorio; desciéndese enseguida a otros de menor extensión multiplicándolos según lo exijan las localidades y siempre con la mira de enfilar y cruzar todos los puntos cuya posición debe ser exacta. Entre los lados de estos triángulos debe medirse uno o más con la mayor escrupulosidad como base para calcular los de toda la red trigonométrica. Esta base debe reducirse al nivel del mar sobre cuya superficie se considera proyectada la que se trata de determinar; tal es en resumen el conjunto de las operaciones geodésicas.

Un plano construido con estos datos no estaría orientado; sería desconocida su posición en la superficie terrestre y a ninguno de sus puntos podría señalársele la latitud o distancia al Ecuador ni la longitud o el ángulo de su meridiano con el de los observatorios más célebres, cuando en todos los mapas vemos que nada de esto se echa de menos. Son pues necesarias observaciones astronómicas de latitud, longitud y asimismo en uno de los vértices de la red de triángulos para calcular iguales elementos respecto a todos los demás. Este cálculo es indispensable, debiendo preceder la construcción de los paralelos y meridianos de la carta a la de los vértices de los triángulos según la respectiva latitud y longitud.

Las operaciones geodésicas y astronómicas y los cálculos que unas y otras requieren se dirigen en último resultado a obtener materiales con que se ha de construir sobre un plano una superficie aproximadamente esférica porque sabido es que el esferoide terrestre difiere muy poco de una esfera. Pero es inaplicable sobre un plano una superficie de esta clase a menos que se rompa o arrugue y he aquí la necesidad de adoptar entre los sistemas conocidos de proyección el que menos desfigure el terreno. Tal es la proyección cónica de Flamsteed modificada por los geógrafos franceses que generalmente está adoptada y a la cual hemos dado la preferencia”.    

No es casual que en ese año  de 1817 Martin Garay, Ministro de Hacienda de Fernando VII se proponía acabar con la privilegiada exención fiscal de la nobleza durante el Antiguo Régimen que sería modelo del sistema tributario del Estado Liberal.

Martin Garay para la reforma de la Hacienda creó la llamada Contribución General del Reino mediante Real Decreto de 30 de Mayo de 1817 que estableció un impuesto directo proporcional al valor de la producción agraria e industrial, de las rentas y bienes inmuebles y muebles como ganado, etc., para poder fijar la renta individual de cada contribuyente y un impuesto indirecto llamado Derecho de Puertas que gravaba los productos que se introducían en las ciudades.

Con ese fin empezó a formar la Estadística del Reino efectuándose los apeos y valoraciones generales de capital y productos específicos de todas las tierras y propiedades de España creándose el Cuaderno General de riqueza de cada pueblo donde se fijaba su extensión, lindes de las tierras de cada vecino, edificios, ganados, renta para poder fijar el valor de la renta de cada contribuyente.

Para tal objeto se crearon mediante Real Orden de 3 de Noviembre de 1817 las Juntas de Repartimiento y Estadística.

En ese año, Domingo Fontán por encargo del Ayuntamiento de Santiago, en su condición de concejal formó parte como Vocal de la Junta de Repartimiento y Tributos de la antigua provincia de Santiago en representación del Valle del Salnés donde se ubica Porta de Conde, su lugar de nacimiento.

Dedicado a estos trabajos de la formación de la Estadística de Galicia, tomó plena conciencia de la necesidad de que Galicia contase con una Carta ajustada a datos geodésicos, comenzando los trabajos para su levantamiento.

Fontán en la Sesión de las Cortes del 10 de Mayo de 1838 alegaba:

“La carta geométrica de un reino, es el primer paso que hay que dar para formar su estadística. De él se procede a la de cada provincia, enseguida a la de cada partido, luego a la de cada pueblo. La Francia nos dio este ejemplo Colbert aprovechó la gran triangulación de la meridiana para que Casini la prolongase hasta tener la Carta de Francia. Esta triangulación sirvió de base a las operaciones secundarias de catastro, que allí se realizaron partiendo del todo a cada una de sus partes hasta conocer la superficie de cada común o distrito y de cada una de sus propiedades, valuando éstos los agrimensores fijando su producción. Entre nosotros se procedió al revés, empezamos por los individuos, midiendo y evaluando sus propiedades… Por eso dije y repito que se procedió a tientas.”    

Anteriormente, Fontán había afirmado:

“He aquí como se marcha a tientas. Hay sin embargo, algún país cuya superficie es conocida, y esa en grande o en su totalidad, no por pueblos, a saber Galicia, gracias no al Gobierno, sino a quien tuvo la locura de gastar su paciencia y dinero y encanecerse midiéndola con su mayor exactitud, ocupando en ella más de un tercio de su vida ¿y qué resultado de esa superficie medida? Uno muy diverso de las que corren por ahí, la superficie de Galicia es de 937 leguas cuadradas y tal vez no haya ninguno que no la de un tercio más. Así lo creía yo antes de haberlo averiguado a tanta costa”.       

En 1818, fue requerido por la Junta Superior de Repartimientos y Estadística de La Coruña para contribuir a la formación de tal estadística, prohibiéndole que renunciase a su cargo de Vocal y luego Secretario en la Junta de Repartimiento de Santiago.

Efectuando tales trabajos de Estadística, tuvo ocasión de conocer y  colaborar con el Licenciado en Leyes, Político, Militar y Cartógrafo José Dionisio Valladares Gómez (Santas María de Graba, Silleda, 20-VI-1778 – 24-III-1864), quien también realizaba funciones para la Junta Superior de Estadística de La Coruña. Valladares fue un buen amigo de Fontán y un apreciable colaborar en los trabajos de su Carta por su facilidad para el dibujo topográfico y el conocimiento del país. Fontán de 1817 a 1820, compaginó los trabajos de su Carta Geométrica, a la que solo pudo dedicar los meses de verano, con los de la Junta de Repartimiento y Estadística y la atención de su Cátedra de Matemáticas Sublimes en la Universidad.

Domingo Fontán alegaba en la Sesión del Congreso de los Diputados de 16 de Mayo de 1838:

“Yo administré un partido tres años de 1817 a 1820 y así tengo alguna práctica y alguna teoría en esto”.        

Sobre estos acontecimientos en su autobiografía recogida en los Cuadernos de Estudios Gallegos, anejo I, 1946, como “Datos biográficos de Don Domingo Fontán Rodríguez”, afirmaba:

“También se le buscó en 1818 para coadyuvar a la formación de la estadística de Galicia, prohibiéndosele que renunciase el destino de Individuo de la Junta (en representación del Valle del Salnés), al efecto creada en Santiago, a cuyo cargo estaba el repartimiento de la contribución directa entonces establecida por el Ministro don Martín de Garay, entre las 112 jurisdicciones que comprendía esta provincia reputada por un tercio del antiguo reino de Galicia.

(Comprendía a 883 parroquias divididas en 123 jurisdicciones y que a la vez se emprendían las operaciones de agrimensura y valuación de tan extenso territorio, así como las demás concernientes a la estadística de la riqueza territorial, industrial y comercial, por medio de numerosas comisiones dependientes de la Junta) y la formación de la estadística de la riqueza individual de los propietarios, vecinos, a forasteros de un territorio tan extenso en que el número de las propiedades y de sus dueños es tan considerable: y no solo tuvo que ser vocal, sino también Secretario de esta Junta, haciendo el gratuito servicio diariamente cinco horas en el despacho de esta ofician. Este trabajo que cada día le confirmaba en la utilidad de llevar adelante el de la Carta de Galicia, le proporcionó la ocasión de conocer algunos sujetos muy a propósito para asociarse de ellos, entre los cuales descuella el Sr. D. José Valladares actualmente Intendente de la provincia de Zamora”.    

Seguramente Fontán aprovecharía para su Carta los trabajos efectuados por las Comisiones concernientes a las operaciones de agrimensura y valuación del territorio.

A finales del mes de Julio de 1820, con la colaboración de Domingo Lareo y Quintela, midió a dos millas de Santiago en la carretera que va a La Coruña, una base entre la aldea de Formarís, al extremo sur de la loma de Busaco, que denominó Base de Formarís, Fontán en sus apuntes afirmaba:

“… como ningún triángulo puede ser conocido por la sola medida de sus ángulos, sin tener la medida de uno de sus lados, que toma el nombre de base…”    

Para levantar la Carta Geométrica de Galicia, como tenemos dicho, procedió a la triangulación del país, midiendo de la manera más precisa posible uno de los lados de sus triángulos (base) para conocer la medida de los otros dos formando así una red de triángulos, los vértices de los triángulos se denominan estaciones que mediante observaciones astronómicas se sitúan en función de su latitud, longitud y acimut. Para determinar la altura de los vértices o estaciones tuvo la inapreciable ayuda de su hermano Andrés quien realizaba mediciones barométricas y termométricas en Noya en la huerta al nivel del mar, el mismo día y a las horas concertadas con Domingo, que igualmente realiza idénticas mediciones en el lugar donde se encontraba estacionado.

Fontán en sus operaciones geodésicas aplicó los teoremas de Delambre de trigonometría esférica, pues al ser la tierra una esfera, los lados de los triángulos no son rectos sino curvos.

Los dos extremos de la base se conservaron hasta que desaparecieron al modificarse la calzada.

Fontán para su localización dejó las siguientes advertencias:

“Advertencias: se movió el extremo norte de la base que va a las heredades de Formarís antes de bajar la cuesta que forma el camino hasta el término de su alineación, este canal está a la derecha yendo a la Coruña: de él se ve el coto opuesto o cerro del mismo nombre, y a pocas lo encubre la roblera, motivo porque no se prolonga la base.

Se clavaron dos piquetes para reconocer dicho extremo, el uno a cuatro perchas de distancias en la alineación del cerro menor lo que va del nº 4 de la percha de este nombre hasta su extremidad más próxima al otro piquete, está a algo menos que 6 ½ metros hacia el mismo lago izquierdo pero un poco más arriba y perpendicularmente a la base o alineación del camino.

El termino lleva clavado un tronco de pontón de castaño o roble cuadrado de un pie de largo con un agujero en su medio sobre el cual caía perfectamente ya encajada la parte cónica del aplomo que colgaba de la regla 4ª”    

El día 4 de Julio de 1820, Fontán comparó las cuatro perchas utilizadas para determinar sus dilataciones.

“…se hallaron exactamente iguales a saber la 1ª y 3ª de 3m.5. La 2ª y 4ª de cuatro metros”.    

Tales dilataciones de las perchas eran tan importantes que se vio en la necesidad de corregir las medidas de esta base:

Nota: La temperatura del latón, al tiempo de la comparación de las perchas no era 0º sino de 18º centesimales, lo que aumentó la longitud de la base en 0m7755 mediante la dilatación del latón, se dilata 1/533 en 100º.o desde 0º a 100º.

La elevación de la base sobre el mar da unos 0 m.075 de disminución.

Así que la base viene a ser igual a 2294,54 m. igual a 2744,8 varas españolas”.

Para la medición de la Base, Fontán empleó un anteojo meridiano y portátil construido por Troughton (Londres) de dos pies de largo, un teodolito del mismo autor, dos barómetros uno de Fortín estacionado en Noya y otro Bunten, las cuatro perchas y el metro de Latón.

Esas perchas de madera de pinavete 2 de 3,5 metros y las otras dos de 4 metros, fueron construidas por los hermanos José y Domingo Lareo quienes en 1824 se trasladaron a la villa y corte, obteniendo el título de Arquitectos por la Real Academia de San Fernando. Domingo el 26 de Mayo de 1826, y José el 16 de Junio de ese mismo año.

Una vez terminada la medida de esta base, Domingo Fontán en compañía de Domingo Lareo y Mateo Vázquez, procedió a un viaje de reconocimiento del país desde Santiago a Sargadelos que documentó en sus notas manuscritas, al que tenemos dedicado un artículo.

El 1 de Enero de 1820, tiene lugar un acontecimiento de manifiesta importancia para la vida de Fontán en las Cabezas de San Juan al levantarse el Comandante Rafael del Riego Flórez Valdés (Santa María de Juñas, Asturias 7-IV-1784 – Madrid 7-X-1823), secundado por el Coronel Antonio Quiroga (Betanzos 1784 – Madrid 1841), proclamando la abolida Constitución de 1812 que obligó a jurar a Fernando VII el 9 de Julio de 1820 en el acto de la apertura de las Cortes, comenzando el llamado Trienio Liberal. El pronunciamiento fue seguido por una serie de levantamientos en todo el país, el primero de ellos se produjo en La Coruña el 21 de Febrero, donde se proclamó la Constitución de 1812 y seguidamente en El Ferrol y en Vigo.

El 21 de Febrero de 1820 en La Coruña se creó la Junta Suprema del Reino de Galicia, primero presidida por Pedro Agar Bustillo, al que sustituyó Antonio Loriga y Reguera en cuyo Pazo de Sobrecarriera, Fontán levantó en Noviembre de 1816 dos estaciones de plancheta.

La Junta Suprema en atención a lo ordenado en la Constitución de 1812, a partir del 9 de Junio de 1820, pasó a llamarse Diputación Provincial de Galicia con la misma sede en La Coruña.

Fontán en su autobiografía afirmaba:

“Terminóse la utilísima ocupación del repartimiento y estadística con la revolución de 1820, quedando sepultados en los archivos estos trabajos, como lo estaban los de la época de la única contribución; y entonces se vio llamado para desempeñar otros de no menor importancia en la Diputación provincial de Galicia, buscándosele para servir el destino de Secretario, no ya gratuitamente, sino con un sueldo que él mismo limitó a la cantidad de veinte mil reales, conservando no obstante la propiedad y sueldo de su cátedra. Era el objeto de los dignos Diputados, que así le honraron, coadyuvar a que más bien continuase su Carta de Galicia, que a que se viese engofado en el despacho de expedientes: así fue que entonces hizo más progresos en sus operaciones geodésicas, dedicando a ellas el tiempo que podía en las mejores estaciones del año, autorizado con pasaportes para ser auxiliado; pero sin ser al mismo tiempo gravoso, ni a los pueblos, ni a los fondos de la Diputación, de la cual solo recibía el sueldo de Secretario. Y aunque no podía disponer de muchos meses del año para dedicarlos a las operaciones geodésicas, fue sin embargo el fruto de ellas, desde el año 1818 hasta el de 1823, la medida de una base, la triangulación total de la antigua provincia de Santiago, o sea  de un tercio de Galicia, la de los partidos que formaban las de La Coruña y Betanzos, y la construcción y dibujo del plano que abraza un territorio que, a comprender la provincia antigua de Tuy, hoy dividida en cinco partidos judiciales, sería igual a la mitad occidental de toda Galicia”.    

Tal nombramiento obligó a Domingo a abandonar Santiago para desplazarse a La Coruña, no pudiendo impartir el curso de 1820-1821 de la Cátedra de Matemáticas Sublimes que la Revolución Liberal implantó restableciendo el plan de 1807. Para cubrir la vacante se reunió el Claustro de la Universidad el 14 de Diciembre de 1820, nombrando sustituto a Ramón Rodríguez, lo que contrarió a Fontán, quien había propuesto al Bachiller en Filosofía Benito Ángel Sotelo, quien venía desempeñando las suplencias de dicha Cátedra e impugnó el acuerdo del Claustro alegando duplicidad de cargos del sustituto Ramón Rodríguez, confirmándose el nombramiento en un clima tan agrio que el Doctor Manuel Rufo Fernández, presentó al Claustro una exposición para que se separara a Fontán de los instrumentos geodésicos que José Rodríguez adquirió para el Gabinete de Física de los que se encargaba de su cuidado y utilizaba en sus trabajos de la Carta Geométrica. El Claustro acordó oficiar a Fontán para que por sí o por persona de su confianza los entregase inmediatamente. En ese clima la contestación debió ser destemplada pues el Claustro comisionó a los Doctores Domingo Cortés y Sebastián José Suárez para requerírselos en presencia de inventario. El 17 de Febrero de 1821, Fontán comisionó al Doctor Domingo Cortés para que en su nombre devolviera dicho material geodésico que fue recibido por el Doctor Herrera y Suárez, quedando así separado de la Universidad y de su material geodésico.

Diferentes autores consideran a Manuel Rufo Fernández junto con José Valladares Gómez, como colaboradores de Fontán en los trabajos de su Carta Geométrica.

Rufo  Fernández en 1820 simplemente ayudaba a Fontán en el acopio e instalación de los instrumentos del Gabinete de Física, colaboración que concluyó de la manera expresada.

Fontán se instaló en La Coruña alquilando una casa en la céntrica calle de Las Damas nº 3, 2º piso, donde fijó su domicilio.

Una vez que ocupó su cargo de Secretario, ingresó en la Sociedad Patriótica de La Coruña creada el 27 de Febrero de 1821, presidida por José Ventura Galcerán, primera que funcionó en España, entre otros menesteres, dedicada a la difusión de las ideas liberales. Entre sus miembros se encontraba su antiguo alumno el Geólogo Casiano Prado y Vallo.

Uno de los primeros trabajos de Fontán como Secretario de la Diputación Provincial de Galicia, fue el reconocimiento y levantamiento del plano de varios partidos de las provincias de Galicia para lo cual contó con la colaboración de su hermano Andrés quien la Diputación en su Sesión de 22 de Diciembre, acordó manifestarle su gratitud y reconocimiento.

Andrés Fontán Rodríguez (Porta de Conde, 30-XI-1785 – Fábrica del Castro de Lousame, 30-III-1861). Fue Doctor en Leyes por la Universidad de Santiago y Abogado en dicha ciudad, en esa Universidad fue sustituto de la Cátedra de Retórica y Bellas Artes, Director y moderador de la Academia de Derecho Civil en el Colegio de Lenguas, fue Académico Presidente y examinador de Humanidades, ello entre los años de 1814 a 1819, el 14 de Septiembre de 1822 fue nombrado Juez de Primera Instancia de San Salvador de la Loma (Pontevedra). El 14 de Noviembre de 1835 también fue designado como Promotor Fiscal de Ordenes (La Coruña) puesto al que renunció. Durante muchos años llevó la dirección de la Fábrica del Castro de Lousame.

En los meses de Enero y Febrero, Fontán efectúa operaciones planimétricas de triangulación levantando croquis desde diferentes puntos geográficos o estaciones que se corresponden con los vértices de los triángulos que poco a poco va formando.

En esos meses levantó las siguientes estaciones:

22 Enero 1821        Torre de Hércules. “La torre tiene 242 escalones”

23 Enero 1821        Molino de Oleira (Ayuntamiento de Irijoa)

23 Enero 1821        Santa María de Miño

28 Enero 1821        Chamonzo, Santa María

28 Enero 1821        De la Vigia de Ventoso

29 Enero 1821        Iglesia de Sada

29 Enero 1821        Pico sobre Loira

30 Enero 1821        Monte Aceiteiro sobre San Saturnino

30 Enero 1821        Monte Felgora

31 Enero 1821        Determina la “Elevación de la Cadena del Miño en los Penedos de Casamino, estribo (ilegible) en el nacimiento del Pambre junto a la Taberna do Castro das Lajas a dos leguas de Mellid y la altura de dicha Taberna o del desfiladero de este nombre”.

2 Febrero 1821      Sobre los Puentes de García Rodríguez

3 Febrero 1821      Pico Redondo en la Sierra de Cabeiro

4 Febrero 1821      San Miguel de Breamo

6 Febrero 1821      Pico del Raño

7 Febrero 1821      Del Coto Baxado

9 Febrero 1821      Espemanca “a una legua de Betanzos”

10 Febrero 1821     Castro de San Feliz de Bijoi “a media legua de Santa Marta.

10 Febrero 1821     Castro de Guisamo

10 Febrero 1821     Capilla de Santa Marta

11 Febrero 1821     Castro Lameas “a media legua de Santa María de Vigo”

12 Febrero 1821     Capilla de San Juan de Medela

12 Febrero 1821     Monte Montouto

16 Febrero 1821     Monte sobre la Torre de la Puebla de Mesia

19 Febrero 1821     Monte del Castelo “a una legua de Viberzo”

 

Como curiosidad recogemos los componentes del equipo de campaña de

Fontán citados de uno de sus manuscritos:

“Dejé en Noya:

El círculo repetidor con dos lapiceros y su trípode de plancheta para estación y mapa de Marín

Un baston

Velas de cera

Chocolatera, media libra de chocolate

Una camisa y un cuello

Unas alforjas

Unos calcetines

Unos zapatos

Una jicara (taza de loza o pocillo para tomar chocolate)”.    

En los meses de Agosto y Septiembre de 1821´, Fontán concluyó los trabajos geodésicos para determinar la exacta posición geográfica de la Torre del Reloj de la Catedral de Santiago.

En un manuscrito publicado por el Instituto Padre Sarmiento en 1946 titulado “Santiago posición geográfica” Fontán afirmaba:

“Hallé la latitud de la latitud de la Torre del Reloj de la Catedral por más de 144 observaciones de la Polar y por otras 200 de Orión y por la altura meridiana del Sol”.    

Esta ciudad se halla a los 42º52’33’’ de latitud norte y a los 4º48’15’’ de longitud occidental de Madrid.

De dichas operaciones dio noticia el Abate Sebastián de Miñano y Bedoya en el Tomo VIII del Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal publicado en 1827:

“Esta ciudad está a 42º52’30’’ de lat. y 4º48’15’’ de long. occ. de Madrid. Determinó esta latitud nuestro sabio amigo el Sr. Don Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas Sublimes de esta Universidad por repetidas observaciones hechas con un excelente círculo repetidor astronómico de Borda. La long. se dedujo del 1º de las inmersiones del primer satélite de Jupiter en las madrugadas del 2 y 26 de Agosto y del 2 de Septiembre de 1821 observadas con un telescopio de 4 ½  pies de foco y con un cronómetro de un movimiento muy uniforme, comparadas con las que se anunciaron en París, en el conocimiento de los tiempos del mismo año resultando 43’23’’ entre el meridiano de aquel observatorio y el de la Torre del Reloj de la Catedral de Santiago.

(Observamos un error de transcripción en el texto de Miñano pues los segundos de la latitud de Santiago no son 30’’ sino 33’’).

Fontán tituló uno de sus manuscritos:

“longitud de Santiago por observaciones de 3 inmersiones del 1er satélite de Júpiter hechas en la casa de Malvar en el Picho de la Cerca con el telescopio de 4 ½ pies españoles de distancia Focal propiedad de la Condesa de Maceda”.

También Fontán el día 1 de Agosto de 1821, desde la Torre del Reloj de la Catedral de Santiago calculó el azimut del centro del Sol.

“Sentado del Norte al Este cuando el borde Occidental coincidía con la Vertical de Peña Gallada”.

El 21 de Septiembre de 1821. Domingo Lareo desde Santiago remite a Fontán ya establecido en La Coruña la siguiente misiva:

“Mi estimado amigo: Quedamos satisfechos y reconocidos del buen resultado de la solicitud de nuestro amigo Sieira de Crespón. Mi hermano se halla fuera del pueblo desde el martes y le espero de hoy a mañana.

Fue salida involuntaria pero forzosa. Ríos concluye su trozo del plano y al de Pepe solo le falta cuando más dos días de trabajo que es lo mismo que decir que el miércoles puede mandarse a Madrid. Infórmenos V. a quien se ha de dirigir o si ha de enviarse primero a esa.

Así va el verificado de las observaciones de estas noches, salgo garante de la exactitud del tiempo en que se midieron estos fenómenos.

Disfrute V. salud que es lo que más importa y disponga de su afectísimo servidor. Q.B.S.M”.

Domingo Lareo    

Remito nota de observaciones astronómicas realizadas los días 17, 18 y 19 de Septiembre”.

El plano que confeccionan los hermanos José y Domingo Lareo en unión del tal Ríos no es otro que el mapa incompleto de la parte occidental de Galicia en escala de 28 líneas por legua marina y su destinatario en Madrid fue la Comisión de División territorial en la que Fontán tuvo una función relevante como veremos en la determinación de los límites de las cuatro provincias gallegas.

Fontán en la Sesión de las Cortes de 20 de Diciembre de 1836 en la que se seguía debatiendo si Pontevedra debía ceder la capitalidad que pretendía Vigo, afirmaba:

“… y debo manifestar a las Cortes que reconozco como el que más de cuan grave importancia son las cuestiones de la división territorial. No me son desconocidos los expedientes de esta clase, he tenido una parte muy principal en la división de Galicia en sus cuatro provincias, en la Subdivisión de estos partidos judiciales y aún en la formación de sus ayuntamientos….”    

Fontán el 22 de Septiembre de 1821 en su puesto de Secretario de la Diputación Provincial de Galicia estaba encargado de la obtención de datos de población y topografía de los partidos de Sar Lalín y Bemposta para cuyo reconocimiento Comisionó a José Valladares Gómez quien levantó croquis de dichos partidos así como los de Pontevedra, La Lama, Cambados, Caldas, Mellid, Sar, Santiago, Noya, Outes, que aprovecho para su Carta Geométrica.

El 22 de Diciembre de 1821, remitió carta a Valladares felicitándole por tales trabajos, encargándole el reconocimiento de los partidos que medían desde el Río Tambre al Jallas, hasta el Ferrol.

Uno de los principales objetivos de Cortes durante el llamado Trienio Liberal (1820-1823) fue llevar a buen fin la división territorial de España y en particular la de Galicia, que fue objeto de intensos debates pues Santiago y Pontevedra aspiraban a obtener la capitalidad imponiéndose el plan de Felipe Bouza y Agustín  de Larramendi.

Así por Real Decreto de 27 de Enero de 1822, España se divide en 52 provincias y las siete provincias del antiguo Reino de Galicia: Santiago, La Coruña, Betanzos, Lugo, Mondoñedo, Orense y Tuy, se quedan en cuatro: Coruña, Lugo, Orense y Vigo. En su consecuencia, la Diputación Provincial de Galicia se extinguió para crearse el 16 de Marzo de 1822 la Diputación Provincial de La Coruña, pasando Fontán a ser Secretario de ésta.

