La impresión de la Carta Geométrica de Galicia

 

Este artículo, es continuación de uno anterior en el que nos referimos al grabado de la Carta Geométrica de Galicia en el taller del Grabador L. Bouffard, sito en la calle Bagneux nº 7 de París, efectuado en  doce piedras litográficas en el que dimos a conocer prolijamente las vicisitudes por las que pasó Domingo Fontán para dar por concluida esta operación tan necesaria para que su Carta viese la luz.

Hoy continuamos en la misma línea narrativa centrada en su impresión,  última operación que también se efectuó en París en los talleres del Impresor Lémercier, Bernard y Cía. , en su Imprenta – Litográfica ubicada en la calle Saine S.G. nº 55 de París, operación consistente en entintar con un rodillo de piel las piedras litográficas o matrices aplicando con un pincel previamente sobre las mismas una mezcla de ácido y goma, poniéndolas en contacto con las láminas de papel sobre las que se ejerce presión sobre un tórculo o prensa vertical quedando estampado en el papel, el grabado de cada una de las piedras.

Talleres de Lemercier en París. Semanario Pintoresco Español 9-XI-1851, pág 353

Rose – Joseph Lémercier, (París 6 de Julio de 1803 – París 1 de Enero de 1887). Fundó su Taller en 1827 donde efectuó las litografías de mejor calidad de la época, no solo de Francia sino de toda Europa, por su reconocida labor le fue concedida la Cruz de la Legión de Honor de Francia.

Durante esta operación también Fontán tuvo que vencer dificultades que sin lugar a dudas, aunque superadas, determinaron que la Carta Geométrica de Galicia no tuviera la difusión que merecía y que ni de ella se obtuvieran los beneficios esperados no solo para Galicia, sino para toda España.

José Joseph Lemercier. Litografía de una fotografía de 1869

Fontán la concibió extendiendo su triangulación a las provincias limítrofes de Zamora, León y Oviedo, con el propósito de que esta fuese ampliada por todo el territorio nacional, formándose así la tan esperada Carta Geográfica de España, lo que por los motivos que expondremos no fue posible.

Por esas fechas en que se concluía el grabado (1844 a 1846) Tomás Bertrán Soler efectuaba la última impresión que se realizó de los desfasados e inexactos mapas de Tomás López en un Atlas que tituló “Descripción geográfica y pintoresca de España y sus establecimientos de ultramar”.

En los periódicos de la época, se anunciaba la publicación de la edición  afirmando que los 42 mapas que la componían eran los: “únicos que tenemos hasta el día debidos al celo y laboriosidad de nuestro célebre geógrafo que lo fue de S.M. Tomás López, corregido y aumentado por sus sucesores”.

Tomás López de Vargas y Machuca (Madrid 21 de Diciembre de 1731 – Madrid 19 de Julio de 1802) fue Cartógrafo y Geógrafo. El Marqués de la Ensenada le becó en París para concluir sus estudios de Geografía y a su regreso el Monarca Carlos III le nombró “Geógrafo de los dominios de su Majestad” poniéndole al frente del Gabinete de Geografía creado con el fin de levantar la inexistente Carta General del Reino, en 1764 ingresó en la Academia de San Fernando y en 1766 en la Academia de la Historia.

El Conde de Floridablanca le reprochó la inexactitud y mala calidad de sus trabajos planimétricos.

La Cartografía Española a principios del Siglo XIX pasaba por uno de sus peores momentos, pues carecía de un mapa nacional que mereciera tal nombre. Fontán en la Sesión del Congreso de los Diputados de 22 de Agosto de 1837 no solo criticaba tales mapas, sino también la División Territorial de Javier de Burgos de 30 de Noviembre de 1833, efectuada con tan inexacta cartografía.