El 29 de Enero de 1822, entre las 11 y la 1 calcula la altura de Lugo en 189 metros “(Posada Calle de La Cruz nº 16, 1er. Piso) sobre el nivel de la casa de Lareo 1er. Piso por observaciones simultáneas”.

Los meses de Marzo, Abril y Mayo de 1822, Fontán realizó mediciones barométricas y termométricas con descripción del tiempo en la calle de las Damas, casa nº 3, 2º piso de La Coruña.

Como consecuencia de la División Territorial, la Diputación de La Coruña, encargó a Fontán el 15 de Agosto de 1822 el reconocimiento y demarcación de sus límites con los de Lugo y Vigo, estando fijado dicho límite con la de Vigo por el curso del Río Ulla, pero no con la de Lugo que comprende los partidos de Santa Marta, Puentedeume, Betanzos, Poulo y Mellid.

También Domingo Fontán, entre otras, durante esos meses levantó las siguientes estaciones geodésicas, entre los límites de Coruña y Lugo.

2 Septiembre 1822           Esquina de la capilla arruinada del Castro de Lojo “mira al sur en el costado oriental”

2 Septiembre 1822           Al extremo sur del Castro de Lojo

3 Septiembre 1822           Estación del Viso al extremo oeste del murallón meridional

3 Septiembre 1822           2ª Estación del Viso al medio de la muralla derecha entre la Capilla y el murallón

5 Septiembre 1822           Estación de Peñas Altas sobre Orois que se llamaron de Golan en la Mota “sobre la misma peña más elevada”.

7 Septiembre 1822           Estación sobre la Torre del Hambre

7 Septiembre 1822           Estación del Alto sobre Pedrouzos “se llama Coto Emparedado día muy aneblinado”

6 y 7 Septiembre 1822      Estación sobre la Torre del Convento de Mellid “tiene 113 peldaños sobre el pavimento de la calle”.

8 Septiembre 1822           Peña a 40 pasos de la Iglesia de San Ciprian de Reposteira

11 Septiembre 1822          Mamoa de Loureiro sobre Meira.

21 Septiembre 1822          Monte Castaillon

24 Septiembre 1822          Estación de Brandaniz

25 Septiembre 1822          Estación del Monte Mesa “sobre el río de este nombre”

27 Septiembre 1822          Estación de la Vigia Candelaria

27 Septiembre 1822          Estación del Pico Redondo sobre San Andrés de Teixido y Capilla de San Roque de Reboredo

28 Septiembre 1822          Estación del Monte Agudo

2 Octubre 1822                 Estación del Pico sobre el Yermo llamado Pico Tabeada.

3 Octubre 1822                 Estación del Monte de la Coriscada sobre Mañon

10 Octubre 1822                Estación del Pico de Santone a media legua de Cambás

9 Octubre 1822                 Serrión del Lobo

10 Octubre 1822                Alto Sestso

10 Octubre 1822                Madona de Pendo Altos en Cierza da Loba

14 Octubre 1822                Conda da (ilegible)

14 Octubre 1822                Peña Bolta

15 Octubre 1822                Alto Mayo de Armada entre Grijalva y Roade

9 Noviembre 1822            Estación al Norte muy cerca de la Iglesia de San Julian del Camino.

En 1823, se publica el Repertorio de Noticias Políticas de España para ese año por el que se felicita a Fontán por sus trabajos delimitando las provincias de La Coruña y Lugo:

“Por disposición de las Diputaciones Provinciales de La Coruña y Lugo, pasó Don Domingo Fontán, Secretario de la primera, a formar el plano geométrico de los límites comunes de las dichas,  y casi lo tiene concluido. Sería muy de desear que los demás siguiesen su ejemplo, pues así conseguiríamos un mapa general correcto, tan urgente para la formación de una buena estadística sin la cual no se puede dar un paso con fruto.

La patria debe mucho a esta Diputación y a su emérito Secretario, porque sin parar en las grandes atenciones de su instituto, ha dado este primer paso precursor de otros que traerá la felicidad a la masa de los pueblos de que se compone”.    

El 7 de Abril de 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis mandados a España por el Rey de Francia Luis XVIII para dar fin al Trienio Liberal, según lo acordado por las potencias europeas en el Congreso de Verona, cruzan la frontera de los Pirineos.

El 25 de Junio de 1823, Domingo despedía en el Puerto de La Coruña a su discípulo y amigo Ramón de la Sagra, quien en compañía de su esposa Manuela Turnes del Río Maldonado, con la que en ese mismo año había contraído matrimonio en Santiago, embarcó en la Fragata mercante “La Activa” en dirección a La Habana. Ramón de la Sagra llegó a La Coruña a mediados de Mayo procedente de Santiago donde había en cargado a los hermanos Domingo y José Lareo Quintela la construcción de los instrumentos necesarios para medir la temperatura y humedad del aire y la superficie del mar durante los días de la travesía según cuenta en el Tomo I de su Historia Física, Política y Natural de la Isla de Cuba, comunicando a Domingo los pormenores del plan de trabajo para la confección de dicha obra.

Ramón de la Sagra concluidos sus estudios con Fontán los continuó en Madrid y en el Universidad de Alcalá de Henares.

El Diario de Avisos de Madrid del 16 de Enero de 1821, le incluía en la relación de milicianos forzosos alistados del Cuartel de San Martín del Carmen Calzado.

Ramón de la Sagra de 22 años, domiciliado en el piso 2º de la calle del Olivar, escribiente”.

Seguidamente La Sagra fue comisionado por el Gobierno para rehabilitar la Fábrica de Tabacos de La Habana para producir rape, desplazándose a dicha ciudad desde Burdeos; en 1822 regresó. A través de los Diputados a Cortes por Cuba mediante Real Orden de 1822, fue nombrado Catedrático de Historia Natural de La Habana y a tal fin efectuó ese segundo viaje.

El 15 de Julio de 1823, la Santa Alianza con un ejército de 7.000 hombres y abundante artillería asedia La Coruña defendida por el General Antonio Quiroga, quien capituló el 17 de Agosto de 1823, exiliándose a Inglaterra.

El 18 de Octubre de 1823, por Decreto del Rectorado de la Universidad de Santiago, Fontán fue suspendido de la enseñanza y de voz activa y pasiva en el Claustro, ello de conformidad con la Orden de la Regencia del Reino de 23 de Julio de 1823 “por haber servido de Secretario de la Junta Provincial de La Coruña”.

Fontán en su autobiografía publicada en 1946, afirmaba al respecto:

“El fruto de una ocupación tan asidua en el Servicio de la Secretaría por espacio de tres años y de los desembolsos hechos, consumiendo en el campo cuanto podía ahorrar, para llevar al cabo obra tan importante y que en nada se rozaba con la política, obra igualmente útil a Gobiernos absolutos que a representativos, fue perder el destino de profesor público por espacio de tres años”.    

Fontán a pesar de todo, siguió en su empeño de ver concluida su Carta Geométrica de Galicia, al menos su mitad oriental.

El 18 de Diciembre de 1823, se encontraba en Bayo, Vimianzo, La Coruña donde uno de sus ayudantes le emite recibo por su sueldo durante tres días:

“Yo Cipriano Pereira, recibí de Don Domingo Fontán el haber de doce reales, me comprende por tres días en que le acompañé después de haberme mantenido y para su seguro lo firma a mi nombre Pedro García mayordomo pedáneo de la misma parroquia y de Bruno Rojo de igual vecindad, a quienes inscribió en comisión dicho señor acerca del levantamiento del plano de Galicia. Bayo, 18 de Diciembre de 1823.

Pedro García”.    

El 7 de Noviembre de 1823, Rafael del Riego, después de retractarse de sus ideas liberales, es ahorcado en la Plaza de la Cebada de Madrid y su cadáver dividido en cuartos para ser exhibido a la vergüenza pública en Sevilla, Cádiz, Málaga y en la propia Villa y Corte.

El 16 de Noviembre, Fontán realizaba sus operaciones de la Carta Geométrica en la estación del alto de la Iglesia Meirama, La Coruña.

Al concluir 1823, tenía ya terminada la mitad occidental de Galicia menos la antigua Provincia de Tuy y los partidos de Corcubión y Bergantiños.

Concluida la campaña, Fontán regresó a La Coruña donde tuvo la ocasión de conocer en el mes de Enero de 1823 al Matemático José Mariano Vallejo Ortega, quien en el Volumen I de su Tratado Elemental de Matemáticas publicado en Madrid en 1825, de manera prolija describía la plancheta inventada por Fontán según tenemos ya manifestado.

Al Trienio Constitucional o Liberal le sucedió la llamada Década Colomandrina o Década Ominiosa  (1823-1833) que toma su nombre por la represión ejercitada por el Ministro de Gracia y Justicia de Fernando VII, Francisco Tadeo Colomarde 

Fernando VII, derogó todo lo legislado durante el Trienio, incluso la División Territorial.

En este periodo surge la leyenda que quiere ver a Fontán perseguido físicamente por la pomposa Superintendencia de la Policía Fernandina, quien para zafarse de ella, entra en una casa de Santiago cuya puerta encontró abierta escondiéndose debajo de las faldas de su dueña Manuela Riva Gómez (La Coruña 7-IX-1806 – Santiago 22-V-1867), quien más tarde sería su esposa.

La permanencia de Domingo Fontán en La Coruña  determinó de manera más creíble que la descrita, que la conociera por razón de vecindad durante esos tres últimos años, ya que Domingo residía en alquiler en la casa tercera 2º piso de la Calle de Las Damas y Manuela en el domicilio paterno ubicado en la casa primera piso 2º de la misma calle. Por ello según costumbre de la época se procuraría la imprescindible y formal presentación para entablar formales relaciones.

De esta forma, contrajo matrimonio con Manuela Riva Gómez, el 24 de Abril de 1823, según costa en el Archivo Histórico Diocesano de Santiago, donde obra la certificación procedente del Fondo parroquial de La Coruña, Parroquia de Santiago, Libro Sacramental nº 14, Folio 51.

El 30 de Septiembre de 1824, se produce una pérdida importante para Domingo, al fallecer en Santiago su maestro José Rodríguez González, quien por haber representado a Galicia en las Cortes durante las legislaturas de 1820-1821; 1821-1822, al igual que él fue purificado perdiendo su destino de Profesor de Astronomía del Museo de Ciencias Naturales de Madrid y Director de su Observatorio Astronómico teniendo que exiliarse a Portugal en 1824, enfermo y sin medios económicos de subsistencia, lo recogió en su casa su amigo Catedrático del Colegio de Farmacia de Santiago, Juan Francisco Suárez Freire a quien Rodríguez declaró su heredero universal.

Domingo y su esposa Manuela fijaron su domicilio, primero en La Coruña y luego en Santiago en la calle Ayala Picho de la Cerca nº 6, cerca del Convento de Bonaval, y allí privado de medios económicos con que sustentarse y sin pasaporte para moverse, se dedicó a la realización de mediciones meteorológicas con el barómetro de Fortín de graduación métrica y un termómetro centígrado, realizando trabajos de gabinete en su Carta Geométrica de Galicia, imposibilitado sin poder salir al campo.

No obstante, en dos ocasiones, solicitó “súplica de purificación” a la Junta de Santiago, acogiéndose al Real Decreto de 24 de Mayo de 1824, mal llamado de indulto y perdón general sin conseguir en un primero y segundo juicio que se revocara el Fallo.

Sebastián de Miñano

A principio de 1826, el Abate Sebastián de Miñano y Bedoya, comenzó en Madrid, Imprenta de Pierart-Peralta la publicación de su Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal. Miñano para su elaboración, según nos cuenta en el prólogo de su primer tomo, se valió principalmente de la colaboración de los párrocos y demás autoridades de los pueblos de España a quienes remitía un cuestionario solicitando datos de lugar, al igual que Pascual Madoz efectuó años después para la confección de su Diccionario Geográfico y Estadístico de España y sus posesiones de ultramar cuya elaboración desarrolló entre 1834 y 1850. Fontán le remitió más de un formulario.

En lo que se refiere a Galicia, para la confección de ese primer tomo Miñano contó con la colaboración de José Lucas Labarda Romero (Ferrol, 18 de Octubre de 1762 – La Coruña 31 de Julio de 1842) quien fue afrancesado y ocupó el puesto de Secretario de la Junta de Gobierno del Consulado de La Coruña y fue autor de la Descripción Económica del Reino de Galicia que publicó en Ferrol, 1804, Imprenta de José Riesgo Montero, que facilitó a Miñano para que lo emplease a los fines pretendidos.

Otro de sus colaboradores fue el padre de la conocida escritora Concepción Arenal Ponte (Ferrol, 31 de Enero de 1820 – Vigo, 4 de Febrero de 1893) el Coronel Liberal, con destino en El Ferrol Ángel del Arenal Cuesta (Juan Bautista de Armaño, Cantabria 17 de Abril de 1790 – Leiro, Puentedeume, 26 de Enero de 1829), quien ilustró a Miñano sobre la contigua provincia de Betanzos y le remitió un artículo sobre El Ferrol junto con el plano de la Villa y su Arsenal que publicó en 1829 en el tomo XI en la advertencia afirmaba:

“Por último, llamamos la atención de nuestros lectores el artículo Ferrol que nos remitió pocos días antes de morir nuestro malogrado amigo Don Ángel del Arenal, así por ser un modelo de descripciones topográficas porque en él se hallarán exquisitas noticias de aquellos magníficos Astilleros tan mal conocidos de muchos españoles y tan justamente envidiados en el extranjero….”   

Sebastián de Miñano y Bedoya (Becerril de Campos, Palencia, 20 de Enero de 1779 – Bayona, Francia 6 de Febrero de 1845) fue escritor, Periodista, Historiador, Geógrafo y Político. En 1791 ingresó en el Seminario de Palencia donde recibió órdenes menores, en 1794 cursó leyes en la Universidad de Salamanca, estudios que al año siguiente continuó en Toledo.

Durante la Guerra de la Independencia, reconoció a José I como Rey de España, concluida la contienda se exilió en Bayona en 1813, tras juicio de purificación pudo regresar a España en 1816. Durante El Trienio Liberal militó como liberal exiliándose nuevamente en 1823 regresando a Madrid en 1824. Entre sus obras se encuentra el Diccionario Geográfico Estadístico de España y Portugal, cuyos 11 tomos elaboró entre 1826 a 1829. Fue miembro de la Real Academia de la Historia de la Sociedad de Geografía de París. Bajo la protección del Ministro de Hacienda Luis López Ballesteros organizó y dirigió la Gaceta de Bayona y la Estafeta de San Sebastián. Fue Director del Gabinete Geográfico de la Secretaría de Estado, se le concedió la Legión de Honor Francesa y la Cruz de Carlos III, en 1830 se retiró a Bayona, Francia, donde permaneció hasta su fallecimiento.

Publicado el primer tomo de su Diccionario, Sebastián de Miñano se puso en correspondencia con Domingo Fontán quien le remitió cuantos datos le demandó.

El Diccionario de Sebastián de Miñano fue criticado de la forma más grosera por el Geógrafo Fermín Caballero Mergaez, quien no tuvo el más mínimo reparo en llevar su crítica al campo de lo personal mediante la más descarnada burla y el insulto, en sus “Correcciones Fraternas al Presbítero Sebastián de Miñano, autor del Diccionario Geográfico de España y Portugal”.

Sirva de ejemplo su “Segunda Corrección Fraterna” publicada en Madrid en 1827, imprenta de E. Aguado, bajada de Santa Cruz, cuando en su página 27 el suscriptor Semi-geógrafo Fermín Caballero, afirma:

“…Hi de puta, y cómo copia retazos del precioso libro ¿si tendrá alguna analogía el Quijote con el Diccionario?….” Años más tarde, con el mismo estilo mordaz criticó la Carta Geométrica de Galicia y a su autor.

Por esas fechas, Fontán seguía impurificado por su participación en la Diputación Provincial de La Coruña como Secretario, a pesar de haber solicitado en dos ocasiones “suplica de purificación” a la Junta de Santiago.

Curiosamente su amigo Antonio Loriga y Reguera, quien durante el Trienio Liberal fue Presidente de la Diputación Provincial de Galicia y después de la Diputación Provincial de La Coruña, recordándole los deberes de  esposo y padre de familia que en esos tres últimos años (1824-1826) había contraído, le exigió que fuese a la Villa y Corte a solicitar del Rey su purificación, pues al agotar la primera y segunda instancia solo se podía obtener por gracia especial de S.M.

Antonio Reguera, para evitarle problemas derivados de su pasaporte durante el viaje, hizo que le acompañase el Brigadier Luis Antonio Rueda, quien ocupaba el puesto de Subdelegado de Policía de La Coruña, cargo que reunía junto con el de Corregidor en virtud de Real título de 11 de Febrero de 1824, por Real Orden de 17 de Marzo fue nombrado Gobernador Militar de la Plaza de La Coruña.

Fontán en la Corte a los fines expresados se dirigió a la Secretaría de Gracia y Justicia reencontrándose con su amigo de la infancia José Lamas Pardo, quien ocupaba el cargo de Oficial 2º Mayor de ese Ministerio de Gracia y Justicia y a Jacobo María de Parga y Puga (Santo Tomé de Vilacoba, Betanzos, La Coruña, 17 de Mayo de 1774, Madrid – 19 de Abril de 1850), quien en esas fechas tenía el puesto de Director del Museo de Ciencias Naturales.

Fontán aprovechó el viaje a Madrid, para conocer personalmente al Abate Sebastián de Miñano, a quien le hizo entrega de una copia del plano de la mitad oriental del Reino de Galicia, según tenemos referido. Miñano enterado del motivo del viaje de Fontán, lo presentó al Secretario de la Estampilla y ayuda de Cámara de S.M. Fernando VII, Juan Miguel de Grijalva Guzmán, a quien mostró el plano de Fontán al igual que a sus compañeros de la Real Academia de Historia.

Enterado el Ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros de los trabajos geodésicos practicados por Fontán en Galicia, a través de Miñano le mandó decir que contase con su protección.

Fontán regresó a Galicia habiendo cumplido sobradamente los fines de su viaje, dado que mediante Real Orden de 22 de Agosto de 1826, firmada por el Ministro de Gracia y Justicia, Francisco Tadeo Colomarde, fue purificado y repuesto en su Cátedra de Matemáticas Sublimes de la Universidad de Santiago, Dicha Real Orden fue sancionada por el Claustro el 24 de Septiembre de 1826 pudiendo impartir el curso de 1826-1827 iniciado el día de San Lucas.

Pocos días antes el 18 de Octubre, recibió el Diploma de Socio correspondiente de Lugo de la Real Academia de la Historia como reconocimiento de su obra, que recomendaron al Gobierno su publicación.

La Real Academia de la Historia, fue creada por Decreto de 18 de Abril de 1785 con la finalidad de “aclarar la importancia de la verdad de los sucesos, desterrando las fábulas introducidas por la ignorancia o por la malicia, conduciendo el conocimiento de muchas cosas que oscureció la antigüedad o teniendo sepultado el descuido”.

En ese año de 1826, Miñano publicó los cinco siguientes tomos de su Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal en el prólogo o advertencia preliminar del Tomo II da a conocer la existencia de la Carta Geométrica de Galicia concluida en su mitad occidental recomendando al Gobierno su publicación:

“Bien saben nuestros lectores cuan poco conocido ha sido hasta ahora el reino de Galicia, ya por las escasas descripciones que de él se han hecho, ya por la inexactitud de los únicos mapas que corren grabados de sus siete provincias o partidos, ya por la viciosa y desproporcionada división de aquel territorio, y particularísimamente por la dificultad que ofrecía el dar una idea, por ligera que fuese, de todas las aldeas que constituyen cada una de sus parroquias. Nosotros hemos tenido la osadía de emprender este último trabajo cuando ya estaba mediada la impresión del primer volumen; y aunque estamos muy lejos de creer que hayamos conseguido tan difícil empresa, sin embargo podemos asegurar que de sola la provincia de Lugo tenemos ya extendidos más de 5.500 artículos de poblaciones, cortas y reducidas a la verdad, pero que no por eso desmerecen el que se haga mención expresa de ellas en una buena topografía. Ojalá que hubiésemos tenido antes la ventaja de conocer y registrar los recientes trabajos que nos ha facilitado el profesor de matemáticas de la universidad de Santiago, Don Domingo Fontán, quien sin perdonar gastos, incomodidades, y no pocos riesgos, logrando levantar por su propio reconocimiento y triangulación, un mapa en escala mayor (de 28 líneas por legua marina) de la parte occidental del reino de Galicia. Este precioso trabajo, uno de los más perfectos sin duda, y acaso el más difícil de cuantos ha emprendido hasta ahora los geógrafos españoles y extranjeros, ha venido a nuestro poder hace pocos días por la generosa condescendencia de su autor, cuya modestia no se ha desdeñado de admitir nuestra amistad. Por él vamos rectificando muchas de las equivocaciones a que nos habían inducido las inexactitudes de otras cartas geográficas. Plegue a Dios que el público español no carezca por mucho tiempo del fruto de estos trabajos, cuya publicación sería un objeto muy digno de la munificencia del Gobierno”.    

Placa en el Ayuntamiento de Becerril de Campos. Archivo FDF.

En el tomo III de ese Diccionario Geográfico y Estadístico, se publica en escala de dos leguas de veinte al grado “El plano del país adyacente a las tres Rías de La Coruña, Betanzos y El Ferrol, llamada de las Mariñas” levantado por Fontán, anunciando Miñano en el prólogo de ese III tomo, la publicación de otros mapas del mismo autor en los siguientes:

“Lleva adjunto un mapita que representa el país adyacente a las tres Rías de La Coruña, Betanzos y El Ferrol, conocido  con el nombre del Valle de las Mariñas, que es uno de los más deliciosos de Galicia y comprende aquella parte de la Carta desde el Cabo Prior y Punta de Peñaboa, el cual se entregará a los subscriptores que gusten adquirirlo pudiendo asegurarles que este y algunos otros trozos que publicaremos de la Carta de Galicia son los más exactos que se han dado a la luz hasta ahora, y está recientemente levantados por nuestro ilustrado amigo Don Domingo Fontán, profesor de matemáticas sublimes de la Universidad de Santiago.

Dicho mapita fue reproducido por el Capitán General Bernardo Antonio Lluch, natural del Ferrol donde se dedicó al comercio y el escritor Santiago Aenyen, natural y vecino de La Coruña, quienes mediante Decreto de 10 de Mayo de 1847, dado en La Habana, obtuvieron permiso para reeditarlo en esa ciudad y en dicho año, en el primer Tomo de la Historia General del Reino de Galicia que el Padre Pascasio Seguin, imprimió en la ciudad de Méjico en 1750”.     

El escritor Manuel Murguía, esposo de Rosalía de Castro, en la página 39 de su Diccionario de Escritores Gallegos, Vigo 1862, Editor J. Campanel, cita dicho mapa, o mapita como lo define Miñano, al referirse al escritor Santiago Aenyen:

“En el primer tomo incluyeron los editores, un plano del país adyacente a las tres rías de La Coruña, Betanzos y Ferrol, llamado de las Mariñas, levantado por el Doctor Don Domingo Fontán. Ignoramos si está reducido por este distinguido patricio, o fue hecha en la Habana la reducción del gran mapa de Galicia publicado por dicho Sr. Fontán”.    

El plano no es ninguna reducción del Mapa de Fontán, sino una copia exacta, del que en 1826 publicó Miñano en su Diccionario Geográfico y Estadístico, aunque difieren en la cartela, que reza en ambos con el mismo texto:

“Plano del País adyacente a las tres rías de La Coruña, Betanzos y Ferrol, llamada de las Mariñas por el Doctor Don Domingo Fontán. Escala de leguas dos varas al grado”, aunque con diferente tipo de letra impresa de forma curva en el de Miñano, en cuyo margen inferior consta “R. litografía de Madrid”. En el de Lluch y Aenyen, la impresión de la cartela está impresa de forma recta, y en el margen inferior derecho consta: “Litografía del Gobierno y de la Real Sociedad Económica” y en el margen inferior izquierdo: Calle Recla 70 (S.Martin Lit.)”    

A su regreso a Santiago, por Acuerdo de la Real Audiencia de Galicia, se le encarga ejecutar los trabajos para la división judicial y municipal de Galicia, que realizó con la inapreciable colaboración de su amigo José Lamas Pardo, quien actuó como coordinador del proyecto de división municipal llamado entonces de División en Corregimientos o Alcaldías Reales. Fontán efectuó croquis de los partidos, entre ellos se conserva en el Museo de Pontevedra el plano impreso del Corregimiento de la Cañiza realizado en escala de dos leguas, estos trabajos los compaginó con los de su Carta Geométrica de Galicia y le dieron la oportunidad de reunirse con su amigo José Dionisio Valladares Gómez, con quien como tenemos dicho, en 1818 se ocupó en desempeñar la comisión para la formación de la riqueza de la provincia de Santiago y de La Coruña por encargo de su Junta Superior de Estadística.

El Plan de corregimientos de Galicia fue un proyecto que debía de servir de ensayo para la futura división territorial de España. La mitad occidental de la Carta Geométrica de Galicia en escala 1/100.000 fue una única e imprescindible referencia para apoyar este importantísimo trabajo que se culminaría con la división territorial de 1833, por medio de la cual Galicia por segunda vez, sus siete provincias quedarían reducidas a cuatro: La Coruña, Lugo, Orense y (en lugar de Vigo, como en la división efectuada durante el Trienio Liberal), Pontevedra.

El 2 de Junio de 1827, se produjo un hecho que determinó que su Carta Geométrica de Galicia tuviera una nueva fuente de financiación aparte de los 20.000 reales de su sueldo en la Cátedra de Matemáticas Sublimes de la Universidad de Santiago, mermado para satisfacer las cargas familiares contraídas como consecuencia de su matrimonio con Manuela Riva.

En 1827, Andrés Fontán, hermano de Domingo, como apoderado de su padre Rosendo y demás socios de la Fábrica de papel del Castro de Lousame, sacan a pública subasta la construcción de tres ruedas hidráulicas de las siete proyectadas, además de cuatro pilones de piedra que debían contar cada uno de las tres ruedas a excepción del último que debía ser de cinco, lo que creó un serio problema al padre de Fontán, al no poder hacer frente al pago de la parte proporcional que le correspondía de dichos gastos, por ello mediante escritura de fecha 14 de Noviembre de 1827, Rosendo Fontán Oliveira, cede a su cuñado el Cura Párroco de Noya Sebastián Rodríguez Blanco “La parte y acción que tenía en dicha fábrica a cuenta de lo que por él había suplido, ante la imposibilidad de pagarle todo lo que había desembolsado, a menos de que se desprendiera de la mayor parte de todos sus bienes, con ruina de su familia, todo lo más que le adeudaba”.

Por escritura pública de 27 de Noviembre de 1827, Sebastián Rodríguez Blanco, hace donación de dicha parte a sus sobrinos Andrés y Domingo, reservándose la mitad de sus producciones para todos los días de su vida, sin tener que aportar más capital y sin tener que hacer gastos alguno, tanto para la elaboración del papel como para la conservación del edificio”. De esta forma, Andrés  y Domingo pasaron a ser socios de la Fábrica de papel del Castro de Lousame, hasta posteriormente convertirse en sus únicos propietarios.

En el transcurso de ese año de 1827 se publican en Madrid, Imprenta Pierart Peralta, los Tomos VI, VII y VIII del Diccionario Geográfico y Estadístico de Sebastián de Miñano, los cinco primeros se publicaron el año anterior.

En el tomo VIII, Miñano daba la noticia de la posición geográfica de Santiago, medida por Domingo Fontán en 1821, según referimos.

En 1828, se publican los tomos IX y X, y en este último, donde se incluye el plano de la Ría de Arosa, también levantado por Fontán en escala de tres millas.

En 1829, se publicó un último tomo al objeto de enmendar los errores advertidos.

En su autobiografía, publicada por el Instituto Padre Sarmiento, en sus Cuadernos de Estudios Gallegos, 1946, Fontán manifiesta los acontecimientos referidos.

“Se publicaba entonces en 1826, por Don Sebastián de Miñano, un Diccionario Geográfico y Estadístico de España y se iba a imprimir el 2º tomo en cuya advertencia preliminar daba a conocer la Carta Geométrica de Galicia casi concluida por lo tocante a la mitad occidental de tan vasto país, por la constancia y el esfuerzo de Fontán que desde el año 1818 había dedicado a tan importante trabajo todo el tiempo y ahorro de que podía disponer. El que había ocupado destinos como los de la Junta de Repartimiento y Estadística de la Secretaría de la Diputación Provincial, utilizándolos en beneficio de una empresa tan colosal, no servía a una política mezquina, servía a una patria cuyo buen gobierno y administración requiere datos como los que ofrece una Carta exacta, que representa fielmente el territorio en que se ha de gobernar y procurar todo el bienestar posible de los gobernados. Esta obra no solo fue conocida y recomendada por el Gobierno su publicación por la noticia que de ella y de su autor daba Miñano, sino que también era conocida y de ella se servía en trabajos muy útiles de la división judicial y municipal de Galicia,  el Sr. José Lamas Pardo, Oficial mayor de Gracia y Justicia, compañero de Fontán y amigo suyo desde la niñez, así como se había servido la Diputación Provincial de aquel antiguo reino. En estos y otros trabajos debidos a la laboriosidad y conocimientos de Fontán y no en informes calumniosos, se formó el buen juicio del Gobierno reponiéndole en el destino del que es muy digno.

Con el conocimiento de la misma Carta de Galicia, que vieron muchos individuos de la Real Academia de la Historia, le envío ésta el Diploma de Socio, así como también le dispensó igual honor la Sociedad de Geografía de París en el año 1838 luego que se hizo pública la conclusión de la obra”.   

En los trabajos de la división judicial y municipal de Galicia, además de José Lamas Pardo también participaba su subordinado en la Secretaría del Ministerio del Gracia y Justicia, José Arias Teijeiro y Correas (Pontevedra 1799 – San Pedro de la Ramallosa, Pontevedra 1867), cursó leyes en la Universidad de Santiago, en 1830 fue Letrado de la Sala del Crimen de la Audiencia de Galicia. En sus Diarios que abarcan de 1828 a 1830 en los que criticó duramente la política moderado-afrancesada del Ministro de Hacienda Luis López Ballesteros.

El 6 de Mayo de 1828 (volumen 1º pág. 105) afirmaba de Fontán:

“El bribón de Fontán me habló largamente contra la marcha del actual dejando caer sobre el gobierno absoluto, todo con mucha mano y pillada. Es espía de Ballesteros”.

Fontán en el curso académico de 1827-1828, además de impartir la docencia en su Cátedra, asistió a la de primer año de Derecho Romano y a la Academia Dominical de Leyes obteniendo el Grado de Bachiller en Leyes el 18 de Junio de 1828.

En el año 1828, terminó la triangulación de la mitad occidental de Galicia que plasmó en el plano de esta parte. Oeste de Galicia dado que Fontán dividió su Carta Geométrica “en dos bandas de ocho pies de largo y cuatro de ancho cada una de ellas, que representaban la parte oriental y occidental de Galicia separada por su meridiana central”. Según relata en la introducción (redacción A) de la Descripción Geométrica de Galicia publicada en los Cuadernos de Estudios Gallegos, Santiago 1946, que en definitiva es un borrador autógrafo de la Memoria de los trabajos de su Carta Geométrica que le fue interesado por el Gobierno mediante Real Orden de 10 de Julio de 1838.

Rodolfo Núñez de las Cuevas, Ingeniero Militar Diplomado en Geodesia, Ingeniero Geógrafo, ex Director del Instituto  Geográfico Nacional, en el libro Cartografía de Galicia 1522-1990, publicado en 1988 por dicho Instituto, con ocasión del bicentenario del nacimiento de Domingo Fontán (1788-1866). En un artículo inserto en dicho libro comenta:

“Fontán terminó el dibujo original o “minuta” en 1834, está formado por dos bandas de 242 centímetros de largo por 110 de ancho y utilizó aguadas de color verde azulado y sombreado para el relieve…”

En el catálogo de la  cartografía gallega recogida en dicho libro se citan otros manuscritos del Mapa Fontán:

“Existe otro ejemplar original que no contiene información altimétrica dividido en 16 hojas y realizado en escala 1:100.000, publicado en 1834”.

Se conserva la minuta original de esta Carta dividida en 8 hojas, a escala 1:100.000 con cartela diferente, fechada en 1834”.

El Mapa de dos bandas, que fue el que Fontán presentó al público en los salones del Ministerio de lo Interior el 5 de Diciembre de 1834 durante 10 días.

El ejemplar de 16 hojas fue el que Fontán llevó a París para facilitar su transporte gracias a su reducido tamaño

El ejemplar de 8 hojas o minuta original de la Carta Geométrica, que al igual que el anterior también carece de altimetría, fue el que Fontán presentó el  de Diciembre de 1834 al Ministro de lo Interior, José María Moscoso de Altamira y Quiroga y el día 3 de ese mes de Diciembre a la Reina Gobernadora acompañada del Infante Francisco de Paula y Borbón y Borbón y su esposa Luisa Fernanda Borbón dos Sicilias.

Los dos primeros, el de 2 bandas y el de 16 hojas, al igual que la titularidad de los croquis de la Carta Geométrica de Galicia se encuentran desaparecidos con ocasión de su depósito el 12 de Diciembre de 1905 en  el Instituto Geográfico Nacional, al igual que las doce piedras litográficas, cancelado el depósito por la vía judicial, solo se pudo obtener la devolución de la Minuta Original de 8 hojas que conserva la Fundación desde el 25 de Diciembre de 2005.

Dando continuidad al relato fáctico objeto de este artículo nos retrotraemos al año 1828 en que Fontán extendió su triangulación a la parte Oriental de Galicia.

Por esas fechas el Arquitecto de Mérito Ayudante de Caminos Alejo Andrade Yáñez (Monforte de Lemos 1793 – Orense 10-I-1844) se encargaba de la construcción de la carretera de Lugo a Santiago, y al efecto de trazar la ruta más conveniente se le ordenó a Alejo Andrade levantar el plano del terreno que medía entre ambas ciudades.

A tal fin, Andrade conocedor de los trabajos de Fontán se puso en comunicación con él, de esta forma coincidieron los intereses de ambos emprendiendo una mutua colaboración que fructificó en una entrañable amistad que mantuvieron hasta el fallecimiento de Andrade en las obras de la carretera de Orense a Castilla.

El lunes 8 de Diciembre de 1828 en su Nº 20 La Gaceta de Bayona (Francia) periódico político literario e industrial, órgano oficioso de propaganda del sector reformista del Gobierno. Periódico que fue creado y dirigido por Sebastián de Miñano y Bedoya, bajo la protección del Ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros, que se publicó del 3 de Octubre de 1828 al 6 de Agosto de 1830, ofreció una imagen de España en trasformación y crecimiento bajo el absolutismo ilustrado.

En su página 2 recogía el siguiente artículo:

“Lugo 19 de Noviembre a medida que en algunos provincias de España se forman las comunicaciones interiores a beneficio del rompimiento y continuación de carreteras, en Galicia no se descuida este ramo tan interesante a la felicidad pública.

Bajo la protección del marqués de San Martín de Hombreiro, por dirección de Don Alejo Andrade y Yáñez, ayudante facultativo de los caminos de Galicia, y a la inmediación del puente mayor de esta ciudad, situado sobre las aguas del caudaloso Miño, se ha dado principio en el año pasado de 1827, al ramal de carretera que debe comunicar con la de Santiago. En la temporada de este año se continuaron las obras hasta la ciudad, venciendo los obstáculos que ofreció la enorme pendiente de aquel terrero, por cuya razón y a fin de dar al camino la suavidad que requiere el uso continuado de los carruajes y la comodidad de los transeúntes, se halló conveniente prolongar su línea, en vuelta, hasta la casa de baños minerales, salvando aquel principio con un robusto y elevado murallón o camino artificial de piedra, en cuya fábrica se han empleado los elementos de más larga duración, atendido el grande empuje que debía hacer un malecón de tierra floja de casi 50 palmos de altura por 32 de espesor.

Allanadas las dificultades que ofrece la carretera en su primera legua, es muy probable continuar las obras hasta Santiago tan luego como resuelva la Dirección General de Correos y Caminos si ha de ir por la vía de Mellid o por la de Sobrado; a cuyo efecto se ha mandado al citado Sr. Andrade, levantar el plano de terreno que media entre las dos ciudades, con expresión de las diferentes direcciones que pueden darse con ventaja a la carretera.

Los progresos de esta obra serán más rápidos si las dos protectorías en que está dividida Galicia volviesen al goce de los arbitrios que el Gobierno les había consignado en otro tiempo o se sustituyeran por otros pues han experimentado los fondos de caminos transversales una disminución tal, que apenas podrán cubrir la completa reparación de los caminos ya construidos, cuanto más la construcción de otros nuevos.

En la próxima primavera también se dará principio a las obras de rectificación del puente de Belesar sobre el río Miño situado entre la Villa de Lemos y la Villa de Chantada.

Este puente cuya longitud total es de  414 pies, y de 59 su altura, fue arruinado por las abundantes aguas de 1788, y en aquel estado permaneció hasta que nuestro augusto Monarca en consecuencia de varias súplicas de los pueblos comarcanos, concedió un arbitrio para su reparación al radio de 20 leguas de dicho puente. Se ha dado ya los pasos preliminares a la ejecución de esta obra sumamente interesante a los países de Lemos, Chantada, Camba, Deza y las Rías de Pontevedra, pues qué forma por decirlo así, la llave del tráfico recíproco de esta comarca.

A fin de 1830 quedará completamente realizado este proyecto, y satisfecha la ansiedad de aquellos pueblos. El encargado de la dirección de esta obra es el mismo Sr. Andrade”    

En un artículo publicado el nº 25 de 26-XII-1828 sobre los caminos transversales de Galicia se insiste en este de Lugo a Santiago, concluyendo:

“Los planos topográficos y la estadística de las provincias, son datos sin los cuales mal pueden trazarse sus carreteras, y nada de este tenemos con la exactitud necesaria”.

Según afirmábamos Alejo Andrade, quien en ese año de 1828 dirigía en Santiago de Compostela las obras de reparación de la antigua alhóndiga, se puso en contacto con Fontán requiriendo su ayuda para levantar el plano necesario para determinar el trazado más idóneo de la carretera que proyectaba de Lugo a Santiago, ya sea por Mellid o por Sobrado, que coincidía con el interés de Fontán en prolongar su triangulación a la parte occidental de Galicia, para lo cual era necesario la medición de un asegunda base. Alejo Andrade no solo aconsejó el lugar que le pareció más idóneo en la recta del camino real que sale de Lugo hacia Castilla sino que colaboró activamente en su medición en el mes de Septiembre de 1828.

Fontán también contó con la colaboración de su hermano Andrés, quien en la Casa del Curro de la Villa de Noya a nivel del mar realizaba mediciones barométricas empleando cada uno un barómetro de Fortin o barómetro de nivel constante, uno de ellos propiedad de la Universidad de Santiago, se emplearon cuatro perchas de 5 metros de largo a 18º centígrados diferentes a las que se utilizaron en la medida de la Base de Formarís en 1820, construidas también por los Arquitectos Ayudantes de Caminos, José y Domingo Lareo, por encargo y cuenta de Fontán según se describen en el Libro de Geodesia de Louis Puissant (1805). Se fabricaron en madera de pinavete seco, traído de Holanda de más de cincuenta años, se les dio un fuerte barniz de litargio para evitar la humedad causa de dilataciones que Fontán trató de controlar por todos los medios para lograr la medida de la Base con toda la exactitud posible, midiendo la temperatura ambiente con un termómetro centígrado y midiendo las perchas con un metro de Fortín construido en latón perteneciente al Gabinete de Física de la Universidad  de Santiago, alineándolas mediante un nivel graduado, también empleó su anteojo de pasos de Troughton, un comparador de Lenoir.

Las perchas de cuyo transporte se ocuparon dos mozos, al concluir la medida de la Base se quedaron en Lugo en casa del Marqués de San Martín de Hombeiro, José María Prado de Neyra (Lugo 8, de Enero de 1778 – Madrid, 26 de Noviembre de 1838. Fue Procer del Reino en la Legislatura de 1834-1835 (Lugo) y Senador por esa provincia en la legislatura de 1836-1837.

Las operaciones geodésicas de medida de la Base del Corgo comenzaron el 12 de Septiembre de 1828 en que Fontán y Alejo Andrade salieron de Lugo con las perchas y sus correspondientes mesas y sus cilindros, fijando el inicio de la misma con un pilar de piedra con cabeza de plomo junto al Mesón de la Penela y terminaron a las cuatro de la tarde del día 21 de Septiembre concluyendo la Base enterrando una piedra de ¾  de altura con un agujero de 2 pulgadas de profundidad cubierto por una chapa de plomo, la superficie de este agujero está a 2 ó 3 cuartas debajo del camino.

Durante esos días en que se hospedaron en el Parador de Andrés Varcárcel sito en el Corgo, sus ocupaciones fueron las que seguidamente transcribimos del diario de la medición de la base del que hemos omitido las mediciones barométricas para no abusar de la paciencia del lector.

Día 12 de Septiembre de 1828:

“Salimos de Lugo (con las perchas) al marco 16 para medir la base. Se mojaron mucho las perchas, se estableció la 1ª próximamente al Mesón de Penela y se fijó un pilar de piedra con cabeza de plomo en el otro extremo junto a un peñasco que domina la zanja del norte”.

Día 13 de Septiembre de 1828:

“Se empezó la medida con lluvia y fuerte aguacero y se construyó una cabaña sobre el extremo occidental para el abrigo del anteojo de pasos, midiéndose ocho tandas y media con mucha dificultad por la proximidad de la zanja, ocurrió un fuerte aguacero a las 12 quedando despejada la tarde, fue preciso establecer la línea más hacia el camino para lo cual se clavó un piquete al extremo de la percha 2ª tanda 9ª y otro al principio de la percha 3ª ambos con cabeza de plomo y así se midió con mucha celeridad hasta la regla 3ª tanda 21ª. En la noche del mismo día 13, se compararon las perchas con el metro, se hallaron mayores que los 5 metros en 0,0015 m. y sensiblemente iguales. El termómetro señalaba 18º”.

Día 14 de Septiembre de 1828

“Por ser domingo lo dedicamos a verificar las perchas examinando desde luego, si eran iguales entre sí. A este fin empleamos un comparador de palanca encodada cuyos brazos eran el uno de 9 centímetros y el otro de 244 (comparador de Lenoir) las perchas 1ª 2ª y 3ª resultaron exactamente iguales pero la 4ª nos pareció menor mediante avanzo el comparador en un arquito de 5 milímetros, así que para saber lo que retrocedió el codillo formamos la proporción 2.440:90 = 5 mm. (de avance del arquito nunca el resultado de tal división) al retroceso. Resulta pues la 4ª menor que las otras en 0,184 mm.

Se hizo esta operación antes de comer y por la tarde se pusieron piquetes en la alineación de la base a 180 metros de distancia aproximada partiendo del último hasta la casa del Corgo. Por último, indicando el termómetro 16º y medio comparadas las perchas 3ª y 4ª con el metro resultaron mayores que 5 metros en un milímetro”.

Día 15 de Septiembre de 1828:

“Buena mañana muchísimo calor, tuvimos que suspender la medida al paso de 1.500 soldados.

La percha nº 1 en la tanda que va señalada con más encabeza con la nº 2 a la mitad de su espesor por un vicio de alineación resulta pues que al largo de la percha nº 1 debe ser añadido en una cantidad igual al exceso de la hipotenusa de un triángulo rectángulo cuyos catetos son el mismo espesor de ella.”

Día 16 de Septiembre de 1828:

“En la mañana de ese día hubo una niebla densísima que humedeció las perchas de las 5,30 a las 9,30 h. después hizo un calor fuerte aunque más tolerable que el del día 15”.

Día 17 de Septiembre de 1828:

“Estuvo muy  templada la mañana y excelente para trabajar, a las 11 sobrevino un aguacero que mojó las perchas en el espacio de 2 horas y siguió buena tarde y fresca y como la mañana”.

Día 18 de Septiembre de 1828:

“Presentóse muy malo el día, mojáronse las perchas y se recogieron la 3ª y 4ª para compararlas después de sufrir 3 horas de lluvia, la primera de ellas resultó de 5 m,0014 y la otra de 5 m,0014. Estas comparaciones todo el día a la intemperie y las susodichas se sacaron al camino después de comer para continuar la medición”.

19 de Septiembre de 1828:

“Buen día mañana templada calor notable después de las 10 hasta la noche. Observé el barómetro en nuestra habitación del Corgo, piso bajo del parador del Sr. Don Andrés Valcárcel…

Concluida la tarea del día al anochecer se midió la percha nº 3 en el mismo camino estando el termómetro a los 17º y resultó igual a 5 metros,00.

La percha nº 4 se midió a las 10 de la noche estando al rocío como las demás, resultó igual a 5 metros,00055 siendo la temperatura de 14º y medio”.

Día 20 de Septiembre de 1828:

“Las perchas quedaron en el patio de la casa del Corgo y con ellas se empezó la medida a las 6 después quemaba el sol…

Comparo en el campo la percha nº 3 a 25º (grados centígrados) 5 m,0007. La nº 4  4º 5 m,0007”

Día 21 de Septiembre de 1828:

“Quedaron abrigadas las perchas 3ª y 4ª en el Mesón de la Penela y las otras vinieron al Corgo y quedaron al rocío.

Comparada la 1ª y 3ª antes de que descubriera el sol excedió  aquella a esta en 0 mm,4

En la madrugada de este día se fue a la Penela en donde terminó la base a las 4 y media de la tarde enterrando una piedra de ¾ de altura con un agujero de 2 pulgadas de profundidad cubierto con una chapa de plomo, la superficie de este agujero está a 2 ó 3 cuartos debajo del camino. En la zanja se clavaron a la distancia de una percha dos piquetes de castaño y otro en dirección al mesón o más bien a la caseta del pozo.

El extremo de esta base dista 35 m,6 de la esquina de esta caseta”.

El 21 de Septiembre de 1828 en la habitación del Corgo, Fontán realizó mediciones barométricas.

El día 22 de Septiembre de 1828, continuó tales observaciones barométricas.

“Midióse en el Corgo la percha nº 2 que había quedado al rocío y se halló que a 17º tenía 5 m,00135”.

En el propio día 22 se concluyó la medida de la base y se fijó el extremo poniendo tres piquetes a una percha de distancia hacia la parte del N. los dos casi en la zanja y el otro intermedio, Fontán y Andrade  fueron tan meticulosos que tuvieron en cuenta la dilatación del latón que cubría los extremos de las perchas 1/533 de 0º a 100º y se determinaron los siguientes valores medios:

  • Perchas secas (días 15, 16 y 21) 5 metros, 001613553
  • Perchas húmedas o mojadas (días 13 y 18) 5 metros,0026133553
  • Perchas rociadas (día 20) 5 metros,0020133553
  • Perchas seco húmedas (días 17, 19) 5 metros,002113553
  • Perchas seco rociadas (día 20) 5 metros,001813953

Siendo la medida en metros de la base nivelada 4995, 392897 y medida al nivel del mar 4994,878679 metros”.

Fontán después de alinear las perchas y nivelar la base procedió a su reducción al nivel del mar valiéndose de las observaciones barométricas realizadas por su hermano Andrés en Noya a horas concertadas según nos relata en un manuscrito titulado:

“Operaciones Geodésicas de Galicia

Bases del Corgo y Formarís. Su reducción al nivel del mar.

La Base del Corgo medida en la carretera de Lugo a Astorga a dos leguas de aquella ciudad entre Cabreiros y Gumian se halla a 454 metros de altura sobre el nivel del mar y necesita una pequeña corrección. En efecto aumentando el radio de la esfera osculatriz que más se aproxima a la superficie de Galicia en 454 metros, serán proporcionalmente mayores los arcos de sus círculos máximos: Así que la base que es uno de ellos será algún tanto mayor que si perteneciese o se proyectase sobre una esfera cuyas dimensiones son menores.

El radio de la esfera cuya superficie se aproxime a coincidir con la que representa la totalidad de la Carta de Galicia, suponiendo su latitud media de 42º47’30’’ contiene 6.374.897 metros, empleando en su cálculo el aplicamiento 1:308,65 = 0,00324 el Log. R. del ecuador = 6.80458 metros y para disminuirla tendremos la proporción siguiente:

Como el Radio correspondiente a la Base Comp      L.        3,1954959

es el Radio de proyección                                              L.        6,8044732

así la Base medida (4995,0367 m)                               L.        3.6985387

es la Base proyectada sobre el

el mar (4995,0367 m)0 m.                                                       3,6895387

Diferencia  o sea reducción al nivel del mar              0 m.   3562

Del mismo modo la Base medida en la carretera de Santiago a la ciudad de Coruña entre la Loma de Busaco y la aldea de Formaris de la preparación (ilegible) como Radio correspondiente a la base 6,375162

Comp.                                                                                 L.        3,1955088

Es a la base medida y nivelada                                     L.        3,360700

Así el Radio de la esfera de proyección

(6,475897)                                                           L.        6,8044732

es a la Base proyectada sobre el mar

(2294,46789)                                                                              3,3606820

Nota

Las bases susodichas debieran conservarse para que en todo tiempo se verifican su exactitud, y a este fin elevarse pilares en sus extremos o en una línea paralela a la base, interceptada por perpendiculares a ella levantadas en dichos puntos  con este objeto se clavaron en la carretera de Santiago dos pilares cuyos extremos superiores tendrán unos 2 pies de profundidad respecto a la superficie del camino. En ellos hay un agujero circular con una plancha de plomo en su fondo, sobre la cual se trazó el punto en que terminaba el aplomo cónico tangente al uno y al otro extremo de la base. El Gobierno puede mandar que los Ayudantes de Caminos D. Alejo Andrade que conoce la posición de la base habiéndome acompañado a medirla en el año 1828 y D. Domingo Lareo que cuida de dicha carretera hagan levantar pilares según va dicho, y como se ha hecho en otros países, siendo los célebres D. Jorge Juan y D. Antonio Ulloa los que hicieron construir estas pirámides para perpetuar la medida de las bases y más operaciones del Perú.

También debe conservarse el metro que sirvió para determinar la longitud de las perchas con que verifico la medida de una y otra base. Este instrumento construido en latón por Fortin se halla en el Gabinete de Física de la Universidad de Santiago; y aún se conservan las mismas perchas de la base del Corgo que tienen 5 metros cada una de las 4; estando aquel de temperatura 18º centesimales, corrección que se tuvo en cuenta.

Los extremos de la base de Formarís medida en 1820 se conservaron marcados y desaparecieron cuando se reedificó la calzada, tampoco se conservan las perchas que eran 4, dos de cuatro metros y las otras 2 de tres y medio  cada una a la misma temperatura de 18º centesimales que también se empleó (ilegible) de la dilatación del latón 1:533 entre 0º y 100º o correspondiente a 100º para así calcular el número de metros señalado a dicha base”     

El manuscrito continúa con la “comparación de las Bases del Corgo y de Formarís y triángulos que las ligan hasta el lado Pico Sacro-Pedroso”, que no transcribimos para no abusar de la paciencia del lector.

La Gaceta de Bayona del viernes 12 de Diciembre de 1828 nº 21 en su segunda página publicaba el siguiente artículo sobre la medida de la Base del Corgo:

“Lugo 23 de Noviembre. Con motivo de levantar el plano del terreno que media entre esa ciudad y la de Santiago a fin de dar al camino la condición más ventajosa, el Dr. D. Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas Sublimes de aquella Universidad y Don Alejo Andrade Yáñez de la Real Academia de San Fernando, han medido en el mes de Septiembre último una base de 6.000 varas en la legua 17 de la carretera que sale de Lugo a Castilla, llamada vulgarmente del Corgo por su particular rectitud. Para la medición de esta base, que debía serlo de la triangulación desde Lugo a Santiago y otros diferentes puntos de Galicia, han empleado 4 perchas de pinavete de Holanda preparado con varios baños de aceite y litargio, sus extremos metálicos y los costados guarnecidos con una armadura ramboidal que impedía que hiciesen las perchas alguna curvatura en perjuicio de la exactitud de la medición.