Fontán se refería a los llamados Cartógrafos de su Majestad que sin salir de la Corte, por medio de encuestas remitidas a las autoridades locales, párrocos del lugar  que se pretendía cartografiar, sin sujetarse a observaciones astronómicas, trabajo geodésico de cálculos de una red de triangulación, ni medida alguna, se limitaban a plasmar la representación planimétrica mediante las informaciones parciales de las encuestas, y una vez zurcidas nacía el mapa sin que el llamado geógrafo saliese de su gabinete para al menos reconocer el terreno; entre ellos se encuentra el de Galicia publicado por Tomás López en 1784 a escala de 8 leguas.

Como decíamos en la Sesión del Congreso de los Diputados del martes 22 de Agosto de 1837, se continuaba la discusión referente al “arreglo del clero”, sobre las diócesis u obispados que debían suprimirse para llevar a efecto tal arreglo.

Fontán afirmaba:

“… Repito ¿Qué expediente se ha formado para proponer esto? ¿Qué autoridades se han oído? ¿Qué informes se han solicitado? ¡Qué fácil es decir quedan suprimidos!” “Y queremos nosotros, sin estudiar la topografía de León y de Lugo, decir: ¿Se suprimen las catedrales de Astorga y Mondoñedo?

       De esta manera es muy fácil hacer la división del territorio: en cogiendo un mapa, o más bien un zurcido de disparates de un llamado geógrafo, que estudia en Madrid, y retrata un país cualquiera, como yo puedo estudiar la fisonomía y formar la del emperador de la China, que no he visto en mi vida; se hacen círculos en esos soñados mapas o pentágonos o perímetros irregulares y está pronto concluida una división territorial a las mil maravillas.

       Esta ciencia no se aprende en la Corte, sino en el terreno, estudiando la topografía del país. Con decir que se suprima tal catedral y que queda tal otra, no basta, y ahora digo yo: ya que tan generosa ha estado la Comisión, ¿Cómo no ha suprimido la de Tuy?, (yo no lo deseo) y aún siquiera la de Santiago (repito que tampoco lo quiero), y echarse así por esos trigos de Dios quitando y poniendo catedrales, aunque los pueblos se quejen de ello….”

  

Bouffard concluyó el trabajo de grabado de las doce piedras litográficas en el año de 1845, según anuncia la Cartela o primera hoja informativa de la Carta Geométrica.

El Gobierno seguidamente mediante Real Orden del Ministerio de la Gobernación de 26 de Octubre de 1846, dispuso según la contrata efectuada por Fontán con el Impresor Lémercier, la estampación en su taller parisino de una tirada de hasta mil ejemplares.

En un principio se imprimieron 500 juegos que Lémercier entregó a Bouffard para que éste se los remitiese directamente a Fontán, quien una vez recibidos en La Coruña, los últimos días del mes de Mayo de 1847, hizo entrega de los mismos al Gobierno Político de esa Ciudad.

La llegada a Galicia de la primera tirada de la Carta Geométrica, no pasó desapercibida para la prensa de la Villa y Corte; así el Diario Independiente “El Heraldo”, nº 1515 del 10 de Junio de 1847, afirmaba en uno de sus anuncios:

“MAPA Escriben de Pontevedra: – Han llegado al Gobierno Político de esta Provincia, tres ejemplares del grande y extenso mapa de Galicia grabado en París por el célebre gallego Don Domingo Fontán, Director que ha sido del Observatorio Astronómico de Madrid. Catedrático de Matemáticas Sublimes de la Universidad Literaria de Santiago, Diputado a Cortes por esta provincia en varias legislaturas. Este mapa por su grande escala representa con mayor claridad todas las rías, valles, pueblos y demás objetos que deben figurar en un mapa. Felicitamos al Sr. Fontán por su científico y bien acabado trabajo que le hace acreedor de la eterna gratitud de su patria”.

El mismo artículo lo repitió “El Tiempo”, Edición de Madrid, del 12 de Junio de 1847, (Nº 986 página 3).

“El Eco del Comercio”, Edición de Madrid nº 1443 del 16 de Junio de 1847 en su página 4ª, escuetamente también se ocupó de la noticia:

“Han recibido en el Gobierno Político de Pontevedra tres ejemplares del grande Mapa de Galicia grabado en París y levantado por Don Domingo Fontán, Director que ha sido del Observatorio Astronómico de Madrid”.