A cada una la acompañaba un nivel de cartabón con un delicado perpendículo sobre una graduación tan prolija que apreciaba las más pequeñas inclinaciones de cada percha respecto de la horizontal; y además las correspondientes mesas y carretes en que serán conducidas. Facilitándolas al mismo tiempo un suave movimiento lateral y de vaivén  para los momentos del contacto. Aparato preferible al de los caballetes que se emplearon en el Perú.

Hechas las comparaciones diarias de las perchas con el metro metálico que las acompañaba, y las convenientes reducciones por razón de inclinación temperatura y estado de la atmósfera, han reducido la verdadera longitud horizontal entre los extremos de la base, los cuales para su conservación y que pudiesen ser útiles en lo sucesivo, fijaron en dos robustas pilastras de piedra sillar con sus planchas metálicas embutidas, y en todo enterrado a la conveniente profundidad dentro del área del Camino Real, remitiendo sus distancias a diferentes peñascos y casas inmediatas para que aun cuando llegasen a moverse dichas piedras, no se perdiesen los puntos extremos de la base.

Concluida la mediación, dieron principio a la triangulación con dos primorosos círculos repetidores, iguales al que se han empleado en la medición de la meridiana de Francia, dos sextantes de reflexión.

Construidos en Inglaterra por Trougthon y Allan, un primoroso barómetro de Fortin y un acromático muy fuerte de pasos meridianos que no cedía a los demás instrumentos. No solo llevaron dicha triangulación hasta Santiago y límites de la provincia de León y Asturias, estacionándose en los cerros más bien terminados, sino que situaron al mismo tiempo geométricamente las parroquias intermedias, las cordilleras más notables y los afluentes y cursos de algunos ríos y arroyos.

Dedujeron por observaciones recíprocas la altura sobre el nivel del mar de los puntos más interesantes, resultando de estas operaciones, que los trabajos hechos con el mayor cuidado e inteligencia por el Dr. Fontán en los años anteriores desde el Cabo Finisterre y Ortegal, para la continuación de su Mapa de Galicia, no solo estaban conformes a la repetición, sino que la base medida en aquel tiempo (de Formarís) a la inmediación de Santiago, de la cual deriva su triangulación, conviene exactamente con la última medida en el Corgo. Estas operaciones, en que además de la inteligencia y escogidos instrumentos para ejecutarlas con acierto, es menester hacer muchos sacrificios personales y pecuniarios, no pueden repetirse con frecuencia a menos que los costee el erario público, y como por otra parte sabemos que en España no hay más bases medidas con tanta prolijidad y precauciones que de las dos que hemos hablado, será lástima que se pierdan o se sepulten en el olvido; pues bien consideradas son un monumento muy interesante a los progresos de la geografía de nuestro suelo, y un principio del cual podría partirse para la continuación del Mapa de España, sin tener que apelar a nuevas mediciones tan costosas como incómodas y difíciles.

Esto no obstante, sabemos que continuarán en esta clase de trabajos en cuanto se lo permitan las atenciones de sus destinos, y que si el Dr. Fontán llegase a concluir felizmente su Mapa de Galicia, en que trabaja hace más de seis años, será el único que posea España hasta el presente”.    

Una vez medida la Base del Corgo, Fontán al objeto de efectuar el mapa que precisaba Alejo Andrade para trazar la carretera de Santiago a Lugo,  se ocupó de la prolongación de la triangulación del este al oeste, así en la Descripción Geométrica de Galicia (Redacción B) publicada en los Cuadernos de Estudios Gallegos en 1946 que como tenemos dicho constituye la Memoria que efectuó entre 1849 y 1850, en ella nos comenta:

“Asegurados ya de la exactitud de la triangulación que en un principio solo pudo calcularse por la Base de Formarís, triangulación que abrazaba casi toda la parte occidental de Galicia, se la prolongó por el Este hasta la Sierra de Ancares y del Caurel, en la frontera de Asturias y León, y por el Oeste, se repitió esta operación hasta el Cabo de Finisterre. Dos triángulos de primer orden bastaban para fijar la posición del Pico de la Torrentera al del Puerto de Cienfuegos y la del Capeloso al Sur de Piedrafita, y otros tres nos conducían por el Oeste a las cumbres del Pindo y del Cabo de Torto. Así es como una de las líneas geodésicas más importantes quedaba terminada”.    

Una vez concluida la campaña Fontán regresó a Santiago desde donde atiende su correspondencia con su ya amigo y colaborador Alejo Andrade.

Santiago 5 de Noviembre de 1828.

Sr. D. Alejo Andrade  Yáñez

“Mi estimadísimo amigo: Ya que le urge a V. el croquis de estas indicaciones va el adjunto que tracé esta mañana bien aprisa, sin otro mérito que el del estar situados geométricamente todos los puntos menos Sabugueira, Sar y Arines.

No tengo tiempo para ser más largo.

De V. afectísimo amigo Q.S.M.B.

D.Fontán”    

Nuevamente el 27 de Diciembre contesta a otra misiva de Alejo Andrade del día 21 en que Fontán se encontraba atareado en el traslado de su domicilio de la Calle Ayala Picho de la Cerca a la Calle de Azabachería nº 23 remitiendo a su colaborador la medida definitiva de la Base del Corgo.

“Mi estimado amigo: Cuando recibí la apreciable de V. del día 21 me hallaba enfaenado en la muda de casa como lo estoy todavía sin tener a la mano por dónde satisfacer a las preguntas de V. acerca de la elevación de Santiago sobre el nivel del mar su longitud respecto a la Isla de León y mucho menos acerca de la longitud definitiva de nuestra base del Corgo; además teniendo sobre mí un ejercicio literario en la unión con puntos y tiempo determinado, de modo que no me era posible escribir a V. ni a nadie. Ahora aunque libre de este último cuidado y muy trasnochado por haber estado malísimo mi niño, en estos cuatro días pasé a la nueva casa a reconocer mis papeles y hallé que la elevación de Santiago es de 383 metros de longitud al O de la Isla de León 2º 18’30’’.    

La base no reducida al nivel del mar 4995 metros,392897. La reducción al nivel del mar que no tengo a mano es de unos 0 metros 4.

No se si llegará a tiempo al correo. Pasado mañana salgo a Noya a mi regreso veré el plano de V. pero no puedo menos que rogarle que no deje de enviarme su copia.

Respetos a la Sra. Y de su afmo. Q.S.M.B.

D. Fontán

P.D. Reducción al nivel del mar 0 m, 514222

Base definitiva 4994,878675”.    

Fontán concluida la medida de la Base del Corgo continuó con sus trabajos geodésicos el resto del mes de Septiembre y Octubre de 1828 así el día 26 y 27 de Septiembre se estacionó en La Torre del Reloj de la Catedral de Lugo empleando el día 26 un “sextantito” y el 27 un “circulito”.

El 30 de Septiembre se estacionó al este de la Feligresía de Santiago de Gomelle partido judicial de Lugo con el “círculo azimutal” y el 1 de Octubre en la Mamoa culminante del M. de Marcoy con el sextante de Troughton al igual que en la iglesia de Orbasai sobre el Río Miño a media legua del Puente de Lugo, el 2 de Octubre en la estación que llama del Pedrido, el 3 de Octubre se sitúa en la Coba da Serpe con el repetidor astronómico, “antes de subir a la montaña observé en el piso superior de la casa del médico de Sobrado”, dejó Fontán escrito.

El tal médico del Monasterio de Santa María de Sobrado era Benito Ángel Sotelo Riva (Santiago, 7 de Abril de 1796, Santiago, 9 de Diciembre de 1874), antiguo discípulo de Fontán con el que estudió Artes o Filosofía, Física Experimental y Matemáticas Sublimes, quien en los años de 1818 al 1820 y en 1822 brevemente sustituyó  a su Maestro en las Cátedras que éste desempeñaba de Matemáticas Sublimes, sustitución que compaginó con el inicio de sus estudios de Medicina.

Fontán le designó para cubrir la suplencia de su Cátedra de Matemáticas en el curso de 1828-1829 comisionándole también para levantar en el mes de Marzo de 1829 el plano de la región comprendida entre el Río Tambre y el Mandeo, ríos estos que tienen en común su nacimiento en Sobrado.

Luis López Ballesteros

De la medición de la Base del Corgo, tuvo conocimiento el Ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros, a través de la Gaceta de Bayona quien por mediación de Sebastián de Miñano, interesó Fontán se concluyera no solo el plano de la mitad Oriental,  sino de toda Galicia a la mayor brevedad.

Concluyendo el año e 1828, con la protección de Luis López Ballesteros que ya le ofreció en 1826, Domingo Fontán remite al Rey Fernando VII una memoria acerca de las operaciones y adelantos que tenía practicados para la conclusión, al menos en su mayor parte, de la Carta Geométrica de Galicia, ofreciéndole darla concluida en el término de tres años entregando a finales del primer año  la mitad occidental para lo cual necesitaba contar con un fondo de cinco a siete mil duros. (140.000 reales)

Fontán se vio en la necesidad de solicitar esta ayuda, ante su precaria situación económica, lo que lamentaría toda su vida, al tener que sufragar con su sueldo de 20.000 reales mensuales y rentas de la Fábrica del Castro, no solo los gastos de su familia, sino también los ocasionados en el levantamiento de la Carta y  pago del estipendio de su sustituto en la Cátedra de Matemáticas cuando por dicho motivo se ausentaba.

Así Luis López Ballesteros, en Real Orden dada en Madrid y remitida al Presidente de la Real Junta de Aranceles con traslado de la misma a Fontán le comunica para su cumplimiento que:

“El Ministro de Hacienda de España: El Rey N.S. se ha enterado con mucho aprecio de la exposición del Catedrático de Matemáticas de Santiago, Don Domingo Fontán, en la que presentando una memoria acerca de las operaciones y adelantos que tiene practicados para la conclusión al menos en su mayor parte de la Carta Geométrica de Galicia, ofrece darla concluida en el término de tres años, entregando a fines del primero, la mitad occidental para lo cual necesita contar con un fondo de cinco a siete mil duros, y deseando S.M. que con el celo e inteligencia que Fontán ha empleado hasta que complete sus trabajos y lleve a cabo el proyecto que tiene empezado de levantar con toda la perfección posible la citada Carta Geométrica de Galicia, a fin de que ésta pueda verificarse, manda que por cuenta del Fondo de Balanza, que se reúnan, se le entreguen progresivamente del modo que Fontán pida los cinco o siete mil duros que dice necesitar para dar fin a esta importante obra. De Real Orden lo comunico a V.S. para su inteligencia y efectos correspondientes. Dios guarde a V.S. muchos años. Madrid, a 6 de Febrero de 1829. Sr. Presidente de la Junta de Aranceles, trasládese a Fontán en la misma fecha”. 

En otra Real Orden de esa misma fecha del 6 de Febrero de 1829, Luis López Ballesteros ordena a todas las Secretarías de Despacho:

“Ministerio de Hacienda de España, el Excmo. Sr. Don Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas en Santiago, ha presentado al Rey N.S. una memoria relativa a las operaciones que tiene practicadas para la conclusión a lo menos en su mayor parte de la Carta Geométrica de Galicia, la que si se le facilitan los auxilios que pide, entre ellos, el que a los sujetos ocupados en estos trabajos se les ayude y proporcione por autoridades locales y por su justo precio lo que necesiten, dice dará concluida en el término de tres años, entregando a fin del primero la mitad occidental y S.M. habiendo recibido con mucho aprecio y deseando se dé fin luego a esta interesante obra se ha servido mandar lo haga presentar a V.E. como lo verifico de su Real Orden a fin que sirva disponer que todas las autoridades dependientes del Ministerio de su cargo fomenten, auxilien y protejan este importantísimo trabajo que sería gran dicha se pudiera extender a toda la nación. Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid, a 6 de Febrero de 1829. A todas las Secretarías de Despacho”.    

Dando cumplimiento a la anterior Real Orden el Comandante de Marina de Vigo libró oficio para que en virtud de lo ordenado, por su justo precio se presten a Fontán en sus trabajos geodésicos los auxilios que precise.

Con fecha 25 del que finaliza me dice el Sr. Comandante General del Departamento del Ferrol lo que sigue:

El Excmo. Sr. Director General de la Real Armada, en 14 del corriente, me dice lo que sigue = El Sr. Secretario de Estado y del Departamento de Marina, con fecha 9 del actual, me dice lo siguiente = Excmo. Sr. Secretario de Estado y del Departamento de Hacienda, en 6 del corriente, me dice lo que sigue: D. Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas en Santiago, ha presentado al Rey N.S. una memoria relativa a las operaciones que tiene practicadas para la conclusión, a lo menos en su  mayor parte, de la Carta Geométrica de Galicia, la que si se le facilitan los auxilios que pide, entre ellos el que a los sujetos empleados en estos trabajos se les ayude y facilite por las autoridades locales y por su justo precio lo que necesiten, dice dará concluida en el término de tres años, entregando a fines del primer la mitad occidental y S.M. habiéndola recibido con mucho aprecio y deseando que se dé fin luego a esta interesante obra, se ha servido mandar lo haga presente a V.E. como lo verifico de su Real Orden, a fin de que se sirva disponer que todas las autoridades dependientes del Ministerio de su cargo fomenten, auxilien y protejan este importantísimo trabajo, que sería gran dicha se pudiese extender a toda la Nación.- Lo traslado a V.S. para su inteligencia y efectos consiguientes = Lo que traslado a V.S. para su inteligencia y que, circulándolo en esa provincia, tenga el más puntal cumplimento lo prevenido =

Que inserto a V. para los efectos que se previenen en la comprensión de su cargo.

Dios guarde a V. muchos años.

Vigo, 28 de Febrero de 1829

Firmado: Pedro de Cabrera

Sr. D. Francisco de Quesada”    

Fontán con la mayor celeridad se puso a dar cumplimiento al compromiso contraído por Real Orden de 6 de Febrero de 1829, según se refiere en “Las Notas sobre los trabajos para su Carta”, publicados en 1946 en los Cuadernos de Estudios Gallegos que como tenemos dicho son manuscritos de borradores inconclusos elaborados como introducción a la Memoria de los trabajos de su Carta que presentó entre 1849-1850.

“Tan luego como me cercioré de que no podía hallar obstáculos en la continuación de mis operaciones, emprendo desde primeros de mayo a últimos de noviembre del año de 29 el reconocimiento y triangulación de la parte meridional de la actual provincia de Pontevedra y de la occidental de la de Orense; y sólo pude concluir este trabajo en lo tocante al país comprendido en los actuales juzgados de Redondela, Vigo, Tuy, Puenteáreas, La Cañiza, Rivadavia y Carballino quedándome una buena parte de los de Celanova y Bande para el año siguiente, a fin de dar ultimada la mitad occidental, según había ofrecido.

Cuando me preparaba a concluir la parte occidental para proceder al reconocimiento y triangulación del país que me restaba a fin de concluir en el primer año la mitad occidental, me halle con una Real Orden de 3 de Abril de 1829 en que se me encargaba el trazado de las carreteras que hubiesen de abrirse en Galicia. Esto mal podía hacerse sin que la carta de todo este reino estuviese concluida, pues ella había de dar a conocer por donde debían dirigirse ya respecto a las comunicaciones de las provincias entre sí ya respecto a las del resto de la Península, solo realizables por los pocos puntos accesibles que ofrecía su línea fronteriza con Asturias, León y Zamora, los que era forzoso reconocer y situar de antemano.

Así alterado el plan que me había propuesto me dediqué a reunir los materiales del todo y no de la parte occidental de la carta, preferentemente contando con la cooperación de personas ejercitadas para dividir el trabajo, así del campo como del bufete y realizar mi promesa de ultimar la obra en el plazo de los tres años. Pero no tardé en palpar las dificultades que había en servirse de personas que eran objeto de vigilancia, de espionaje y de animadversión en aquella época de intolerancia y de persecución de que tantos eran víctimas. Nadie quería, y con sobrada razón, dar lugar a la menor reconvención de la autoridad superior de Galicia, y aunque nuestra ocupación en reconocer y dibujar el país, en trepar y estacionarnos en montañas desiertas, pernoctando en chozas miserables, huyendo de las distracciones y comodidades que ofrecen los pueblos, debía alejar toda sospecha, huyendo de intento de los pueblos más cultos y de personas comprometidas no nos hiciese sospechosos. Sin embargo, me vi privado de mis mejores colaboradores para las operaciones. Uno solo, que fue el Sr. D. José Valladares, me acompañó en los meses de Mayo y Junio a reconocer y triangular los cinco partidos meridionales de la provincia de Pontevedra que componían la antigua de Tuy y no pude contar después con su ayuda en el campo, si bien se me prestó.

Y en el otoño de 1829 ya me vi solo en el reconocimiento y triangulación de la provincia de Orense, si bien me acompañó en las dos últimas semanas del mes de Octubre mi especial  amigo el Ingeniero de Caminos D. Domingo Lareo. Y he aquí por qué en lugar de terminar en tres años tardé seis en vencer por mí solo las dificultades que ofrecía la conclusión de la Carta en las seiscientas leguas cuadradas que, aproximadamente me faltaban. Si en esta parte dejé de cumplir lo ofrecido no por eso fui gravoso al Estado, pues, no gozando de un sueldo personal, no pudiendo para ocurrir a mis gastos más que los siete mil duros y no disminuyendo en nada la cantidad del trabajo, como se deja ver por la parte limítrofe de Asturias, León, Zamora y aún de Portugal a que me he extendido y que es una novena parte de la superficie de Galicia; cualquiera conocerá que no era un interés pecuniario, sino otro más noble el que me guiaba; y tan lejos estaba de ser aquel interés el móvil de mis fatigosas tareas cuanto pude tomar más dinero y, en efecto, gasté mucho más; y, sin embargo, no quise pedirlo, y sólo así podía hacerme merecedor del concepto con que se me honró en la Real Orden siguiente. (Ver Real Orden 6 de Febrero de 1829)

Escudado con la protección del Gobierno y ayudado con un fondo que consideré suficiente para ocurrir a mis gastos, no me detuve en proceder al reconocimiento y triangulación del país que medía entre el río Oitaven y el Miño, situado en la pendiente meridional de la notable Sierra del Suido, para dejar concluida la mitad occidental al tiempo prefijado”.    

Según refiere Fontán en su anterior manuscrito, por Real Orden de 3 de Abril de 1829, se le encarga efectúe el trazado de las carreteras trasversales que habrían de abrirse en Galicia, lo que trastoca todos sus planes de trabajo, pues ello no se podía hacer sin estar concluida la Carta Geométrica. Para dicho trabajo Domingo se valió entre otras obras del Itinerario Militar para el Reino de Galicia de todas sus rutas que deberán seguir sus tropas “impreso en La Coruña, así como de “El Viaje de Galicia desde la Villa de Benavente o breve descripción de sus dos carreteras de Astorga a La Coruña y de la que debe construirse desde la Villa de Benavente a la ciudad de Orense, Santiago y Vigo, con algunas observaciones acerca de las obras, utilidad y circunstancias de cada una” publicado por Julián Francisco Suárez Freire, e impreso en Santiago en 1813, solicitando la colaboración de los Arquitectos de Caminos Alejo Andrade Yáñez y Domingo Lareo Quintela.

Lucas Labrada Romero (El Ferrol 1762 – La Coruña 1842) En su “Descripción Económica del Reino de Galicia” publicado en El Ferrol en 1804 en el que incluía la descripción de los caminos antiguos y modernos del Reino de Galicia afirmaba:

“…una provincia, la mayor parte montuosa, cual es Galicia con los peores caminos transversales que se pueda imaginar, mal puede adelantar sin ellos la cultura de la tierra sin dar salida a sus productos”.

Fontán durante los meses de Mayo a Junio continúa su correspondencia con J. Castro, aspirante al Grado de Bachiller en Filosofía, quien en el Gabinete de Física Experimental de la Universidad realizaba observaciones barométricas y termométricas todos los días a las 9 y 12 de la mañana y 3 de la tarde que puntualmente remitía al Geógrafo quien se encontraba realizando la triangulación de la zona comprendida entre Vigo y Tuy, ello con la colaboración del titular de dicha Cátedra  Luis Póse Varela (Santiago 1796 – Santiago  16 de Febrero de 1856)

“Sr. Don Domingo Fontán

Santiago 26 de Mayo de 1829

Muy Sr. mío y de mi aprecio:

Desde que comenzamos a hacer las observaciones, hemos notado el embarazo de hacer lo que V. previene a la hora de 9 en que prontamente entra en Cátedra dando sus explicaciones el Sr. Póse. Si a V. le viene bien y pudiese trasladar esta observación a las 10 tendría V. aquí otra simultánea que de otro modo no podemos hacer sin interrumpir las explicaciones de Física Experimental. Al mismo tiempo nos evitaría V. muchos rodeos y la podría V. hacer desde las 11 a las 2 más observaciones dando V. órdenes para que el próximo correo de que me entregasen la llave que V. tiene de la Cátedra de Física, que por ahora tenemos que valernos los dos de la del Sr. Póse para su Cátedra y yo para las observaciones de una sola llave.

Ahí van pues las observaciones que pude hacer que no puedo recomendar más que por el sumo cuidado que puse y lo fáciles que ellas son su afectísimo. J.Castro

(Remite observaciones barométricas y termométricas tomadas los días 23, 25 y 26).

“Sr. D. Domingo Fontán

Vigo

Santiago 12 de Junio de 1829

Muy Sr. mío: No escribí a V. el correo pasado porque no tenía otra cosa que remitir unas tristes observaciones que antes de Pascua hiciera y que ahora va incorporada en las siguientes:

Adjunto observaciones barométricas y termométricas realizadas a las 12 y 3 de la tarde, los días 5, 5, 10, 11 y 12…”

Aquí hace buen tiempo estos días y me alegraría que por ahí también lo hiciese que las observaciones entonces serían más seguras por ser menos variables.

Aquí se habló bastante, y aún algo de la división de partidos y arreglo del territorio en corregimientos que para Agosto dicen ha de estar reparado y los corregidores enjuiciando. Yo no se cómo puede ser tan pronto ni para qué persona puede verificarlo. V. que es la única en quien todos se fiaban, y de quien el acuerdo se valdrá, ni quiere ni podrá suspender el levantamiento del plano malogrado, un verano que se empezó ya a aprovechar, y en este caso habrá corregidores cuando V. quiera.

Celebraré que V. se conserve sin novedad y mande a su afectísimo Q.B.S.M. J.Castro”.

“Sr. D. Domingo Fontán

¿Tuy?

Santiago, 3 de Julio de 1829

Muy Sr. mío y de mi aprecio: Por el Sr. Leopoldo Menéndez ya sabíamos aquí la dirección que había V. tomado hacia el Miño en cuya orilla y a cuatro leguas de Tuy hiciera V. sus observaciones con las cuales suponemos harto ocupado a V. para que pudiese ponerse a contestar cartas. Hoy tuve la satisfacción de recibir la apreciable de V. y por ello supimos de la salud de V. que nos alegramos el Sr. Don Antonio mi madre y yo, contiene su novedad y el aprecio que V. hace de las observaciones que voy remitiendo y que ejecuto con empeño y gusto particular procurando desde ahora verificarlas de las 9 de la mañana que como advertí a V. no pudo ser hasta aquí sin que se hubiese alterado la hora de la Cátedra de Física Experimental y como en hacerlas nada pierdo, pienso aún sin aviso de V. empezar a remitir las de esta hora después de salir de este odioso grado de Bachiller gratis por pobre que para aburrir mi paciencia imaginé pretender. Por fin pude conseguir que se hubiese celebrado la tentativa, por lo cual hoy mismo tomo puntos y me pongo en capilla para el grado de mañana. El Sr. de Sotelo que fue mi Catedrático este año me encargó pregunte a V. si en la división del territorio por corregimientos habría quedado Chantada por cabeza de alguno.

Es un encargo que  me hizo porque supo que escribía yo, y desearía que V. me contestase al primer correo, porque todo lo que haga por este Sr. será poco para pagar el cariño que toma a un discípulo.

Ahí van las observaciones que pude hacer compatibles a la tentativa y grado”.

Adjunta los correspondientes a los días 15, 16, 17, 19, 20, 23, 25 y 30 de Junio y 3 de Julio a las 12 y 3 de la tarde).

“Me parece que estas observaciones son exactas, porque para aflorar la punta con la superficie del mercurio que es el mayor trabajo que presenta este licuado barómetro consulté también los ojos de un amigo.

El Sr. Don Antonio y mi madre retornan los recuerdos quedando de V. afectísimos.

S.S.Q.B.S.M. J. Castro”.    

En esta última misiva se cita a Leopoldo Menéndez Colwell (1780-1841) dedicado al comercio en Vigo quien fue cónsul o agente de comercio de Austria, Dinamarca, Inglaterra, Países Bajos, Portugal, Suecia y Noruega etc. en esa ciudad.

Castro  en dicha carta, cita al Catedrático interino  Benito Ángel Sotelo Riva, que como tenemos referido sustituyó a Fontán en la Cátedra de la que era titular.

En cuanto a la división judicial y municipal de Galicia o División de Corregimientos o Alcaldías Reales, que desde el año 1826 Fontán venía ocupándose junto con José Lamas Pardo y José Dionisio Valladares, el 22 de Marzo de 1829 el Ministro de Justicia Francisco Tadeo Colomarde, remitió a las Audiencias y Chancillerías de España, entre ellas las de Galicia, elaboradas por Fontán y sus colaboradores, Bases estas que deberían estar en sus respectivos destinos antes de primero de Agosto.

De tal Proyecto de Corregimientos es de destacar la incorporación a la provincia de Lugo, de Ribas de Sil, Chantada y Carballedo, así como la nueva inclusión de Agolada y Rodeiro en la provincia de Pontevedra, además Chantada por la que se interesaba Sotelo, perdió la capitalidad a favor de Taboada.

Entre los trabajos de Fontán, citaremos los efectuados el 9 de Julio de ese año 1829, en que halló las alturas sobre el nivel del mar del Monte Castrove (612 m.) la del Puente de Resande y Porta Cordeiro sobre Padrón 1er. Piso de la posada a 6 ú 8 metros sobre el nivel del mar”.

La altura de Yroile punto culminante de la Sierra de Barbanza sobre el pavimento de la torre de San Martín de Noya correspondiente al local de las campanas sobre el techo de la iglesia “las campanas a 22 ó 24 metros sobre el nivel del mar así que Barbanza está a unos 680 m. sobre el nivel del mar” (por una nivelación geodésica hecha en 1840 está a 681 m,40).

A pesar de las Reales Ordenes al parecer absolutamente inoperantes para que a Fontán se le auxiliase en lo que necesitase por su justo precio, el 6 de Octubre de 1829, al iniciarse el curso 1829-1830 se dicta una nueva Real Orden por la que la Inspección General de Instrucción Pública acuerda que no se abone a Fontán los haberes correspondientes a su Cátedra de Matemáticas Sublimes mientras no medie una Real Orden que le  exima de asistir a clase, lo que no fue obstáculo para que Fontán en el otoño de 1829 continuase con sus operaciones en la provincia de Orense estacionándose en los siguientes lugares:

3 Octubre 1829      –          Monte de Cestos

5 Octubre 1829     –          Torre de Cubas (con sextantito) y Juan de Arco

6 Octubre 1829     –          La Espadaña de Villamarin

7 Octubre 1829     –          Lauredo

8 Octubre 1829     –          San Torcuato

9 Octubre 1829     –          Estación de San Beriseiro (con teodolito)

10 Octubre 1829    –          San Treboedo

11 Octubre 1829    –          Espadaña de Bouzo (con sextantito)

12 Octubre 1829    –          San Francisco de Orense

13 Octubre 1829    –          Alto de Pozo Antiguo (con el teodolito)

14 Octubre 1829    –          Castro de Modalena

15 Octubre 1829    –          Alto de Carracedo

16 Octubre 1829    –          Estación en el punto culminante de Cabeza de

Meda, que se llama Alto de la Picona

18 Octubre 1829    –          En el cerro más adelante del lugar dos Arcos

19 Octubre 1829    –          Pico de San Gines

20 Octubre 1829    –          Alto de San Miguel del Campo, llamado Torre de

Sundianes, sobre el lugar de este nombre

21 Octubre 1920    –          Torre Figuedo (con sextante)

22 Octubre 1829    –          Estación La Limia (con teodolito)

23 Octubre 1829    –          Pico de Sestosa, en Sestosa y Saboedo

25 Octubre 1829    –          Estación Castro de Trelle

26 Octubre 1829    –          Estación Torre de Espinos

27 Octubre 1829    –          Torre Macéndo (con teodolito)

28 Octubre 1829    –          Monte Alegre (peñas abultadas culminantes al Sur de la cuesta (Fue estación de A. Andrade Yáñez)

29 Octubre 1829    –          Espadaña de Roza

Alejo Andrade Yáñez, desde Lugo, el 19 de Diciembre de 1829, escribe a Fontán anunciándole la formalización de un boceto de la Carta Geométrica en el que se incluyen los trabajos de ese año y  los del anterior.

“Mi muy apreciable amigo: Estos días estoy de enfermero porque Antonina ha desembarazado felizmente un niño llamado Melecio que da trazas de mamar bien aunque no me parece se conservará porque le atacan tumores de que estuvieron libres los demás. Pero todas las desgracias sean éstas con tal que no lo guarde para cuando tenga dos o tres años.

Con motivo de la enfermedad ya pesar de los sabañones que me atacaron la mano izquierda, voy trasladando en los momentos que el sol alumbra, los ángulos medidos tiempos ha y formalizando el boceto de la Carta de este país con la mayor precisión a cuyo efecto consigné en un libro con índice cuanto hemos medido en el año anterior y en el actual. De este modo no me quiebro la cabeza.

Remito a V. las demás observaciones hechas de alturas de sol por lo que pueda importar.

En una de ellas he procurado usar de horizonte formado de un espejo que he procurado nivelar con el mayor cuidado a beneficio de los dos niveles de aire pero hallando alguna  diferencia en la altura observada con la que he obtenido con el horizonte de aceite, desistí de aquel y adopté el último según lo hice en las anteriores que remití a V. Continuaré mañana puesto que la niebla ya ha desaparecido….”    

La ayuda solicitada por Fontán para poder dar fin a la Carta Geométrica de Galicia, comenzó a evidenciarse el 22 de Febrero de 1830, en que por medio de Real Orden de la Inspección General de Instrucción Pública, se le exime de asistir a la Cátedra de Matemáticas Sublimes, y por otra Real Orden de mes de Abril de ese mismo año, se ordena a la Comisión de Hacienda que no niegue los libramientos que a Fontán le correspondían como docente.

Como dato curioso recogemos el artículo publicado en la página 2ª de la Gaceta de Bayona (Francia) del lunes 8 de Febrero de 1830 sobre las inusuales y extremas temperaturas de Galicia que pudiera ser remitido por Fontán:

“Santiago, 16 de Enero

Hace un mes que experimentamos un frío extraordinario,  cero y generalmente a 2 y a lo más a 5º sobre este término.

Se ha helado el Miño, el Sil, el Cabe y otros ríos atravesándolos la gente y patinando muchos muchachos sobre el hielo, cosa nunca vista en Galicia, o de que no haya noticia. El Ulla a tres leguas del mar, estuvo para helarse enteramente faltando muy poco en la parte central de su corriente, lo mismo sucede en el Tambre.

El Furelos a 8 leguas del mar al retirarse dejó grande porción de hielo en nuestras rías.

Pero lo más notable es que se helaron los baños termales de Lugo situados junto al Puente de esta ciudad”.    

Durante ese año, compaginó los trabajos de la Carta Geométrica con los de sus comisiones sobre el trazado de los caminos transversales de Galicia y la de división en corregimientos y alcaldías reales, entablando correspondencia con Benito Villarino, residente en Carballino, Juez de 1ª Instancia de Villamartín de Valdehorras (Orense), quien interesó de Fontán que apoyase ante el Regente de la Audiencia de Galicia Manuel Antonio Caballero del Pozo y José Lamas Pardo, el escrito por él formulado al Gobierno, defendiendo la capitalidad del Corregimiento para Carballino frente a las pretensiones de Maside publicadas en un manifiesto. Benito Villarino, con esa correspondencia envió a Fontán diferentes datos de los caminos de Galicia que recabó de traficantes y arrieros del lugar de los que comenta su peculiar idiosincrasia.

“Carballino, Junio 19, 1830

Sr. D. Domingo Fontán, (Santiago)

Dueño y Sr. de mi mayor atención: la bondad que V. m.d sirvió demostrarme y el recelo que se me impone y a todos mis vecinos la pregunta o reparo del Gobierno que va adjunto con lo contestado afortunadamente para mi como instrumento elegido por el Corregidor de esta encargado al efecto por el Sr. Regente me impelen a trasladarlo a V.m.d esperando que por efecto de su generosidad y amor a la equidad se sirva apoyar la contestación expresada no solo al Sr. Regente sino también al Sr. Lamas Pardo con quien me aseguran lleva V.m.d. estrecha relación. Es el caso de tal urgencia y el manifiesto del lugar de Maside se pinta tanto que precipitaron a uno a un atrevimiento reprensible como lo es el del presente, en que incurro por la razón dichas, y por la que ha sido preferido por V.m.d. para capital este pueblo, y por todo ello me tranquilizó que V.m.d. me indultaría y dispondría como sea de su agrado de su menor servidor el más apasionado y atento Q.B.A.V.s.m.L.M. Benito Villarino”.

P.D. Estos mis vecinos que conmigo deseaba y esperaban ver a V.m.d. a su regreso de Celanova me encargan sus finos recuerdos”.    

“Carballino, Julio, 30 de Julio de 1830

Sr. Don Domingo Fontán (Santiago)

Apreciable dueño y muy Sr. mío:

Suspendí hasta ahora dar a V.m.d. como cordialmente doy las más finas gracias por su pronta y atenta contestación, accediendo a mi atrevida súplica y dándome buena esperanza de favorable resultado para este pueblo con la misa de manifestar mi voluntad de cumplir en cuanto me sea posible lo que se sirva ordenarme en su predicha, incluyendo borrados  esos dos pliegos, a ver si sirven de algo para el objeto que se propone, en cuyo caso con aviso de V.m.d. continuaré a Lugo, Monforte, Maceda, Tuy, Vigo y Santiago, únicos puntos con los que van examinados a donde alcanzan según yo tomé prácticos traficantes, que como paran poco en sus casas, y el tiempo que lo hacen avanzar sus encargos, lo dedican a la taberna son malos de coger, por lo que y porque es preciso escoger los que juiciosa  y sencillamente son capaces de contestar a lo que se desea saber, no es extraña cualquier tardanza porque los de pantalón, que son los más sensatos nada saben circunstancialmente hacia ningún punto, resultando inútiles para el efecto, y además ocupados en sus negocios, de que solo disertan en caso de que algún propio interés sucesivo. Presumo sea exacto lo que va estampado a cuyo fin me he valido de los sujetos que me parecieron más al caso, si no, además de encargarles la pereza en su relación, fue esta sin dolores de cabeza, que es mal muy común en estas gentes a las tardes y noches.

Con esta ocasión se repite muy obligado a las disposiciones de V.m.d.

Suyo afectísimo y favorecido servidor Q.S.M.B. Benito Villarino”.    

En Julio de 1830 se produce en Francia la Revolución liberal que determinó la caída del Monarca Absoluto Carlos X ocupando su puesto Luis Felipe I de Orleans quien dotó a Francia de una Constitucional Liberal en que el Rey pasó a ser jefe del poder ejecutivo.

Fernando VII a fin de evitar los efectos de este acontecimiento, por Real Orden de 12 de Octubre de 1830, acordó hasta nuevo aviso el cierre de todas las universidades de España. La de Santiago en particular se clausuró mediante Oficio remitido por Tadeo Colomandre, Ministro de Gracia y Justicia, de esta forma Fontán quedó libre de sus obligaciones de la Cátedra de Matemáticas durante los dos años que estuvo cerrada la Universidad pudiendo dedicarse a los trabajos de su Carta, compaginándolos con los de los Arreglos de los Corregimientos y trazado de las carreteras sin necesidad alguna de que la Dirección General de Instrucción Pública le eximiese de asistir a su Cátedra.

Según referimos durante ese año, Domingo cumpliendo el encargo de la Audiencia de Galicia, colaboró con José Lamas Pardo y José Arias Teijeiro en los trabajos de los Arreglos de los Corregimientos, en sus “Diarios” (2-VIII-1830) Teijeiro  acusa a Domingo Fontán de favoritismo en la determinación de la capitalidad del partido de Cambados.

“Padre…. Escribe, según lo dice El Regente, nosotros proponemos como cabeza del corregimiento a Villagarcía como hizo Fontán en obsequio de Ballesteros”.

De la cotidianidad de la vida de Domingo Fontán, durante este periodo, tenemos noticias a través de su correspondencia con Benito Villariño y Alejo Andrade, así Fontán recibe la carta que desde Carballino le remite el primero, fechada el 6 Noviembre de 1830:

“Sr. Don Domingo Fontán, Santiago

Dueño y muy Sr. mío: Recibí a su debido tiempo su apreciable del 8 de Septiembre último que dejé de contestar por manifestarme en ella su salida por una temporada al desempeño de sus grandes encargos del Gobierno, reservando para ahora dirigir a V.m.d. los pocos adelantos que hice en la continuación de las notas que se ha servido encargarme sobre caminos, que con las antes remitidas, creo tengo concluido sin datos del Camino de Tuy que hasta La Franqueira es el mismo que de aquí va a Vigo y de allí adelante no hallé quien me diera razón circunstanciada por no ser punto de paso de estas gentes, lo mismo que Padrón, que solo hay quien me la de hasta la Estrada.

Tenía pensado recibir ahora esta con otras noticias por un sobrino mío profesor de Cánones en esa Universidad, pero como por la cuenta se impide su marcha hasta fin de año o principios del nuevo por real determinación, lo mismo que la de los demás profesores, por no abrirse hasta entonces las Cátedras no dilato para otro tiempo la remesa que hago acompañada de esta por medio de la que doy a V.m.d. las más finas gracias por su influjo y justo apoyo de las circunstancias de este lugar, para Capital de Corregimiento aquí proyectado, siempre que hemos podido ver un tanto del informe del Sr. Regente que seguramente va tan puro y satisfactorio para este lugar, que no hay más que desear pues todas las razones de preferencia a Maside trataban de sorprender y arrancar para sí la Capital en gran perjuicio público, más por desgracia las malditas ocurrencias de Francia ocuparon la atención de nuestro Gobierno, dando motivo a que estos sabios proyectos y otras disposiciones no se planifiquen y que sigamos por las aldeas bajo el  imperio de escribanos y cotenos, que seguramente es un dolor y con esto concluyo repitiéndome muy de veras a cuantas disposiciones guste V.m.d. darme seguro de la muy pura voluntad que tiene de cumplirlas en su servicio este más inútil y obligado servidor suyo Q.B.a V.L.m. Benito Villarino”.    

Villarino en su epístola se refiere a los escribanos y cotenos, éstos últimos, los cotenos son los cóndidos o nudillos de los dedos de las manos cuando se doblan, por ello deducimos su significado, salvo mejor criterio, de personas que dan capones o abusan de su autoridad.

El 14 de Noviembre de 1830, Alejo Andrade desde Lugo escribe a Fontán, quien se encuentra en Santiago de regreso de Cedeira (Betanzos) remitiéndole observaciones astronómicas realizadas en Lugo y Monforte.

“Mi apreciable amigo: estos días fui a Monforte en busca de mi suegra y a restablecerme un poco y con tal motivo hice una estación allá que urgía. Al mismo tiempo tomé datos adjuntos altura meridional del sol con mucho cuidado y ciertamente que a mi vuelta cuando las calculé me satisficieron completamente. En ellas empleé los dos horizontes y los dos niveles y como el aire estaba sumamente tranquilo y el local espacioso no dejaron de salir bien. El cálculo de las refracciones lo hice por La Landre, el de las paralajes por Don Jorge Juan.

En Lugo hice con cuidado las que acompaño, pero como este ambiente no es muy tranquilo aún no me han dejado usar los dos horizontes, continúo en ello y si tuviese aquí el sextante de V. las concluiría con toda precisión valiéndome de la muestra de compensación que tiene el amigo Carrera. El mes de Noviembre y el de Enero aquí son a propósito para estas observaciones muy especialmente el último en que experimentamos una completísima calma. Si V. tiene alguna cosa que advertir respecto a las paralajes y refracciones puede hacerlo ilustrándome en el particular pues debe saber que aunque surtido de buenos libros de Astronomía carezco sin embargo de tratados recientemente publicados.

De un regular barómetro que tiene Rodríguez me he valido para las refracciones haciendo en él una medición particular para deducir la altura del meridiano de la cual respondo a ¼ de línea. Yo pienso surtirme de uno de los regulares y armarlo a mi modo pues como cumpla con el pronóstico al tiempo y al que encargue la altura tengo lo bastante para mis observaciones sin necesidad de emplear un dineral en un instrumento que no hace más que dar sustos por si se quiebra.

Las observaciones de latitud de Monforte son buenas y hechas con el mejor cuidado y aunque hice otras dos se nubló el sol algo al tiempo de medio día resultando algunos segundos de error por legua, los deseché y adopté los dos últimos en que puse sumo cuidado.

Tengo extendida la triangulación al Capeloso lo mismo hubiera hecho al Cabo Ortegal si V. me remitiese las estaciones de Galicia.

Monforte está situado por su triangulación y las que V. hizo por Fiasas y Cabeza de Meda y solo diferencian en línea y media de tres pies por lo que tomé un promedio apreciando sin embargo en más la de V. como más ventajosa en todos conceptos, y en su vista estoy trazando aquella carta que concluiré en unos cuatro o cinco días.

Si V. gusta de prestarme el sextante por unos días para la determinación de la latitud de esta ciudad puede traerlo algún criado del Sr. Márquez que sale pasado mañana para esa.

Las apreciables de V. de Cedeira y Oislas recibí en Monforte por cuya razón no he podido contestarlas antes, le supongo a V. en esa y por tal concepto no le escribí a La Coruña.

El correo sale y no da más tiempo que ofrecerme a V. afectísimo amigo. Q.S.M.B.

Alejo Andrade

P.D.

A los pies de la Sra. Y finos afectos al amigo Lareo”.    

En dicha misiva Andrade incluye observaciones astronómicas realizadas el 16 de Noviembre, 21, 22 y 31 de Octubre y 1 de Noviembre de 1830 en Lugo y Monforte.

El 14 de Diciembre de 1830, Andrés y Domingo Fontán, adquieren media sexta parte de la Fábrica de papel del Castro de Cayetano Albores, quien entró en la compañía el 30 de Junio de 1814 al fallecimiento de Antonio Bermúdez, quien a su vez se incorporó entró en la compañía el 28 de Enero de 1811.

En carta de 26 de Diciembre de 1830, remitida desde Lugo, Andrade adjunta a Fontán sus trabajos sobre la latitud de dicha ciudad.

“Mi muy amado amigo: Suponiendo que la nevada le habrá obligado a retirarse a su casa le acompaño el resultado de mis observaciones de latitud de esta ciudad, debiendo advertirle que de las anteriores no haga V. caso, por la razón de que habiendo sido hechas con el horizonte de cristal no salieron exactas como se dejó conocer los días sucesivos en que habiendo puesto el mayor cuidado no pude conseguir estuviese constantemente nivelado por más que hice, observando que lo mismo era dar un poco el sol en los niveles se dilataba el éter y comprimiéndose la ampolla variaba a cada momento aun cuando no se hiciese el menor movimiento en la sala y por consiguiente en la pared sobre el que descansaba el horizonte.

Tengo entendido que hallando un medio fácil de obligar al horizonte es mucho más seguro usar del aceite o arrogue y sobre esto prepararé una cajita que me parece muy a propósito para el abrigo sin perjudicar las observaciones y que fue usado en las que incluyo.

Las observaciones que hice el día del solsticio han sido con mucho cuidado para que nos sirviese de verificación a las demás, a cuyo efecto he preparado de antemano el sextante, los dos horizontes, el barómetro y el termómetro. En su resultado no me queda la menor duda y veo que comprueba el promedio con diferencia de 4’’. Por consiguiente, podemos asegurar que la latitud de 43º00’4’’ dada o establecida por el Sr. Mozanedo se separa mucho de la verdadera y esto sin duda provino de que la hizo más de una vez y que la refracción la calculó sin barómetro ni termómetro o que tomó la media de las tablas.

En mis cómputos de refracciones me remito siempre a las Tablas de Joseph Lalande. La paralaje la doy en el supuesto de 10’ la horizontal según los cálculos de Bouguer aunque Lalande junto la establezca algo menor, pero nunca podemos arriesgar más de 1 a 1,½ segundos. Vamos a otra cosa.

Estamos en el proyecto de la construcción de un simple péndulo para observaciones y el amigo Carrera quiere esmerarse en hacer una pieza de lo más exacto posible, su escape sería el de Grahaun como más seguro y menos expuesto a pararse pero deseamos uno y otro tomar no solamente un diseño de la varilla del de Breguet, diámetro de la lenteja y muelle de suspensión si no dos listones de buen pinavete de Holanda para la citada varilla, y o respetando sus ocupaciones tendrían mucha satisfacción en que nuestro común amigo Lareo robándole un momento a las suyas me dibujase la bonilla y lenteja expresando qué longitud tiene el muelle de suspensión y cómo está prendido en la pinza, pues como aquel es metálico y no tiene quien le compense es menester algún cuidado para que salga bien Carrera es un hombre que trabaja con solidez y no duda que tendremos péndulo de algún provecho.

De V. exijo se sirva decir qué le parece acerca del precio, pues quiere por la máquina peladita 500 reales que es lo que dice asciende el simple trabajo. Ignoro a cómo están en el día los péndulos de simple observación, pero como luego hice caja y sobre caja ya siempre me saldrá en muchos más.

Yo tengo muchos deseos de poseerlo para ciertas observaciones y no descanso hasta que lo consiga pero él no quiere empezar su construcción hasta tener aviso de V.

Hace 20 días que padezco una fuerte fluxión de muelas punto a que ataco o arrimo mi reuma, así es que nada hice sino leer un poco y divertirme en las observaciones y disponiendo un estante para los libros e instrumentos que ya tengo concluido y colocado en mi cuarto.

Estimaré que cualquiera cosa que V. note en las determinaciones de latitud se sirva advertírmelas. Si hubiera tenido la tabla de las efemérides de 1801 hubiera aprovechado algunas observaciones de la altura meridiana de la luna empleando las diferencias 1ªs y 2ªs para la declinación a la hora de la observación, pero como no las tengo, me quedé con las ganas hasta que con las del año próximo me las remitan del Ferrol.

En el momento que el tiempo mejore remitiré a V. el sextante y horizonte pues yo ya hice de él el uso que deseaba y solo me resta el 1er. día bueno, hacer unas observaciones azimutales y tomar alturas correspondientes con que verificar la meridiana que tengo trazada en mi habitación.

Deseo se conserve V. bueno y con finos afectos a la Sra. C.P.B. disponga V. de su siempre afectísimo amigo Q.S.M.B.

Alejo Andrade Yáñez

P.D.

Mis afectos al Sr. Lareo” 

La paralaje a la que hace referencia Andrade se puede definir: como la diferencia de posición de un objeto al verlo desde dos posiciones diferentes.

Fontán en ese año de 1830, concluyó el reconocimiento y triangulación de los Partidos de Celanova y Bande, terminando la mitad oriental de Galicia con el reconocimiento y triangulación del país que media entre el río Oitaven y el Miño.

Alejo Andrade Desde Lugo el 4 de Enero de 1831 escribe a Fontán remitiéndole las observaciones astronómicas realizadas para determinar la latitud de Lugo 43º00’39,1’’ para hacernos una idea de su precisión la latitud de Lugo según las modernas coordenadas geográficas es 43º00’’35’ y  la de Monforte de Lemos 42º31’’17’.

“Mi querido amigo y dueño: Una vez que ese presentó con esta fecha la buena ocasión de mi condiscípulo Isidoro Crespo Cordero ha salido para esa esta tarde, remito a V. por el mismo el sextante y horizonte de cristal con su nivel todo cubierto con un encerado para preservarlo de la humedad y va encargado de cuidarlo con todo esmero. Lleva separadamente las efemérides y la memoria del Sr. Sánchez Cerquero sobre la ecuación de alturas correspondientes, cuyos trabajos he copiado pues su idea me ha gustado muy mucho y puede servirme a lo sucesivo para algunas observaciones que pienso hacer tan luego esté armado de péndulo astronómico. Mientras esto no se verifique me contentaré con engolosinarme en la lectura de Mr. Lalande, algún otro autorcillo y con determinar alguna latitud. Doy a V. mil gracias por su favor, advirtiéndole que va satisfecho el conductor de los citados instrumentos.

Al Sr. Lareo le escribo con esta fecha largamente acerca del diseño de la varilla del péndulo de Breguet ya que tiene la bondad de coadyuvar al logro de mi deseo y sobre lo cual nada tengo que añadir pues el instruirá a V. de su contenido.

No hay duda alguna en que la declinación del sol dada en las efemérides es diferente de la que tenía al paso por este meridiano. Esta concreción no la hice hasta tanto que se la consultase a V. pero según lo que se sirve indicarme en su penúltima carta, vengo en conocimiento que al tiempo de escribir la mía como distraje y se me quedó en el tintero. Yo olvidé si la declinación para el tiempo en que difieren los dos meridianos debió deducirla por diferencias 1as. Y 2as. Como se hace para la de la luna, o si sería suficiente tomar el medio aritmético suponiendo uniforme la variación en declinación aunque ésta podía conducir a error de algunos segundos por ser aquella desigual. Más aún cuando la observación del día del solsticio dio a entender que la hice no fue así porque el solsticio comenzó a las 6 y algún minuto de la mañana y al medio día ya el sol había retrogrado algunos segundos como V. reconociera en las Tablas o Efemérides.

Como la llegada del Maragato fue impensada, no pude hacer tanteo alguno para ver si hechas las correcciones indicadas conviene la de igual día con las observaciones anteriores que en mi concepto sale también porque a éstos hay que aumentar a la declinación y por consiguiente venimos al mismo resultado.

Si sus ocupaciones se lo permiten estimaré se sirva tomar este trabajo para saber a punto fijo cual es la latitud de Lugo con cortísima diferencia que la supongo casi nula en vista de los resultados que obtuve y de su conformidad aproximada.

De lo deducido respecto a Lugo lo que obtuve en Monforte me divertí últimamente en hacer la comparación que manifiesta el adjunto papelito y que según los últimos resultados que V. tenga podía modificarse en más o en menos.

Deseo a V. felicísimas entradas de año en compañía de esa Sra. C.P.B. y  de nuestro impertérrito Felisito a quien supongo tan crecido como enredador y al cual para el 1er. viaje del ordinario tengo que mandar bizcochitos del país. Cuando V. escriba sírvase decirme el número de la casa y en tanto disponga V. como guste de su siempre afectísimo amigo. Q.S.M.B.

Alejo Andrade

P.D.