También dicho periódico en su nº 1483 correspondiente al 1 de Agosto de 1847, bajo el título “Nuevas publicaciones” anunciaba el prospecto del “Atlas General de España  y sus posesiones de Ultramar” que como parte integrante del Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de España, sus posesiones de ultramar van a dar a la luz su autor y Don Francisco Coello”.

En ese prospecto cuando se describe el “plan de la obra”, en lo referente a las operaciones geodésicas que apoyan dicho trabajo se afirmaba:

“En cuanto a las operaciones geodésicas debemos citar primero las verificadas para la prolongación de la Meridiana (de Francia) en los antiguos reinos de Barcelona y Valencia….”  “….debiendo añadir a todas éstas las verificadas en el antiguo reino de Galicia por don Domingo Fontán, para la formación de su magnífica carta que hace pocos meses ha visto la luz…”

Francisco Coello de Portugal y Quesada (1822 – 1898) Cartógrafo y Militar fue compañero de Fontán en la Real Academia de la Historia, miembro de la Sociedad Geográfica de Madrid, creada el 2 de Febrero de 1876,

El Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de España y sus posesiones de ultramar compuesto de 16 volúmenes publicadas en Madrid entre 1845 y 1850, fue la obra cumbre de Pascual Madoz Ibáñez (Pamplona 17 de Mayo de 1806 – Génova, Italia 13 de Diciembre de 1870).

Fue Licenciado en Leyes, estudió Geografía y Estadística en Francia, Político Progresista, y compañero de Fontán en el Congreso de los Diputados en las legislaturas de 1836-1837; 1837-1838; 1841-1842 en las que representó a las Provincias de Lérida, Huesca y Navarra, participó como Diputado por Lérida y Barcelona en casi toda la legislatura siendo la última la de 1869-1871 en la que obtuvo un escaño por la Provincia de Alicante como  sustituto.

El 9 de Julio de ese año de 1847, Fontán escribe desde Santiago al Grabador León Bouffard. A través de dicha carta conocemos que a pesar de estar autorizada una tirada de un máximo de 1.000 ejemplares, el Gobierno solo interesó 500, por lo que Domingo Fontán decidió a su costa, completar ese número con otra tirada de 550 ejemplares que quedarían libres a su entera disposición para con ellos poder satisfacer sus muchos compromisos con amigos y colaboradores.

En la misiva, Fontán se muestra quejoso de que el acto de entrega de la Obra no tuviera protocolo alguno y solo pudiera él disponer de un juego, teniendo que adelantar 4.500 Francos, (18.000 reales). Seguidamente reproducimos el borrador de dicha carta traducida del francés:

Santiago, 9 de Julio de 1847.

Señor Bouffard:

Ya hace bastante tiempo que no tengo el honor de escribirle a V. y que yo tampoco recibo cartas de V.

Yo querría que el Gobierno de este país no retrasase más tiempo la resolución de poner a mi disposición los fondos que yo le he reclamado en más de una ocasión para hacer la tirada de 550 ejemplares de mi Carta de Galicia. No he recibido esos fondos, sino que tampoco los 4.500 Francos que yo he suplido para la tirada y otros gastos de los 450 que V. me envió y que yo remití al Gobierno con las cuentas documentadas de todos los gastos de mi comisión.

De estos 450 ejemplares yo para mí solo reservé uno solamente, y encontré algunas correcciones pendientes para que V. realice a través de la nota adjunta. Yo no pude ver los 50 ejemplares encuadernados que han sido enviados directamente de La Coruña a Madrid. Todos estos ejemplares se los distribuyeron a los Diputados y a los Senadores de Galicia y Gobernadores Civiles de esta parte de España, y a algunas autoridades y a otros amigos de los Ministros. El autor de la Carta fue sobretodo olvidado y privado del homenaje de hacer entrega de los primeros ejemplares de su obra a sus amigos, y lo peor es que él ha sido privado de su dinero.