En vista de la diferencia que hay en las observaciones de Monforte y las de Lugo según el adjunto papelito, pienso en la 1ra. ocasión que se me presente de pasar a aquella Villa y aprovechándome del barómetro que allí tiene el Sr. Lorenzana y con mi termómetro, repetir la altura meridiana del sol. El resultado hallado por ahora ya me hace conocer que la posición de Monforte obtenida por los triángulos de Pasmo, Faro, y Cabeza de Meda es preferible a la que resultó de mi triangulación menos ventajosa que aquella hasta la posición de Castro Neboeiro o de remesar pues desde allí adelante me ha resultado exactísima en razón de ser los triángulos equiláteros próximamente y haber medido los tres ángulos de cada uno y hallándolos conformes”.    

Alejo Andrade en su misiva juntamente con el xestante y horizonte de cristal que le remite a su nuevo domicilio de Santiago sito en la calle de La Serna también se refiere a la Memoria del Brigadier de Marina, Astrónomo y Matemático que fue Director del Observatorio Astronómico de San Fernando José Sánchez Cerquero (San Fernando 1784 – Cádiz 21 de Noviembre de 1850) publicada en el Almanaque Náutico de 1826 titulada “Reflexiones sobre el método de hallar la latitud en el mar por medio de dos alturas del sol observadas fuera del meridiano”.

Fontán durante ese año efectuó sus trabajos geodésicos en la provincia de Lugo, el 5 de Agosto de 1831 se encontraba en Sarria convirtiendo su castillo fortaleza en estación de plancheta.

El sábado 20 de Agosto de 1831, la Gaceta de Madrid nº 102 en su apartado “Variedades y Estadísticas, página 447 deba la noticia de la conclusión de la mitad occidental de la Carta Geométrica de Galicia:

“Los trabajos de la mitad occidental de la Carta Geométrica de Galicia, están ya finalizados, solo resta ponerlos en limpio para hacer la primera entrega, sin perjuicio de continuar la parte opuesta.

Continúan las observaciones de latitud y diferencia de meridianos entre el del Observatorio de San Fernando y el de algunos puntos principales de Galicia”.    

Dentro de estos trabajos se encontraban los efectuados por Alejo Andrade para determinar la definitiva latitud de Lugo desde donde el 20 de Noviembre de 1831 escribe a Fontán quien se encontraba en Santiago:

“Mi muy apreciable amigo: Cuando salió para esa el amigo Lareo hemos hablado largamente de los trabajos y aún de lo que en nuestro concepto debía practicarse quedando él mismo en hablar con V. sobre el particular pues como el invierno no es tiempo a propósito para el campo me parece no debe desperdiciarse para construir y poner en limpio y sobre lo  que hace tiempo deseaba noticias.

El mismo me indicó que el nuevo Rector era hombre de mala saña y que tal vez sería necesario depositar en su lugar los instrumentos. Por lo que hace a los que aquí hay irán a la primera ocasión segura y dejar de estar allí por no haber presentado mi condiscípulo Vicente Crespo como de confianza para conducirlos, tanto más fácil es estos y llevadero, en cuanto al telescopio es de cuatro alcances para las observaciones rigurosas de las inmersiones de los satélites de Júpiter según me lo hizo ver una serie de observaciones que por esta razón se han desgraciado no pudiendo determinar sino confusamente el momento de la inmersión.

No siempre fue culpable el telescopio sino también las mismas Efemérides porque el eclipse del 14 de este mes estaba tan mal calculado que ni media hora pasó la diferencia de tiempo que indicaba el calculador Cerguesco. A esto se agregaba que ya otras noches había notado diferencias muy esenciales en la configuración de los satélites llegando al punto de guía en uno de los días de Octubre en que el calculador presentaba el 2º satélite muy distante del disco de Júpiter. Traté de distraerme con ésto, cuando en el momento mismo que enfilaba el telescopio hallé igual satélite casi inmergiendo y no tardó dos minutos en eclipsarse completamente de lo que deduje había sus errores en las tales Efemérides.

Para las observaciones del 5 al 14 de los corrientes tenía averiguado con su mayor prolijidad por una larga serie de alturas correspondientes al Sol al medio día y media noche conseguidos de la ecuación de altura según la fórmula de Zach, pero la primera se desgració por una densa niebla y la 2ª por la razón insinuada antes. Veremos si la de mañana se aprovecha siempre que despeje algo el nublado que nos atormenta de unos días a esta parte y que me consume por no poder entretenerme en hacer alguna observación.

El día 14 pude a tiempo que tomaba alturas correspondientes, determiné la del sol al paso por el meridiano con el sextantito pequeño y después de corregida la hallé sumamente conforme con la deducida el año anterior con corta diferencia empleando las refracciones de Lalande como lo hice con aquellas., Más si hay refracciones se deducen de las Tablas que últimamente trajimos del Ferrol, se notan diferencias algo notables y sobre lo que deseo me diga V. algo para calcularlas nuevamente que siendo así resultará la latitud conforme por lo que hace a las diferentes observaciones bien que mayor o menor de los 43º00’39’’.

Admírese V. de que en 12 alturas de mañana y otras tantas de tarde con el sextantito pequeño y sin quien me contase al péndulo aunque si percibía en medio del silencio sus oscilaciones me resaltó por dos veces el medio día verdadero con solo la diferencia de medio segundo. Esto me confirma en mi sentir de que habiendo calma es preferible el horizonte de aceite o mercurio al de cristal bien que para esto pocos días en el año se cogen buenos y mucho menos locales, como el mío tan a propósito para observaciones a la banda del Sar.

Creo que al fin se establece la Junta de Caminos según propuso el General y estamos dudosos si quedan o no independientes las Protectorías. No lo permita Dios, pues ya está uno harto de mandones.

Deseo se conserve V. bueno y que disponga como guste de su afectísimo amigo Q.S.M.B.

Alejo Andrade Yáñez

A los pies de la Sra. con finos recuerdos al amigo Lareo y al Sr. Medrano cuando lo vea” 

Por lo expuesto, Domingo Fontán al encontrarse cerrada la Universidad desde el 12 de Octubre de 1830 de manera oficiosa dispuso del instrumental geodésico del Gabinete de Física Experimental para los trabajos de la Carta tanto él como sus colaboradores, pero en esas fechas sucedió un hecho inesperado al cesar del cargo de Rector Pedro Martínez Losada, quien ocupaba dicho puesto desde 1828, sucediéndole en el mismo Francisco Cabrera Aguiar y Ron, Canónigo de la Universidad y Catedrático de Teología quien fue cesado el 7 de Mayo de 1833.

Domingo Lareo Quintela, lo tenía como hombre de “mala saña” aconsejando la devolución de los instrumentos al Gabinete de Física de la Universidad pues recordando cómo una vez que Fernando VII el 10 de Mayo de 1814 regresó a Madrid reimplantando el Régimen Absoluto, se  procedió a la depuración de los liberales de la Universidad de Santiago.

En este contexto el  Doctor Francisco Cabrera junto con el Doctor  Manuel del Corral el 23 de Mayo de 1814, denunciaron a Fontán con la intención de separarle de la sustitución de la Cátedra Vacante de Lógica y Metafísica que ejercitaba en ese curso de 1813-1814, acusándole de ser secuaz del Partido Liberal y amigo del Bibliotecario de la Universidad Joaquín María Patiño con el que leía libros prohibidos, como así mismo de formar parte de la Junta Revolucionaria del Café de la Esperanza y de enseñar doctrinas contrarias a la piedad.

Por ello, Fontán junto con Patiño fueron sometidos a juicio ante la Audiencia de Galicia quienes en Sentencia de 15 de Junio de 1815 resultaron absueltos, en la misma se amonestaba a los Doctores denunciantes Francisco Cabrera y Manuel del Corral por haber actuado por “efecto de resentimientos particulares, o bien de un celo demasiado exaltado que deberá moderar en lo sucesivo como corresponde”, razones éstas más que suficientes para que este hecho pasase desapercibido al nuevo Rector de la Universidad.

Por lo expuesto, la devolución de los instrumentos del laboratorio de Física era algo que aconsejaba la prudencia en prevención de una nueva denuncia de Francisco Cabrera, pero en esta ocasión en su calidad de Rector.

Fontán comenzó su campaña de 1832 el día 5 de Abril para efectuar sus trabajos geodésicos en las provincias de Orense y Lugo según refiere en la carta que desde San Martín de Quiroga remite a su hermano Andrés que se encontraba en Noya, fechada el 19 de Abril de 1832:

“Mi querido Andrés: No pude escribirte desde que salí de Santiago en 5 del corriente. Entonces te encargaba que no dejases de observar diariamente el barómetro a las 9, 12 y 5 de la tarde si te fuese posible, o bien que lo hiciese Sebastián (Rodríguez Blanco) (tío de Fontán) expresando siempre la hora en que se observase, lo mismo digo del termómetro.

Así podré calcular la elevación de las sierras que dividen a Galicia de Castilla, todavía cubiertas de nieve en las cuales observé el barómetro el 13 y 16 de este mes, así como la del alveo del Sil sobre el cual se encumbran aquellas cimas hasta 1.600 varas sin que la distancia horizontal respecto al río llegue a tres leguas. Esta altura duplica la del Barbanza sobre Noya. Con tus observaciones salvé también la altura de la Sierra de San Mamed y de la Queija todavía más nevadas en las cuales operaré dentro de una o dos semanas.

El fruto de los 15 días corridos desde que emprendí mi salida fue haber situado algún pueblo a tres leguas de Lugo, visitar el valle de Lemos y reconocer prolijamente este de Quiroga.

En lo que resta del mes y en el de mayo cuento con despachar la 1ª parte de la provincia de Orense al sur del Sil y al este de la Cabeza de Meda que corresponde las partidas de Castro Caldela, Monterrey y Viana del Bollo.

En Lugo se me reunieron Joaquín Abad y desde dicha ciudad me acompaña un joven de mucha disposición que me auxilia en lo que puede y me hace sobrellevar las fatigas.

El criado Juan Antonio Ro  se me puso malo y se volvió a su país, tomé otro que me proporcionó Andrade (Alejo).

Puedes contestarme en Monterrey o al Castro Caldela. Mis afectos al tío para quien sirve esta y sin más novedad al mismo tiempo, Domingo F.”    

Fontán se sitúa al sur de la provincia de Lugo levantando planchetas en las estaciones en los días que seguidamente citamos:

1 Junio 1832. En la Estación Alto del Testeiro, sobre Solveira y Sejeiro.

20 Julio 1832. En la Estación en el Alto sobre Bagude y Valdiaforca

20 Julio 1832. En la Estación en Castro Mayor.

21 de Agosto 1832. Estación en el Pico Cebreiro sobre el  lugar de Cerjedo y al Sureste de Villamayor.

23 Agosto 1832. En la Estación en la Torre o iglesia de San Salvador de Piñeiro.

26 Agosto 1832. En la Estación junto a la Iglesia de Seteventos.

26 Agosto 1832. En la Estación en el Castillo de los Infantes.

29 Agosto 1832. En la Estación en la Peña Aguieira.

29 Agosto 1832. En la Estación Alto de San Cosme

29 Agosto 1832. En la Estación en el Castro de Santa Icía.

31 Agosto 1832. En la Estación en un alto al Sur de Neira sobre Aranza y Lages.

1 Septiembre 1832. En la Estación en el Picato de Recesende.

1 Septiembre 1832. En la Estación sobre Fereiros de Balboa junto a la carretera de Castilla.

2 Septiembre 1832. En el Pico sobre Montán

3 Septiembre 1832. En el Castro de Loueiro

3 Septiembre 1832. En el Alto sobre Lamas.

3 Septiembre 1832. En el Oribio

4 Septiembre 1832. En el Alto sobre Lamas

4 Septiembre 1832. En la Estación sobre Triacastela (Lugo)

9 Septiembre 1832. En la Estación en un cerro sobre Fonte de Lobo (Lugo)

24 Septiembre 1832. Peñon sobre Feas (Orense)

Por esas fechas Fontán tenía gastados los cinco mil quinientos duros que le entregaron en 1829, por ello requirió el 4 de Junio que se completase dicha suma con dos mil restantes para totalizar la de 7.000 que le fueron concedidos por Real Orden de 6 de Febrero de 1829, cuestión que se resolvió por Real Orden de 21 de Junio de 1832, firmada por Luis López Ballesteros.

“Superintendencia General de Real Hacienda – Al Presidente de la Junta de Aranceles digo con esta fecha lo que sigue:

He dado cuenta al Rey N.S. del oficio de Sª de 4 del actual en que manifiesta que esa Junta cree necesario se declare si como ha pedido Don Domingo Fontán, Profesor de Matemáticas de Santiago, se le ha de entregar para conclusión de la Carta Geométrica de Galicia el total máximo de siete mil duros que al efecto se fijó por Real Orden de 6 de Febrero de 1829 de los Fondos de Balanza o solo los cinco mil quinientos duros que ya tiene recibidos, y enterado S.M. bien penetrado de la notoria probidad y economía del referido Fontán y de que nunca hasta el día se intentó ni llegó a formarse una Carta Geométrica como la que se está haciendo en Galicia unos gastos, los menores que pueden causarse en semejantes operaciones, se ha servido resolver que ni por esa Junta ni por el Contador General de Valores se ponga ningún reparo a los gastos que necesite hacer y reclame Don Domingo Fontán para la ejecución del importante encargo que está desempeñando. De Real Orden lo traslado a V.I. para su inteligencia y efectos correspondientes. Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid, a 21 de Julio de 1832. Ballesteros. Señor D. Domingo Fontán – Santiago”.    

El 10 Septiembre, Andrade desde Lugo remite carta a Fontán localizándole en Puebla de Navia (Lugo) enviándole observaciones barométricas.

Mi más apreciable amigo: Ya a estas horas habrá referido a V. Plá las vueltas y revueltas que ha dado para saber su paradero de no haber V. seguido la primera intención.

El dador tiene que salir pronto y mi contestación se reduce tan solo a comunicarle las siguientes observaciones de barómetro.

Continuaré mañana y los demás días debiendo advertir a V. que las observaciones las hice en mi habitación que está en el piso 2º de la casa del Sr. Marqués de San Martín sobre el suelo.

Yo he recibido orden de la Junta para apiejuntar las obras del Puente de Otero y por consiguiente luego que despache las muchas inconveniencias del Ayuntamiento pasaré a aquel Puente y haré algunas estaciones de plancheta en circo y además puntos ventajosos que remitiré a V. o entregaré a la Sra. Siempre que reciba orden de retirarme a Santiago.

El dador lleva el papel que V. se sirvió pedirnos y entretanto consérvese muy bueno y disponga como guste de su afectísimo amigo Q.S.M.B. Alejo Andrade.

Ya escribiré a V. largamente por conducto del Juez de la Puebla de Navia.

P.D. La marcha precipitada del dador no permite a la señora escribir a V. lo hará por el correo próximo, sigue sin novedad y la niña engorda que es un primor, (Marina) Félix y Dolores también siguen buenos”.    

Benito María Pla y Cancela

En esa misiva se cita a Plá que no es otro que el joven estudiante de Cánones y Leyes de la Universidad de Santiago, Benito Plá y Cancela (El Ferrol 3 de Diciembre de 1812 – Coruña 3 de Junio de 1874) quien en 1839 desempeñó el puesto de Asesor de la Comandancia General de Lugo, en 1840 el de Juez de 1ª Instancia de Chantada (Lugo) en 1843 del Juzgado de Vivero (Lugo) y de 1844 a 1847 el de Juez de Juzgado de Villafranca del Bierzo (León) de 1844 a 1851 compagina la Abogacía con su puesto de Asesor de Rentas en La Coruña. En la legislatura de  1843-1844 fue Diputado por Lugo en las  de 1863-1864 y 1867-1868 por La Coruña ocupando el puesto de Presidente del Congreso.

El 16 de Septiembre de 1832 Alejo Andrade desde Lugo remitiéndole observaciones barométricas y dándole cuenta de sus trabajos en el Puente de Otero sito en el Camino de Meira a Villalba (Lugo).

“Mi estimado amigo: Cuando pensaba estar hoy en Santiago, estos señores fueron multiplicando asuntos, que aún es esta la hora en que tendré trabajillos para ir al Puente de Otero, sin embargo que estoy dispuesto a dormir en el camino. La operación de las aguas de la Fuente fue sumamente penosa y no menos el reconocimiento de la cañería y al fin nos hallamos con que uno de los saetines tiene el encaudalado tan mezquino y estrecho que no permite a las aguas el libre paso para que asciendan a la altura conveniente a satisfacer a una, a los conventos y al público. Así es que el que inspeccione sin meditación las arquetas se confundirá al ver que entre dos cuya comunicación es directa se hallan las aguas depositadas en ellas a diferente nivel distinguiéndose en algunos nada menos que por tres pies escasos, singularidad que solo puede atribuirse a que el caudal entrante es mayor que el saliente. Baste decir a V. que entre las cinco arquetas no hallé una que conserve sus aguas al nivel de la vecina y así es que los naturales se volvían locos sin saber a qué atribuirlo. Yo quise hacerles ver o que palpasen la contradicción aparente y si bien se mire real de uno de los principios de la hidrostática, pues habiendo intentado ayer tarde hacer subir el agua a los caños superiores de la Fuente de la plaza, dejé rebosar la arqueta superior a todas las demás hasta que se elevase el agua tres pies más que los surtidores del pilón y con todo eso han visto que jamás subió pero luego fueron conociendo el defecto a que también se agregaron las plegarias hacia San Juan y con muchísima razón porque si cualquiera tratase de hacerlo mal exprofeso no podía salir peor.

He trazado el perfil de nivelación para mayor claridad y aún para satisfacer el Sr. Intendente, caso pida mi dictamen, pero amigo, apenas he descansado un instante desde que salió V. de aquí, ni pude lograr un solo día de descanso después de comer.

A las noches, me pasé hasta las once y media de la noche en el banco y aun así había sus trabajillos para dar todo hecho, de modo que ni he salido ni vi aún a los amigos. Espero a la llegada del correo aviso de si sale al Puente de Otero el contratista y si así fuere a medio día tomaré el andante.

En medio de las faenas he procurado hacer observaciones  barométricas cuyo resultado acompaño.

Continuaré los días que me restan de estancia en este pueblo, y luego lo hará el amigo Plá a quien daré este encargo.

No es posible que con este barómetro sean tan exactas como V. desea pero a mi regreso a Santiago será la primera cosa que haga montar el mío y llevar a lo menos una observación diaria y pudiendo ser las tres consabidas. Estos tres días no pude ver a la señora pero hoy que es domingo pasaré allí pudiendo ser antes de cerrar esta carta para que dirija la suya con ella y no se  extravíe.

Deseo que finalice mi comisión para restituirme a Santiago porque según las noticias que recibí, la vieja la hallarán accidentada el día que menos lo piensen y conozco cuales serían los resultados de hallarme ausente en semejante caso.

Cuando V. escriba no deje de decir, aunque sea lacónicamente algo del estado de operaciones a su siempre afectísimo amigo Q.S.M.B.

Alejo Andrade

P.D. Sírvase V. hacer presente mi afecto al Sr. Don Benito y al amigo Joaquín Abad, no olvidándome del Sr. Domingo”    

También desde Lugo el 23 de Septiembre de 1832, Andrade escribe a Fontán remitiéndole los trabajos efectuados en la Tierra Llana al norte de Lugo:

“Mi muy apreciado amigo: Los días 17 y 18 los he pasado por la Tierra Llana a tiempo de que pase con el asentista del Puente de Otero a poner piquetes para la construcción de los arrecifes la víspera estuvo formosísima pero el día de la salida fue tal el calor que se descolgó, que ha formado canícula o niebla poco favorable para enfilar pueblos distantes. Comí en Bendia desde cuya casa pienso trabajar una estacioncilla muy regular de allí pasaré al Puente de Otero y al día siguiente subí al Monte de Bazar con mayor canícula para no desperdiciar los momentos.

Puente del Otero. Archivo FDF.

Viendo que la niebla aumentaba regresé a la Feria de Castro y allí también crucé algunas parroquias. Si el día fuese más ventajoso hubiera pasado al Monte de San Clodio y de él situaría unas cuantas parroquias al sur de Puente Nuevo pero era perder tiempo porque a muy poca distancia no se divisaban los bultos. Pienso antes de marchar a Santiago hacer unas dos estaciones para dejar finalizada aquella comarca de Luaces y Lea o al menos la última si los ojos se mejoran, pues con el calor de los dos días se me pusieron perdidos hasta el punto de tener que valerme de amanuenses (personas que escriben al dictado).

Desde Bendia y Bazar enfilé muy a mi gusto el Salgueiro bello punto ventajosísimo que de todas partes se ofrece empinado.

La Peñaforcada no es tan buena aunque para estación de plancheta puede sacarse de ella algún partido, motivo porque fue procurado cruzarla.

La tierra llana abarca con la de Luaces y Lea una extensión pasmosa y por mis cuentas serían unos diez a once leguas cuadradas, con cuatro estaciones oportunamente dispuestas quedaría finalizada y a tiempo que se trabaja en tierra de Meira. No serán por demás dos estacioncillas en los altos que hay entre aquella Villa y Ferreiros o también en las Peñas de la Herradura.

En fin, compararé las últimas estaciones con las primeras y por resultado diré a V. cuales haya de ser.

Ayer he visto a la Sra. y los niños y que la Marinita ya rasga la guarnición de la camisa está gordísima y guapa.

Yo he tenido mucho que hacer con estos tres del Ayuntamiento. Recelando de que acaso no remitiese a V. el Juez de Cervantes (San Román, Lugo) una hoja de observaciones al barómetro que le dirigí con sobre para él acompaño la de todos los días de observaciones desde su salida.

Me alegro de que hubiesen aventajado tanto y que el amigo Plá le ayude a satisfacción con lo que me persuado decir hecho más de lo que se pensaba tanto que la estación no puede mejorarse ni se recuerda un Septiembre más precioso. El correo de hoy decidirá si debo o no marchar a Santiago y por consiguiente ya procuraré escribir a V. a Meira siguiente del jueves porque le supongo hacia aquella tierra dentro de algunos días.

Mil afectos a Plá y Abad y disponga como guste de su siempre afectísimo amigo Q.S.M.B.

Alejo Andrade.

P.D. Estos días se nota aquí un calor extraordinario y superior al de Julio y Agosto. Los Nortes han reinado constantemente según notaría V. a la hoja de observaciones por lo que estas no dejarán de ser favorables para comparar las alturas. Continuaré observando y en mi ausencia lo hará el amigo Plá.

S.M. (Fernando VII) estará difunto a estas horas pues el 18 ya le desahuciaron los facultativos. Dios nos de remedio”.    

El Rey Fernando VII se recuperó contra todo pronóstico de su grave enfermedad dictando el 6 de Octubre de 1832 Real Decreto habilitando a S.M. La Reina para el despacho de los negocios durante su convalecencia.

De esta forma su esposa María Cristina por decreto del 7 de Octubre acordó la apertura de las Universidades españolas, sin embargo Fontán el día de San Lucas no se incorporó a la apertura del curso 1832-1833.

El 1 de Octubre de 1832 Luis López Ballesteros, renunció a su cargo de Ministro de Hacienda.

El 26 de Noviembre de 1832, Alejo Andrade ya en Santiago remite la carta que trascribimos con la siguiente dirección:

“Al Doctor Domingo Fontán, Comisionado de la Carta Geométrica de Galicia, Lugo”, quien a pesar de lo avanzado de la estación no había concluido aún su campaña de ese año.

Mi más apreciable amigo: Ayer recibí orden para que al momento pasase a mandar reparar los malos pasos del Camino de la Coruña, en vista de que la Alcaldía y demás oficinas deben trasladarse en todo el mes próximo.

Por esta razón hoy a las dos, suspendo las observaciones barométricas y dejo los instrumentos a nuestro amigo (Luis) Pose que me hizo el favor de prestármelos. Las hechas son escrupulosas y puede V. fiarse de ellas.

Hoy todavía iré a dormir al Camino y en Erbes y Sigrás deberé fijar mi residencia unas tres o cuatro semanas sin perjuicio de dar aquí una vuelta y lo mismo a la Coruña donde podré escribir lo que guste.

Sin más queda suyo afectísimo amigo Q.S.M.B. Alejo Andrade.

Hoy tuvimos el 1er. Examen de Agrimensor de Don Ramón de la Iglesia de la Coruña”.   

Fontán una vez concluida su campaña regresó a su casa de Santiago donde el 8 de Enero de 1833 recibe carta de  Juan Fabres Castro Bahamonde que le remite desde Belmonte, Lugo interesando que recomiende al Capitán General de Galicia la modificación del trazado de la carretera por el Puente de Otero en el que trabaja Alejo Andrade.

“Mi estimadísimo Sr. y amigo, he de merecerle ponga V. recomendaciones en simple con respecto a lo que hablamos sobre el Puente de Otero a fin de dirigirlas una al Gobierno y Otra al Sr. Morillo; y si V. pasa a Santiago antes de que nos veamos, en tal caso, notíciele ésta a mi pariente el Marqués de San Martín, que yo se lo participo inmediatamente. Es el desacato más inaudito ponerse a hacer un puente a consta de una jurisdicción que acaban con ella, ya aun no debiendo hacerse allí la Carretera en tiempo alguno, añoran que la impuesta siga como hasta aquí.

El Camino como ya dije a V. solo entra y nace, viene a gusto por allí que es en Julio y Agosto y Septiembre, y en este mes si hay lluvias, aún tiene que haber, por lo fangoso que es desde la bajada de Huveda hasta pasar la Iglesia de San Fiz de Paz. Como V. conoce, pues se ve venir a St. Esteban de Benade, Rozas de Rey se pasa por entre la casa del Ancadó en Monui y entre la del Abogado de Seoentia, Parroquia de Ansemar por la Cabecera de San Martín de Governo, Puente de Castro Rey, Bran, Huveda y Las Aceas en Bazan y la de Rio Lean Cantas. Haciéndose la Carretera como V. me insinuó el último día en lo que conviene también se evitarían muchos gastos, y luego quedan hechas cinco leguas de camino común para el puerto de Rivadeo;  pues hasta el Cuvelo en la Parroquia de San Esteban en Preceros, hay casi las cinco leguas, que también es camino derecho para Rivadeo, paréceme no es necesario decirle nada más a quienes adulan, me ha gustado muchísimo todo cuanto V. me ha dicho. Espero pues de a V. este favor según ve mi eterno agradecimiento y dando finos recuerdos a mi Sra. su parienta C.P.B. con besos a esos guapos niños, recibiéndolos de esta dama y niños para ambos, queda de V. su más afectísimo amigo y seguro servidor que desea emplearse en su obsequio y B.S.M.

Juan Fabres Castro Bahamonde”    

José María Pardo de Neyra (Marqués de San Martín de Hombreiro) era un viejo conocido de Fontán a quien le regaló y éste conservó en su casa de Lugo las cuatro perchas una vez concluida la mediación de la base del Corgo en Septiembre de 1828.

Pablo Morillo y Morillo, Conde de Cartagena (Fuenteseca Zambra 1775 – Bareges (Francia) 1837), fue militar que llegó al grado de Teniente General reprimió los movimientos independentistas de América, ostentó el cargo de Capitán General de Galicia en 1823 combatiendo a los Cien mil hijos de San Luis.

Concluido el invierno en Santiago, Fontán prepara su campaña de verano del año 1833, solicitando poder disponer para sus trabajos geodésicos de determinado material del Gabinete de Física de la Universidad, para de esta forma, evitarse la precariedad con la que dispuso del mismo el año anterior, para no tener conflictos con el Rector Francisco Cabrera Aguiar.

Tal solicitud tuvo como respuesta la Real Orden de 29 de Abril de 1833, del Ministerio de Fomento General del Reino dirigida a la Universidad de Santiago.

“al objeto de que se facilite a Fontán para sus trabajos de la Carta Geométrica de Galicia 2 barómetros, un círculo repetidor, un péndulo, un anteojo astronómico y un trasportador de ángulos….”

El día 4 de Mayo de 1833, Fontán realiza los trabajos de su Carta Geométrica en el Alto del Penedo y en Peña Forecida sobre Bouzas y Vilela y al día siguiente en el Alto del Pedroso.

El 24 de Mayo, se encuentra estacionado en las montañas que separan la Provincia de Lugo con Asturias. En la sesión de las Cortes de 22 de Agosto de 1837, en la que se discutía sobre el Proyecto de Ley sobre arreglo del Clero y en particular sobre la supresión de la Catedral de Mondoñedo, Fontán replicando al Diputado Donoso Cortes afirmaba:

“¿Conocen las Cortes los pueblos pertenecientes al Obispado de Lugo, situados en la parte oriental de esa provincia, pueblos que se hacen inaccesibles por muchos meses a los hombres más robustos y fuertes, y que a mi con las nieves se me han hecho inaccesibles en Mayo y Junio….?”

“Respecto de otras muchas provincias podían hacerse las reflexiones que acabo de hacer con respecto a la provincia de Lugo, atendiendo a su extensión con el peso y fundamento que llevan, y a las que no me contestará, nadie las conoce más que yo,  ni nadie ha tenido que sufrir las nieves como yo las he sufrido en Junio y Julio, como me sucedió el 24 de Julio de 1833 en algunos puntos con más de dos varas de nieve a mis pies….”    

El 25 de Junio Fontán solicitó la protección de las autoridades de León, que le fue concedida el 8 de Septiembre.

El 3 de Julio desde Villa de Cecos en el Concejo de Yvias, sito a cinco leguas de Cangas de Tineo, que desde 1925 pasó a llamarse Cangas de Narcea, escribe a su hermano en Noya:

“Mi querido Andrés, estoy concluyendo mis trabajos de Asturias siendo los de esta semana los peores de todos por estar todavía con bastante nieve las cumbres donde tengo que estacionarme, como son las que dominan los puertos de Ancares y Cienfuegos entre la división de Asturias con León y aquel en la de Galicia con dicho reino. Tardaré un mes o más en concluir del todo las operaciones que me propuse llevar a cabo. Me acerqué a 3 leguas de Obona y me acordé de Francisco Beda Rodríguez  (primo de Fontán) pero no me decidí a perder tiempo en visitas, ni menos a ver Oviedo, hallándome repetidas veces a 13 leguas de distancia de aquella capital. Observé siempre el  barómetro y lo observaré todavía en los puntos más altos a que voy a subir y que exceden sin disputa a cuantos tengo recorrido.

Consérvate bueno con el tío, escríbeme a Mondoñedo y dispón de tu hermano. Domingo.”   

El 29 de Septiembre de 1833, falleció Fernando VII. Abolida por el Monarca la Ley Sálica, le correspondían los derechos de la corona a su hija la Infanta Isabel, que al contar en esa fecha con tres años de edad, se ocupó de la Regencia del Reino la última esposa del Rey, María Cristina de Borbón.

El hermano del Rey Carlos María Isidro de Borbón, al aspirar al trono determinó la llamada Primera Guerra Carlista entre los Cristinos y Carlistas que se caracterizó por la desmedida brutalidad de ambos contendientes.

El 21 de Octubre, se produce el primer levantamiento de los Carlistas en Talavera de la Reina extendiéndose la Guerra por el País Vasco, La Rioja y el Maestrazgo.

El 30 de Noviembre de 1833, la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón dicta el Real Decreto de División Territorial, por el que España quedó dividida en provincias, mandando por su artículo 7º que se formen mapas exactos de las mismas y el general del Reino. Se le encarga a Fontán que realice la memoria de los trabajos y presupuesto necesario para ello.

Por dicho Real Decreto las provincias de Galicia pasaron a ser cuatro, La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, perdiendo la capitalidad que Vigo tuvo durante el Trienio Liberal, a favor de esta última.

Para la resolución de la cuestión de capitalidad de Pontevedra, fue determinante no solamente la Carta Geométrica de Galicia, sino también el proyecto que impulsó Fontán al trazar en el año 1829 las futuras carreteras que habían de abrirse en Galicia.

Dicho Proyecto de División Territorial fue realizado por el Secretario de Estado del Ministerio de Fomento, Francisco Javier de Burgos (Motril 22 Octubre 1778 – Madrid 22 Enero 1849) y sustituyó al realizado el 3 de Julio de 1821, derogado por Fernando VII en 1823.

Entre sus principales características se centraban en que las capitales de provincia deberían estar ubicadas de forma que se debería llegar a la capital en un día desde el punto más lejano de la provincia. El Gobierno central designó a los representantes de cada provincia con el título de jefe político.

De esta forma España quedó dividida en 49 provincias, hoy en día se puede decir que sigue básicamente vigente con la excepción de que son 50 a partir del Decreto de Miguel Primero de Rivera de  21 de Septiembre de 1827, por el que se dividen las Islas Canarias en sus dos provincias actuales.

El 10 de Diciembre de 1833, Domingo desde Santiago escribía a su hermano comunicándole entre otras cosas, su nombramiento de Catedrático de  Mecánica aplicada a las Artes:

“En este correo tuvimos aviso de Luis Pose de que él y yo estábamos nombrados por S.M. para servir las Cátedras de Química y Mecánica aplicada de las Artes, correspondiéndome a mí la última, ambas tienen una dotación de 12.000 reales y deben establecerse en esta ciudad bajo la autoridad del Ayuntamiento por ahora.

Esta dotación reunida con la de la Universidad es de lo mejor que puedo disfrutar si se pagan los 12.000 reales con exactitud, en lo que dicen que habrá sus dificultades a lo menos, mientas no se establezcan las Subdelegaciones de Fomento.

Soy deudor de esta gracia al Sr. Don Luis López Ballesteros que dijo al Director del Conservatorio hiciese a mi nombre el honor de proponerme; lo que aquel ofreció y cumplió puntualmente interesándose también en ello Orden de S.E. otros muchos sujetos de valimiento.

Quería que yo fuese colocado en puesto más relevante, pero sin renunciar a este favor, le hice presente que convenía aprovechar lo que se presentase por no aventurarlo todo, y así se aprobó.

Sirva esta para el tío y reservar la noticia hasta que la reciba oficialmente pues yo nada supe sino por Pose, bien que no dudaba de que así debía de ser.

Tuyo sin más novedad. Domingo Fontán”.    

Luis Pose Varela, fue Diputado a Cortes por la provincia de La Coruña, en las elecciones de 22 Octubre 1836; 22 Septiembre 1837; 24 Julio 1839; 19 Enero 1840; y 1 Febrero 1841, falleció en Santiago el 16 de Febrero de 1856. Se da la coincidencia que Fontán también fue elegido Diputado en las mismas elecciones por las provincias de Lugo y Pontevedra.

Fontán en carta de 14 de Diciembre de 1833 remitida a su hermano reiteraba la noticia:

“También te di la noticia de que se me nombró Catedrático de Mecánica Industrial y a Pose de Química de las Artes.

No recibí el Real nombramiento, pero el Ayuntamiento ya tiene la Orden Real para que las dichas enseñanzas se planten y en ella se le dice que somos nosotros los profesores. Tendré yo 12.000 reales de dotación y otros tantos Pose con 4.000 reales más para gastos de laboratorio.

Hasta Natividades, será imposible el vernos aún entonces sin detenerme más que un par de días porque la preparación de lecciones y las tareas ordinarias me ocuparán demasiado.

Consérvate bueno con el tío para quien sirve ésta y dispón de tu Domingo”.   

La ayuda económica recibida por Fontán para la conclusión de la Carta Geométrica de Galicia, pronto le ocasionaría numerosos disgustos. Así a finales de ese año de 1833, el Tribunal Mayor de Cuentas le incoó expediente ordenándole la rendición de cuentas de los siete mil duros por él recibidos. Domingo alegaba al respecto:

“Se me dio dicha cantidad según lo expresan las Reales Órdenes de 6 de Febrero de 1829 y 21 de Julio de 1832 que es consiguiente y cualquiera debía suponer a saber: De que fuese invertida en el objeto a que se destinaba, en los gastos de la obra y el mejor comprobante de dicha inversión sería la obra misma y a esto se reduce lo que expuse cuando pedí que se me dispensase de rendir cuentas al Tribunal Mayor que consideraba me suple a esta obligación, pidiendo ya entonces que fuese reconocida la obra que no abusaba de la confianza del Gobierno y decía yo: La Carta Geométrica de Galicia y de sus bastas comarcas adyacentes a su meridiano oriental emprendidas en León y Asturias será el mejor documento de inversión de los 140.000 reales que tengo recibidos, en las que se incluyen mis propios desembolsos y los sacrificios de diez años de viajes y reconocimientos para dar hecha la mitad de esta obra, y se incluían también los sueldos que cualquier otro llevaría dedicado a este exclusivo trabajo desde el año 1829 como yo lo estoy, o más bien abrumado por él, tanto más cuanto mayor ha sido la contrariedad que hallé en la Autoridad Superior de este Reino en otros tiempos de persecución en el que me vi privado del auxilio de mis mejores colaboradores y sin un sueldo que no fuese bien pagado.

El Gobierno no hizo justicia, instruyó expediente, pidió informes al Intendente de Galicia y declaró en vista de…. “       (concluye el manuscrito).

La queja de Domingo Fontán tuvo como respuesta la Real Orden del Ministerio de Fomento firmada por Francisco Javier de Burgos, Secretario de Estado del Ministerio de Fomento de fecha 28 de Enero de 1834, al Sr. Secretario de Hacienda, se acuerda:

“Ministerio del Fomento General del Reino – Al Sr. Secretario del Despacho de Hacienda digo con esta fecha lo que sigue:

Don Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas de la Universidad de Santiago, encargado de levantar la Carta Geométrica de Galicia ha incurrido ante este Ministerio manifestando que el Tribunal Mayor de Cuentas le ha pedido de la inversión de los siete mil duros que para dicho fin se le tiene entregados en virtud de Reales órdenes comunicadas por ese Ministerio y solicitado se le dispense de rendir cuentas testando a los cargos que contra él recibieren y declarándose que es bastante satisfacción a todos ellos la obra que los motiva. El Intendente de Galicia a quien de Real Orden se pidió informe sobre el mérito y estado de los trabajos de Fontán y sobre el objeto de su solicitud, lo ha anunciado favorablemente exponiendo que la obra es de gran mérito que solo el genio de Fontán pudo emprenderla y tener la constancia necesaria para haberla llevado al grado en que se halla a pesar de su naturaleza y de los obstáculos que se le prestaron y que se halla concluida en lo principal restando solo la provincia de Mondoñedo y parte de la de Asturias. Enterada de todo ello S.M. la Reina Gobernadora se ha servido declarar que los siete mil duros entregados a Domingo Fontán para levantar la Carta Geométrica de Galicia lo fueron en clase de indemnización y sin resulta de cargo, y en su consecuencia lo ha tenido a bien mandar lo ponga en conocimiento de V.E. a fin de que sirva comunicar la Orden correspondiente al Tribunal Mayor de Cuentas para que no exija a Fontán de la inversión de aquella cantidad y le teste el cargo que había producido –lo que de Real Orden traslado a V. para su inteligencia y gobierno. Dios guarde a V. muchos años.

Madrid a 28 de Enero de 1834- Burgos – Sr. Don Domingo Fontán.    

De esta forma el Gobierno indemnizó a Fontán con los 140.000 reales que precisamente fueron destinados a la consecución de la obra, por sus trabajos que inició en el año de 1817, dicha Real Orden posteriormente sería empleada para privarle de la propiedad de su obra, cuando él de su patrimonio gastó más del doble de la aportación del gobierno. Así afirmaba en la sesión de las Cortes el 22 de Junio de 1838, replicando al Diputado Sancho:

“Yo gasté sin serlo (rico) diez y seis años de vida y más de 16.000 duros (320.000 reales) de caudal en levantar la Carta de Galicia en demostrar la posición geométrica de más de mil leguas cuadradas”.    

O por último en la de 17 de Octubre de 1837:

“Si todos quieren economía yo a nadie cedo, serviré de balde al estado, si los que hallen tan necesitados de un sueldo como yo lo estoy pasan por esa ley imperiosa, entonces verá el Sr. Gómez Acebo que seré el primero en darles ejemplo, porque estoy muy acostumbrado a darles, sirviendo desinteresadamente a mi Patria y sacrificando cuantiosos fondos en beneficio suyo…”    

Fontán en el año de 1834, tenía concluidos los trabajos de Campo de su Carta Geométrica, solo faltaban los llamados de gabinete para plasmarlos al papel para confeccionar el mapa o su minuta original cuando como consecuencia de las penalidades y fatigas de su última campaña contrajo una gravísima enfermedad que le tuvo convaleciente durante diez meses lo que no le impidió desempeñar una nueva Comisión del Gobierno y concluir el dibujo de su Carta.

Así mediante Real Orden de 22 de Mayo de 1834, en cumplimiento del artículo 7º del Real Decreto de División Territorial de 30 de Noviembre de 1833, se le encargó una memoria sobre la formación de planos topográficos de las provincias y Carta General del Reino.

El 21 de Junio de 1834, Domingo presentó al Gobierno una Memoria que tituló: “Memoria sobre la Formación de los planos topográficos de las provincias y Carta General del Reino escrita de Real Orden por el Sr. Domingo Fontán”.

Comparando la Memoria de Fontán, con la que José Rodríguez presentó en 1808 a la Junta General del Reino, vemos que la de Rodríguez  parece más un curso de geodesia descriptiva. La Memoria de Fontán es una extensión de la triangulación de Galicia al resto de España, coincide con Rodríguez en aplicar el sistema métrico decimal, fijando Fontán una escala 1/500.000 y en la necesidad de medir cuatro bases que Fontán ubica en Pozuelo de Páramo en León, en las cercanías de Madrid, en Andalucía y en la Albufera de Valencia, para ligarlas con la meridiana de Francia iniciada en Dunquerque, prologada en España hasta la Mola en Formentera, en cuyas operaciones practicadas en España, José Rodríguez y José Chaix fueron comisionados para acompañar a Biot y Aragó en su realización.

Sin embargo difieren cuando José Rodríguez aconseja abandonar la meridiana Central del Observatorio de Madrid proponiendo otra entre Gijón y Tarifa, sin embargo aconseja la del Observatorio de Madrid y San Fernando de Cádiz, Domingo en su memoria, mucho más práctica que la de su maestro, en lugar de describir las operaciones geodésicas se centra más en determinar el personal e instrumentos necesarios, proponiendo el Teodolito en lugar del círculo repetidor de Borda, según su propia experiencia y fijando meticulosamente el precio de adquisición de los instrumentos necesarios y del personal que debe manejarlos dividido en 20 comisiones, presupuesta dichos gastos en 7.414.500 reales excluyendo los 460.000 que costó levantar la Carta Geométrica de Galicia.

El 12 de Agosto de 1834 se dicta Real Orden del Ministerio de lo Interior (ver en el artículo el Grabado de la Carta Geométrica de Galicia), firmada por José María Moscoso de Altamira y Quiroga exhortando a Fontán para que termine su Carta Geométrica y la presente concluida en la Corte.

En esos meses Domingo en compañía de los arquitectos de Caminos Andrade, Lareo y Villamil realizan los últimos trabajos de la Carta Geométrica. Por esas fechas mantiene correspondencia con Benito María Plá, quien le remite los croquis que le encargó:

El 20 de Agosto de 1834, Fontán recibe carta de Benito María Plá y Cancela (Ferrol 31 Diciembre 1812- Coruña 3 Junio 1874), quien además de ser un inapreciable colaborador en los trabajos de la Carta Geométrica fue un eminente jurista, político y periodista, en dicha carta le comenta Plá desde Lugo:

“Muy señor mío: dispénseme V. que no le haya escrito más antes. Como desde que llegué a esta tuve que entrar a desempeñar mi destino dando expedición a expedientes, con el embarazo propio de mi inexperiencia en la práctica de Secretarios, no he tenido muchas horas de descanso y por eso no escribió a V. Ahora que estoy un poco más ducho y desahogado puedo hacerlo. Cuando escribí a V. desde Villafranca (del Bierzo) había concluido todas las aguas del Burbia y enseguida viene trabajando la cañada del Valcárcel hasta su nacimiento, recayendo por último en el Capeloso. Pensaba seguir el Bisuña hasta su concluencia como había dicho a V. en esa; pero la primera quedaban desde aquí, unida a habérseme inutilizado dos tardes consecutivas con grandísimas tronadas me hizo tomar la vuelta de Pusende para reconocer aquellas aguas. Tengo ya construido todo lo que trabajé y no espero más que una persona segura para enviarle a V. los instrumentos y los trabajos. Pienso también remitirle a V. una copia del camino proyectado desde el Ferrol a Vaamonde por Cabeiro y a Rabade por las Puentes y Villalba, el cual ha venido a mis manos por una casualidad. Por él podrá trazarse este proyecto en la Carta.

Ya vería V. en la Gaceta, que se nos manda formar nuestras hojas de méritos, servicios y conocimientos. Los pocos que yo tengo, se hallan acreditados con los documentos originales en mi instancia para la obtención de este destino; y aunque pudiera referirme a ellos ningún trabajo me cuesta presentar otros a este Sr. Gobernador con tal que V. tenga la bondad de firmar el adjunto certificado que mutatis mutandis está en los mismos términos que el que envié a Madrid. Sírvase V. dispensarme esta molestia y disponga como guste de este su afectísimo y muy atento servidor Q.S.M.B.

Benito María Plá

P.D. Se me olvidaba decir a V. que en la Real Orden de mi nombramiento se dice expresamente que S.M. ha tenido en consideración los servicios contraídos por mí al lado de V. en los trabajos de la Carta de Galicia, esto indica bastantemente que siguiente el actual Ministro los afanes de V. serán dignamente recompensados”.   

Benito María Plá en su carta se refiere a la Real Orden de 9 de Julio de 1834 por la que se le nombra Oficial tercero, primero de la Secretaría del Gobierno Civil de Lugo que seguidamente transcribimos:

“Gobierno Civil de la Provincia de Lugo:

El Excmo. Sr. Secretario de Estado y del Despacho de lo Interior me dice de Real Orden lo siguiente: Ministerio de lo Interior: S.M. la Reina Gobernadora se ha servido conferir a Don Benito María Plá la plaza de Oficial tercero, primero de la Secretaría del Gobierno Civil de la Provincia de Lugo vacante por salido de Don Lorenzo López Serrano que la obtenía a otro destino del Gobierno Civil de Palencia, teniendo S.M. presente en el nombramiento de Plá los conocimientos científicos de que se halla adornado y sus servicios al lado de Don Domingo Fontán en los trabajos de la Carta Geométrica de Galicia. De Orden de S.M. lo digo a S.V. para su  inteligencia y efecto correspondientes. Dios guarde a V.S. muchos años.

Madrid, 9 de Julio de 1834, Moscoso. Lo que traslado a V.S. para su satisfacción a fin de que a la mayor brevedad se sirva presentarse a desempeñar el destino que S.M. ha tenido a bien conferirle, Dios guarde a V. muchos años, Lugo, Agosto 7 de 1834. Al Gobernador Civil de la Provincia. Laureano Gutiérrez – Sr. D. Benito María Plá”.   

El 12 de Septiembre de 1834, el Ministerio de lo Interior expide Real Orden a la Inspección General de Instrucción Pública, al objeto de designar sustitutos de Fontán  en sus Cátedras de Matemáticas de la Universidad y de Geometría Mecánica y Delineación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, sin que se le ocasione descuento alguno.

También se libran Reales Órdenes en Noviembre y Diciembre de 1834, para que con los fondos de la Universidad se reintegren a Fontán los haberes no cobrados durante los tres años en que estuvo suspendido y pendiente de Juicio de Purificación, fijando el importe de tal reintegro en 60.316 reales.

El 17 de Septiembre de 1834, Benito María Plá desde Lugo conocedor del viaje a Madrid que prepara Fontán para presentar concluida la Carta Geométrica, le hace saber:

“Sr. de mi mayor aprecio: Supongo que el correo que interceptaron los Facciosos (Carlistas) traerían contestación de V. a mi última carta y la certificación que le remití para que tuviera V. la bondad de firmarla; por ésta le remito a V. es otra, que por falta de ella no he firmado todavía la relación de méritos que se nos ha mandado hacer.

Cansado de esperar una ocasión en que poder enviar a V. con seguridad todo lo que tengo aquí, al mismo tiempo que mis trabajos me decidí a incluir en esta carta el borrador que construí y lave en habiendo dejado de hacerlo en la parte inferior que comprende el Valcárcel por falta de tiempo, y porque el país que V. y Lareo conocen bastante. Espero a que marche un arriero de confianza para que lleve los instrumentos croquises, ésta y la copia del Plano del Ferrol que ofrecí a V.

Mucha falta nos hace una copia del Mapa de esta Provincia, y a decir verdad tengo muy vivos deseos de que nos quedásemos con ella antes de que V. marchase con los trabajos a Madrid. Para ello no hay más obstáculo que la falta de fondos pues todo lo demás está allanado. No obstante si yo supiera que esta suma reputa V. necesaria, con tal de que no fuese grande procuraré dar movimiento a este asunto.

Mucho le apreciaré a V. que me envíe firmada la adjunta certificación.

Sírvase V. dar mil afectos a Lareo, Andrade y Villamil y disponer de éste su muy atento S.S.Q.S.M.B.

Benito María Plá”    

El 15 de Octubre de 1834 desde Lugo, Benito María Plá remite a Fontán sus trabajos del Río Sil en el límite de la provincia de León, y le comenta su detención en la Venta de Rodeleira situada en la Carta Geométrica junto a Villamartín, ello nos da una idea de la peligrosidad de los caminos de Galicia en aquella época.

“Sr. de mi mayor aprecio: Anteayer he vuelto de mi pequeña expedición dejando concluidas las operaciones que V. me ha encargado en las Cañadas de Bisuña y Valcárcel que remito a V. construidas muy deprisa, siendo de advertir que las parroquias de San Fiz, Corullón y Toral (de los Vados) no están situadas geométricamente porque para ello tenía que pasar al otro lado del Sil, sin embargo de que las he visto, y me parece están bien situadas en el croquis sus posiciones.

Después de mi última estación de la encina de la Lastra, fui a dormir a Biobra y desde allí habiendo reconocido las parroquias de Cuevas y Pardollan que están orillas del Sil del Puente de Domingo Flores y formar el croquis que envío a V. tomé por la Rubiana el camino de Quiroga y Monforte, desde donde vine a hacer el reconocimiento de las aguas de Ousende.

En cuanto a éstas debo decir a V. que si mal no me acuerdo, la duda única que había versaba sobre si corrían al Cabe o al Miño y en esta inteligencia la vez pasada corrí muy de ligero por el camino de la Retorta y Castro de Rey a ésta sin más que cerciorarme bien de que Ousende estaba en vertientes al Cabe como le indiqué en el pequeño croquis que le remití. Ahora últimamente para mejor asegurarme vine a San Juan de Tor y de allí a Santa María de Torriz cuyas cañadas insignificantes se reúnen para confluir en el arroyo de Seoane junto a la Vide según me dijeron.

Enseguida vine a Ousende por la falla oriental del Monte de San Ciprian, reconocí bien los nacimientos de aquellas aguas y sus correspondencias con un brazo del Sardiñeira que pasa al S. de Broza y bajé siguiendo su curso hasta dar vista a Fiolelda y Vamorto, donde se reúnen con las que bajan de Martín que no reconocí por suponerlo hecho.

Me ha sucedido en este viaje lo que nunca, y es haber sido preso y conducido entre bayonetas desde la venta de la Rodeleira al Barco, gracias a un necio sargento de Urbanos que a pesar de mi buen pasaporte se empeñó en juzgarme cabecilla de facciosos.

Remito a V. los croquises y las estaciones de sextante, pues las de plancheta lo haré por medio de un ordinario. Sirva V. decirme si remito el sextante o lo recoge V. cuando pase por Madrid.

Por ahora nada más digo a V. sino ofrecerme como su afectísimo S.S. Q.S.M.B.

Benito María Plá”.    