Me están pidiendo unos ejemplares, y yo no voy a procurárselos a ninguna persona a menos que sea en París. Uno de mis amigos necesita un ejemplar al objeto de realizar un proyecto de utilidad pública sobre la apertura de una gran carretera entre Ferrol y Lugo.

Le ruego pues,  envíe lo antes posible a Bayona un ejemplar en una caja de madera o un tubo de hoja de lata al Sr. Don Carlos Troyat para hacerlo conducir al Sr. Don Manuel Ciarán comerciante de Ferrol y espero su respuesta sobre este tema.

Una nave que se haga a la mar de Bayona para Ferrol debe conducir este ejemplar si llega a tiempo”…. (concluye el manuscrito).     

En Bayona Carlos Troyat se encargaba de recibir las peticiones de Postas de Cabriolet en la carrera de Madrid a dicha ciudad Francesa.

Manuel Ciarán además de ser comerciante de El Ferrol, fue Ingeniero de Marina de Vicepresidente de la Junta de Comercio del Reino de esa ciudad en ese año de 1847. También fue un importante armador que en 1836 adquirió por traspaso el Astillero “La Cabana” donde construyó y reparó barcos tanto civiles como militares.

El destinatario de ese ejemplar de la Carta fue José Montero de la Peña un viejo amigo del Geógrafo que fue Vocal de la Diputación Provincial de la Coruña durante el Trienio Liberal en que Fontán desempeñó el puesto de Secretario, además de Alcalde de la Ciudad de El Ferrol, quien en carta de 12 de Julio de 1847, remitida desde El Ferrol a Santiago le daba las gracias:

“Mi estimado amigo y Sr.: en vista de la orden que V. me dice se ha servido dar a París, escribo a Bayona para que recojan y remitan la Carta Geográfica de V. de Galicia, y cuando venga a mi poder, en lo que tendré mucha satisfacción, lo participaré a V. Entretanto le remito mi gratitud prometiéndome que me señalará el precio para remitírselo.

Vea V. en qué puedo complacerle su afectísimo y agradecido amigo y atento servidor Q.B.S.M. José Montero de la Peña”.

El 31 de Agosto de 1847, desde El Ferrol José Montero de la Peña acusa recibo del ejemplar de la Carta Geométrica de Galicia.

“Muy estimadísimo amigo privado: de las muy gratas de V. a que contestar después de mi última. Tiene la presente por objeto participarle que se halla en mi poder el mapa de Galicia en 12 hojas que ordenó V. remitiesen de París a Bayona. Tengo un especial placer en poseerlo, y solo me resta reiterarle mi más viva gratitud y el deseo de que sirva indicarme su costo para satisfacérselo. Dentro de unos días pasaré a La Coruña y acaso me decidiré a largarme a esa ciudad conde celebraré pueda dar a V. un abrazo.

Su afectísimo amigo y atento servidor. Q.B.S.M. José Montero de la Peña”.

El 19 de Septiembre de 1847, desde El Ferrol, José Montero agradece a Fontán el regalo del mapa:

“Mi estimado amigo: Doy a V. las debidas gracias por el regalo que sirve hacerme de su Carta Geométrica de Galicia, que miraré siempre como una memoria de la buena y antigua amistad y por mi parte desearé mucho a V. lo que de corazón le profeso.

Si el tiempo me lo permite pasaré mañana a La Coruña y veré allí si puedo hacer una escapada para visitar al Santo Apóstol y dar a V. un abrazo.

Soy siempre de V. afectísimo amigo y atento servidor. Q.B.S.M. José Montero de la Peña”.

Una vez que el Gobierno recibió los 500 ejemplares correspondientes a la primera tirada o impresión de la Carta Geométrica de Galicia, Domingo Fontán interesó del Ministerio de la Gobernación del Reino, se le expidiera y entregara la Certificación que trascribimos:

“Don Manuel Riaza, Oficial Archivero del Ministerio de la Gobernación del Reino. 