El 29 de Octubre de 1834, Plá desde Lugo, escribe a Fontán remitiéndole sus últimos trabajos de los afluentes del Sil, así como los del camino del Ferrol a Villalba. El Geógrafo aún demoró su viaje a Madrid hasta mediados de Noviembre.

“Sr. de mi mayor aprecio: Por la última de V. veo ha recibido  mis trabajos de la cuenca del Bisuña y esto no me ha causado pequeña satisfacción porque ya empezaba a recelar se hubiese extraviado el correo, y no me había quedado con ningún copia de los croquises. Hoy remito a V. por mano de un arriero de aquí las estaciones de plancheta y una copia del plano del Camino de Ferrol a la Carretera general por Cabreiro y Villalba.

No merece nombre de plano ni aun de croquis, pero como en la Carta están ya situados los puntos que él indica, nada más hace falta que saber los por donde pasan dichos caminos y en esto (y no más) creo que será exacto el estupendo trabajo del Sr. José Alonso López.

Debo asegurar a V. que las aguas de Tejedo Espinareda no corren al Burbia por cuya razón no las he seguido sino que van a unirse con las que bajan de Toreno y pasan juntas por Cacabelos a concluir con el Sil no mucho antes del Valcárcel. Los afluentes del Burbia están todos comprendidos en el plano o sea, croquis que mandé a V. primeramente.

El camino que parte de las Cances por Quintela con dirección a Villafranca sigue por Corrales y desde la cima de la cuesta pasa por la división de aguas entre el Bisuña y el Valcárcel hasta aproximarse al nacimiento de la encaña de Dragonte en donde toma la ladera izquierda de otra cañadita, atraviesa el lugar mismo dejando la iglesia a la izquierda, y al extremo de la loma la dobla para tocar Villafranca.

Acerca del arroyo de la Cascallana no pongo en duda la exactitud del Sr. Valladares pero yo creo que he visto bien aquel terreno en todo lo que comprende el croquis.

Andrade llegó aquí hace tres días y hoy por la mañana salió con Don Julián Rodríguez a trazar el camino de Ferrol a Rabade.

Digo a V. de su orden, que el jueves de la semana que entra, estarán aquí de vuelta y permanecerán sobre unos quince días, de manera que si V. demora hasta entonces su viaje los hallará aquí y cuando no indefectiblemente a Andrade en La Coruña.

Celebro infinito que la fístula que le molestaba se hubiese cerrado a beneficio de los baños y le permita hacer su viaje con menos exposición de la salud.

Nada más tengo que decir a V. sino que soy como siempre su más atento y afectuoso servidor .S.M.B.

Benito María Plá”.    

José Alonso López Noval (Ferrol 2 de Noviembre de 1756 – Ferrol 26 de Diciembre de 1824), fue Marino, Matemático, Político y Escritor destinado en el Observatorio Astronómico de la Academia de Guardias Marinas del Ferrol, donde fue profesor de Matemáticas. En 1803 ocupó el cargo de Comisario de Caminos, fue autor del trazado de la carretera de Pontevedra a Vigo. Entre sus obras como escritor destaca su enciclopedia de seis tomos titulada: Consideraciones generales sobre varios puntos históricos, políticos y económicos, y noticias de esta clase referidas al Ferrol y su comarca. Madrid, 1820.

El 8 de Noviembre, Fontán con el anteojo de la Condesa de Maceda, observaba la inmersión del primer satélite de Júpiter y al día siguiente las alturas del sol.

Desde Noya, el 17 de Noviembre de 1834, Andrés Fontán escribe a su hermano, quien no muy sobrado de medios económicos ultima los preparativos para dar cumplimiento a la Real Orden de 12 de Agosto de 1834 presentando su Carta Geométrica en la Villa y Corte.

“Mi querido hermano: He tomado con la posible exactitud la altura desde el pie de la muralla hasta la cubeta del barómetro calculando en el otro en que se hicieron las observaciones con el (ilegible) del nivel y de una regla, y es de doce varas, una cuarta y 6 ½ pulgadas.

El pico de casa lo compuse nivelando como debe estarlo con corta diferencia. El tiempo aunque frío se presenta bueno para el viaje. Celebraré que tengas arregladas las cosas para emprenderlo felizmente.

Remito la bota que traje.

Demándame lo que se te ofrezco contando siempre con el dinero de que pueda disponer si fuera preciso sin necesidad de molestar a nadie hasta donde alcance.

Mis recuerdos a mi cuñada y a los niños. Tuyo Andrés”.    

Andrés se refiere a la muralla que lindaba con el mar (hoy Malecón de Cadarso) en la parte posterior de la huerta de la casa sita en la calle del Curro de la Villa de Noya.

El 1 de Diciembre de 1834, Domingo Fontán se encuentra ya establecido en la Villa y Corte, donde fija su domicilio en la calle San Mateo, y ese mismo día entrega la Carta Geométrica de Galicia, concluida apresuradamente al Sr. Secretario de Estado y del Despacho de lo Interior José María Moscoso de Altamira y Quiroga.

La minuta original de la Carta Geométrica de Galicia según dejó dicho el Geógrafo en sus notas manuscritas sobre la “Descripción Geométrica de Galicia” de la que en su momento nos ocuparemos estaba “dividida en 2 bandas de ocho pies de largo y cuatro de ancho cada una de ellas, es decir en 2 bandas que representaban la parte oriental y occidental de Galicia, en la actualidad se encuentra desaparecida.

Sin embargo Fontán presentó a la Reina Gobernadora una minuta original de 8 hojas que seguidamente describimos:

La caja de dicho mapa manuscrito original mide 218,3 x 239,4 cms. y está dividido en 8 hojas o secciones que tienen las siguientes medidas:

 

Cada una de las hojas del mapa comprende desde los 0º31’ hasta los 3º06’ Oeste de la Longitud Occidental del Meridiano de San Fernando (Cádiz) y desde los 43 50′  hasta los 41 50′ de Latitud Norte.

La proyección es cónica, según el sistema de Flamsteed con cuadrícula geográfica de 10 en 10 minutos con recuadro de divisiones de diez segundos.

La primera de sus hojas en su parte izquierda contiene una gran cartela que reza:

“Carta Geométrica de Galicia. Dividida en sus  Provincias de Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra y subdividida en Partidos judiciales o Alcaldías mayores; presentada a S.M. la Augusta Reina Gobernadora Doña María Cristina de Borbón. Por mano de su Secretario de Estado y de Despacho de lo Interior el Excmo. Sr. D. José María Moscoso de Altamira, levantada y construida en la escala de cienmilésimo por el Doctor Don Domingo Fontán, Catedrático de Matemáticas Sublimes en la Real Universidad de Santiago y de Mecánica Industrial por el Real Conservatorio de Artes, Socio correspondiente de la Real Academia de la Historia. Año 1834”.       

La orografía la representa mediante sombreado, con la luz procedente en general del noroeste, dando así una sensación de relieve, pero con las cumbres en blanco y una orla marítima en colores negros y ocres.

Los límites del reino de Galicia están coloreados en rosa pues además recoge la zona limítrofe de las provincias de Oviedo, León, Zamora y las del entonces reino de Portugal.

En la hoja séptima se expresan la “explicación de los signos y abreviaturas”.

Tiene 29 símbolos convencionales, Ciudad, Ídem, Metropolitana, Ídem, Diocesana, Villa, Ídem. Cabeza de Partido, Parroquia Rural, Ídem. Cabeza de Partido, Monasterio o Priorato, Colegiado, Capilla o Santuario, Feria, Venta, Molino, Herrería, Fundición, Carretera, Vereda, Puente de Piedra, Ídem. de madera, Barca, Lugar, Fortaleza, Torre o Palacio antiguo, Baños y Aguas minerales, Encomienda de la Orden de S. Juan, Ídem. de  Santiago, Límite del Reino de Galicia, Ídem. de sus provincias, Ídem. de sus Partidos. Ídem. de sus Alcaldías Reales y 6 abreviaturas (Cº – Castillo, C – Cabo, P – Punta, I – Isla, Ite –Islote, R – Río) que representan diversos aspectos geográficos.  La toponimia está en castellano y se diferencia por el tamaño de letra: las capitales de provincia y las ciudades aparecen en mayúscula como también accidentes geográficos, los restantes núcleos de población en minúscula.

Fuera del marco “Longitud Occidental del Observatorio de San Fernando, dicha hoja recoge la fecha del 1 de Diciembre de 1834 y la firma de Fontán.

En la hoja octava, al igual que la anterior tiene la misma fecha y firma de su autor y fuera del marco se hace la misma referencia a la longitud occidental del Observatorio de San Fernando. También fuera del marco se prolonga el mapa hasta Chaves en el entonces reino de Portugal.

En esa hoja se recogen las:

“Escalas de una medida en la Carta por cien mil en el terreno”(1 cm. = 1 km.)

En “leguas de veinte mil pies en décimos” y en “millas de sextante en grado”

Señalamos ya para concluir, que la Carta Geométrica de Galicia, fue el primer levantamiento planimétrico de una de las regiones más difíciles de cartografiar por su orografía, efectuado en España, siendo pionero en Europa y quien dice Europa en esa época puede decir en el mundo a otros trabajos similares. Sirva como ejemplo la fecha en que las diferentes naciones europeas comenzaron a levantar sus mapas nacionales con el mismo método que Fontán.

Alemania 1870, Bélgica 1872, Dinamarca 1830, España 1870, Francia 1824, Inglaterra 1809, Holanda 1850, Italia 1862, Noruega 1828, Portugal 1852, Rusia 1857, Suecia 1812 y Suiza 1830.

La Carta Geométrica de Galicia en los tiempos actuales, al igual que en el pasado, sigue recibiendo críticas de la queremos destacar por venir de donde vienen, la efectuada por el Militar Doctor Ingeniero Geógrafo, Profesor de la Escuela de Geodesia y Topografía del Ejército y Director del Instituto Geográfico y Nacional desde 1974 a 1980, llamado con anterioridad al año 1977 Geográfico Catastral, Rodolfo Núñez de las Cuevas vertidas en un artículo fechado en Madrid en Febrero de 1988, titulado: “La Cartografía Español de principios del Siglo         XIX y la Carta Geométrica de Galicia de D. Domingo Fontán”, publicado en el libro “Cartografía de Galicia 1522 – 1900” por el Instituto Geográfico Nacional con ocasión del Bicentenario del nacimiento de Domingo Fontán, al que nos referimos al comenzar este trabajo.

En el citado artículo el Doctor Ingeniero Geógrafo, afirma: “En una breve autobiografía publicada por el Instituto Padre Sarmiento de Estudios Gallegos, Fontán asegura que  Rodríguez le inspiró el pensamiento de emprender la triangulación de Galicia y el levantamiento de su Carta Geométrica; es posible, pero llama la atención que un trabajo de tal envergadura fuese asumido por Fontán sin esperar más ayuda que la que podía prestarle la Universidad.”

Este es un tema desarrollado anteriormente por lo que vemos que esa “esperada ayuda” jamás se produjo, al menos oficialmente; ello con independencia de la actitud personal de Luis Pose Varela, facilitándole el empleo de instrumentos de su Cátedra.

En cuanto a la propia crítica, Núñez de las Cuevas afirma:

“..Faltan los signos de (vegetación) a pesar de que la escala de la Carta deben figurar los bosques.”

“El trazado de las costas es bueno y se basa en los levantamientos hidrográficos de Tofiño que ofrecen total garantía, los ríos adolecen de ciertos errores…”

“El grabado podía haberse realizado a escala 1/200.000. Cuando se compara la Carta con mapas de la misma escala de otros países de nuestro entorno y de la misma época, se ve claramente que la calidad es inferior en cuanto a la información y representación cartográfica…”

“…. Pero llama la atención cuando se lee la Memoria sobre la Formación de los planos topográficos de las provincias y Carta General del Reino, escrito de Real Orden por el Sr. D. Domingo Fontán, firmada en Junio de 1834, donde figuran las mismas deficiencias cartográficas de Galicia. Con la experiencia adquirida y con el conocimiento que supone tenía de la actividad cartográfica en otros países, dado el dominio del idioma y la información recibida por Rodríguez, es inexplicable que diese tan poco importancia a la información topográfica tanto planimétrica como altimétrica que debía figurar en el mapa….”

Esta tesis se ha convertido en oficial para todos aquellos que quieren medrar como Geógrafos, recuerdo que hasta un periódico la puso en boca de mi hermano Miguel Ángel, supongo que por razones de cubrir espacio editorial.

A Rodolfo Núñez de la Cuevas, a quien conocí y traté, pues me lo presentó su buen amigo y compañero, el también Militar, quien fue Coronel-Jefe del Servicio Geográfico y Cartográfico del Ejercito, hoy Centro Cartográfico del Ejército de Tierra y Director de la Escuela de la Geodesia y Topografía del Ejército, mi tío Luis Camargo de Parada.

Hoy me veo en la necesidad de contradecir nuevamente al Sr. Núñez de las Cuevas, al igual que hice en estrados, cuando compareció como Perito del Instituto Geográfico Nacional, en un pleito en el que defendía los intereses de Everilda Sánchez Fontán en contra de la Dirección General del Instituto Geográfico Nacional, quien en Sentencia del Juzgado de Primera Instancia de los de Madrid, de fecha 22 de Abril de 2004, recaída en Procedimiento Ordinario 266/2003, confirmada íntegramente por la Sección 21 de la Audiencia Provincial de Madrid en Sentencia nº 168/2005 de fecha 22 de Marzo de 2006, recaída en Rollo de Apelación nº 675/2004, obligaba al Instituto Geográfico Nacional a entregar a la demandante Sra. Sánchez Fontán:

“Debo declarar y declaro cancelado el depósito efectuado por D. Rosendo Fontán Riva el 7-12-1905, y en su consecuencia se proceda por el demandado a la devolución de los bienes muebles que lo constituían: 12 piedras litográficas (sirvieron para la edición de 1845), 16 láminas que compone el ejemplar manuscrito original de la carta geométrica de Galicia (1834), que se publicó en facsímil en el año 1974, 8 láminas que componen el ejemplar manuscrito original de la carta geométrica de Galicia (1834), y demás mapas o croquis parciales manuscritos originales contenidos en las cajas de madera cerradas depositadas en la fecha indicada todo ello con expresa imposición de costas al demandado”.    

De todos los objetos relacionados en el Fallo de la Sentencia, el Instituto Geográfico Nacional, en ejecución forzosa de la misma, solo entregó a la demandante el mapa de 8 hojas que en 1834 Fontán presentó en la Villa y Corte a la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón, alegando desconocer el paradero de los demás objetos que el Fallo de la Sentencia les obligaba a devolver.

Doña Everilda Sánchez Fontán, ante tal situación procesal, no le quedó otra salida que formular solicitud de liquidación en ejecución forzosa del equivalente pecuniario de la prestación no dineraria incumplida, pleito que se siguió ante  el Juzgado de Primera Instancia nº 48 de los de Madrid, como Juicio Verbal 797/2006, en el que Rodolfo Núñez de las Cuevas como Perito del Instituto Geográfico Nacional, formuló y ratificó su Pericial contradictoria a la presentada por la actora Sra. Sánchez Fontán.

Pero siendo esta otra historia que contaremos algún día hoy concluimos defendiendo a Domingo Fontán de tales críticas.

Fontán efectuó su Carta Geométrica de Galicia en escala 1/100.000 con la intención de incorporar en ella la totalidad de los datos que durante 17 años recogió en sus croquis parciales manuscritos originales contenidos en las cajas de madera cerradas, objeto del depósito, que se calcularon en número aproximado a los 4.000.

Incorporar todos estos datos a su Carta le fue imposible debido a que en su solicitud de demanda de 5 a 7.000 reales remitida al Rey Fernando VII, según se recoge en Real Orden de 6 de Febrero de 1829, Fontán ofreció darla concluida en el término de tres años, lo que por las razones expuestas no fue posible, concluyéndola apresuradamente en 1834.

Siendo tan meticuloso Fontán, ésta sería la respuesta a la falta de vegetación de demás información planimétrica y altimétrica que el Sr. Núñez de las Cuevas echa de menos.

Resulta sorprendente escuchar estas afirmaciones cuando en el Mapa de Fontán (1845) el único de su clase que señala las bases perfectamente medidas y orientadas de las que parte la triangulación de Galicia, el único que recoge la triangulación fundamental en mapa escala 1/800.000, inserto en la parte que corresponde al mar de su hoja 3ª, el único que señala con un asterisco las Estaciones Geodésicas  o  vértices de la triangulación, datos éstos inexistentes en la Carta General de España.

En cuanto a las alturas sobre el nivel del mar, están calculadas en varas castellanas; al nivel del mar de Noya, donde estaba ubicado un barómetro estacionario del que se ocupaba Andrés Fontán, aunque si bien es cierto el manuscrito de 1834 adocele de altimetría.

Núñez de las Cuevas acusa a Fontán poco más o menos de haber calcado la costa de Galicia de los levantamientos hidrográficos de Vicente Tofiño.

Más explícito es el Escritor y Periodista Licenciado en Geografía e Historia (Arqueología) Miguel Anxo Murado López autor de un ensayo que tituló “Otra idea de Galicia publicado en 2008, quien además de contar cosas sorprendentes, como que Fontán:

“Su propio pueblo natal (Porta de Conde) tuvo que añadirlo apresuradamente al mapa, ya grabado”

Lo que es incierto, Fontán en el mapa impreso de 1845, añadió a Porta de Conde “Patria del autor”

En su ensayo afirma:

“La costa gallega está enredada en multitud de entrantes y salientes, valles fluviales y ríos que se dividen en brazos como fractales. Son tan intrincados que pudieron incluso con la paciencia de Don Domingo Fontán quien para esta parte de su mapa no tuvo más remedio que recurrir excepcionalmente a trabajos cartográficos anteriores, medir la costa en persona le hubiera consumido toda su vida…”   

A falta de esos cerca de 4.000 croquis parciales perdidos por el Instituto Geográfico Nacional de España que serían la definitiva solución para resolver tan controvertido arcano nos vemos obligados a recurrir a las propias palabras de Domingo Fontán vertidas en lo que el Instituto Padre Sarmiento en su publicación de 1946 llamó Descripción Geométrica de Galicia (Redacción A) introducción que no es otra cosa que la introducción de una Memoria, que sin mediar Real Orden, redactó Fontán, en fecha indeterminada del año 1850 aconsejado por Ramón de la Sagra a fin de defenderse de las críticas gubernamentales de que su Carta Geométrica no estaba ajustada a cálculos geodésicos, Memoria ésta que se imprimió en papel y se ilustró con un plano de escala reducida de su triangulación fundamental añadiendo una tabla de la medida de los ángulos de dicha triangulación fundamenta.

Uno de sus ejemplares, Ramón de la Sagra lo depositó en la Real Sociedad Geográfica de París.

“Levantar la Carta Geográfica de un reino es emprender una obra original en su clase, y en nada parecida a los mapas que diariamente se publican. No se recurre para ello a datos ajenos cuya exactitud no esté comprobada; es forzoso adquirirlos sobre el terreno, trasladándose a él para dibujarle; elegir las estaciones o vértices de los triángulos que a manera de una red han de abarcar toda su extensión; y hallar el local conveniente para hallar una o más bases a fin de calcularlos, determinando y comprobando la longitud de sus lados. También hay que recurrir al terreno para orientarse y conocer su posición geográfica, observando la latitud, longitud y posición de la meridiana de un punto, para deducir iguales resultados respecto a cualesquiera otros, que siempre hay que comprobar por observaciones directas.

Obtenidos estos datos, el problema se complica cuando se trata de utilizarlos. Desde luego debe suponerse que la triangulación está calculada sobe una superficie igual como la del mar; pero esta superficie tiene una curvatura sensible en los grandes espacios, y que o puede desenvolverse sobre un plano a menos que se rompo o se arrugue: es, pues, indispensable recurrir a un sistema de proyección y adoptar el que menos desfigure el país, pues se trata de hallar una superficie semejante tal cual puede representarse en un plano.

He aquí una tarea vastísima que requiere mucha laboriosidad, un tiempo conveniente para las operaciones, constancias y robustez para proseguirlas a pesar de las dificultades que sin duda ofrecen, dejando aparte la habilidad y conocimientos que son indispensables para disponer lo conveniente a fin de reunir y poner en obra tantos materiales….”    

Vicente Tofiño de San Miguel (Cádiz 1732 – San Fernando, Cádiz 1795) fue Marino y Cosmógrafo, Director de las Academias de Guarda Marinas de Cádiz, El Ferrol y Cartagena.

En 1783 se le encomendó cartografiar todas las costas de España, trabajo este considerado como el primero de la moderna cartografía española, cuya obra consta de tres partes:

Derroteros de las costas de España en el Mediterráneo y su correspondiente de África, Derroteros de la Costa Española en el Océano Atlántico y de las Islas Azores y el propio Atlas Marítimo de España trabajos éstos que concluyó en 1789.

De la Obra de Tofiño hoy solo nos interesa destacar la parte correspondiente a Galicia:

       Carta Náutica de la Ría de Pontevedra, con las Rías de Ons y Oza. Escala 2 millas marítimas (=7,8 cm) 1786.

       Carta esférica de las costas del Reino de Galicia desde el Cabo Prior hasta la desembocadura del Miño en escala indeterminada 1787.

       Plano de las Rías del Ferrol, Coruña y Betanzos en escala de 3 millas marinas 1787.

       Plano de la Ría de Vigo en escala de 3 millas marinas, (=10,45 cm.) 1787.

       Planos de la Costa Norte de Galicia, 1787 que comprende:

Plano de la Ría del Barquero y Estaca de Bares en escala de 1 milla marina (=13,05 cm.)

Plano del Puerto de Cedeira en escala de 1 milla marina (=10,08 cm)

Plano de la Ría Ribadeo en escala de 1 milla marina (=11,7 cm.)

Plano de la Ría de Vivero en escala de 1 milla marina (=9,15 cm.)

      Carta esférica de la Costa de Galicia desde Punta de la Brelganegra a Punta de Catasol en escala indeterminada 1789.

       Plano de la Ría y Puerto del Ferrol en escala de 2 millas marinas (201 cm.)1789.

Fontán sin lugar a dudas, estudió los trabajos hidrográficos de Vicente Tofiño de la Costa de Galicia, pero resulta al menos aventurado afirmar que descuidó este aspecto ateniéndose a dichos levantamientos.

Nosotros por nuestra parte nos reiteramos en las palabras del propio Fontán que afirmaba:

“que para levantar su Carta Geométrica no recurrió a datos ajenos cuya exactitud no está comprobada sobre el propio terreno”.

Fontán situó en la Carta de Galicia que se extiende desde el Río Eo al Miño 68 de sus estaciones, de las que destacamos las ubicadas en Punta de Vares, en Finisterre, Monte Louro, Isla de Arosa, y Santa Tecla, muy pronto al extender su triangulación hasta el mar y al ligarla con esas estaciones marítimas, descubrió que los trabajos hidrográficos de Vicente Tofiño, no son tan fiables como afirma Rodolfo Núñez de las Cuevas, ello prescindiendo de la triangulación de 2º y 3º orden.

Sirva como ejemplo: una de esas 68 estaciones  está ubicada en la garita del vigía del Cabo de Finisterre que Fontán sitúa a 42º52’ 55’’ de latitud y la compara con la tomada por Vicente Tofiño 42º56’30’’, y deja escrito en sus apuntes:

“esta posición está muy adecuada con la de Flórez que es 42º52’45’’.

Ello evidencia que la “total garantía” de dichas cartas náuticas es al menos cuestionable, pues cualquiera que disponga de un ordenador puede ver en Google Earth que la latitud recogida por  Tofiño corresponde a la playa de Arnela cercana a Villa de Duio, muy al norte de dicho Cabo, mientras las medidas de Fontán y Fernández Flórez, aún hoy en día se pueden considerar correctas, aunque se sitúan en el mar.

Fontán no tiene el mérito de ser el primero en describir las inexactitudes de los levantamientos hidrográficos de Vicente Tofiño, éstas resultaban tan evidentes hasta el extremo que el Capitán Fragata Antonio Doval Anunciabay (Ferrol 1788 – Madrid 1855) al mando del bergantin Guadiana, antes llamado Triunfo, por Real Orden de 27 de Noviembre de 1827, fue destinado al reconocimiento de las Rías de Galicia para poner al día las costas de esta parte de España que habían sido insuficientemente reconocidas en el Atlas de Vicente Tofiño.

Antonio Doval desempeñó tal comisión durante tres años, entre esos trabajos levantó las Cartas de Vigo y Marín, al ser ascendido a Capitán de Navío, el 14 de Diciembre de 1830 fue sustituido del mando del Guadiana por el Teniente de Navío José Montejo Albizu.

El 25 de Junio de 1831 el Capitán de Fraga de la Real Armada Ignacio Fernández Flórez (1790-1857), fue destinado a continuar con la Comisión al mando del citado bergantín, cuyo trabajo le ocupó de 1831 a 1834.

Fernández Flórez fue autor de El Plano de la Ría de Arosa (1833), Carta Esférica de la Costa de Galicia desde el Río Miño al Cabo de Toriñana (1835). Carta Esférica de la costa de Galicia desde el Cabo de Toriñana al de Ortegal (1836), Plano de la Ría de Corcubión (1837), Plano de la Ría de Camariñas (1838) y del de la Ría de Muros y Noya (1838).

Para concluir, recordaremos que Fontán publicó en el Diccionario Estadístico de España y Portugal del Abate Sebastián de Miñano y Bedoya, de los que es autor, el Plano del País adyacente a las tres Rías de la Coruña, Betanzos y Ferrol, llamado de las Mariñas, en escala de 20 leguas al grado (=8,0 cm.) Madrid, Imprenta de Pierat Peralta 1826, al igual que El Plano de la Ría de Arosa en escala de tres millas (3=5,65 cm). Madrid, Imprenta Pascual Peralta, 1828

César Camargo
Vicepresidente
Fundación Domingo Fotán
Octubre 2017