Certifico: 

“Que en el expediente que existe en este archivo de mi cargo, relativo a la Carta Geométrica de las cuatro provincias de Galicia levantada por Don Domingo Fontán, encargado también de su grabado y estampado en París se halla una Real Orden de 26 de Octubre de 1846 disponiendo entre otras cosas la estampación hasta mil ejemplares de la expresada Carta Geométrica contando con los ya recibidos e intervenidos en la Península, de cuya Real resolución se dio conocimiento al Director General del  Tesoro a solicitud del interesado en 13 de Junio del presente año sin que aparezca haya recaído ninguna otra con posterioridad en el citado expediente. Y para que coste a instancia del referido D. Domingo Fontán en virtud de Orden de impresión, firmo esta en Madrid, a 16 de Septiembre de 1847”.

Fontán concluyó el año de 1847 dedicado a los asuntos inherentes a la explotación de la Fábrica de papel del Castro de Lousame, encargándose de  la compra y acarreo de las materias primas necesarias para la elaboración del papel como el trapo y la carnaza y a la atención de los pedidos de los clientes, entre ellos, los de la Fábrica de tabacos de la Palloza en La Coruña, ocupaciones que alternaba con los trabajos de la reducción de su Carta Geométrica a una escala menor más manejable para su difusión, así como con otras de carácter científico asistiendo el 17 de Diciembre de 1847 al experimento efectuado en el Laboratorio de Química de la Universidad de Santiago realizado por el Catedrático de esa asignatura Antonio Casares Rodríguez  (1812 – 1888) cuya Licenciatura presidió en 1841. Según se recoge en el Libro Historia de la anestesia en España 1874 – 1940:

“Transcurridas las dos primeras semanas del mes de Diciembre de 1847, durante las cuales el Dr. Casares logró obtener suficiente cantidad de cloroformo, el domingo día 19 reunió en su laboratorio de la Universidad a los profesores González, Olivares, Guarneiro Gómez y Laorden López, así como al conocido geógrafo Domingo Fontán, en su presencia anestesió a un perro dogo con media dragma de cloroformo practicada inhalación. A continuación el Dr. Casares ensayó en sí mismo la de vapores de cloroformo…”

En ese año se publicó un libro titulado “Manual del Viajero en la Catedral de Santiago” en la imprenta y establecimiento de  Grabado de Baltasar González, Hortaleza nº 89, Madrid, 1847, en el que se cita a los escritores hombres célebres del Siglo XVIII hasta dicho año de 1847 entre los que se incluye a Domingo Fontán del que se afirma:

“Fue Director del Observatorio Astronómico de Madrid y formó parte de las Comisiones para la división territorial del Reino y arreglo de pesas y medidas, ha concluido ya su excelente Carta Geográfica de Galicia que tanto esfuerzo y desembolso le ha costado y actualmente se ocupa de reducirla a una escala menor. Inclusas las del Sr. Tomás López no se han levantado hasta ahora ningún plano de las provincias de España más perfecto y minucioso que el suyo”.

Fontán con la entrega al Gobierno de los 500 juegos que éste había interesado dio por concluido el desempeño de su comisión del grabado y estampado de la Carta Geométrica de Galicia presentada la correspondiente liquidación de las cuentas de las cantidades que en su día le fueron confiadas para dicho cometido.

En su consecuencia, el Ministro de la Gobernación del Reino, en fecha 10 de Abril de 1848 comunica a la Contaduría especial la Real Orden siguiente:

La Reina Q.D.G. ha tenido a bien aprobar las cuentas presentadas por Don Domingo Fontán encargado por el Gobierno para el levantamiento de la Carta Geométrica de Galicia, su grabado y estampado, de la inversión de ciento sesenta mil ochocientos treinta y ocho reales que le fueron entregados con este objeto en veinte y dos de Junio de 1838 y mandar que el pago al interesado del saldo de diez y ocho mil setecientos sesenta y seis reales y diez y seis maravedíes que del examen de dicha cuenta resulta a su favor, se verifique según lo permita las demás atenciones de este Ministerio comprendiéndose al efecto con cargo al artículo de improviso en los presupuesto mensuales de los mismos”.

El 10 de Mayo de 1848, también  se dictó la siguiente Real Orden dirigida a Fontán:

“De Real Orden comunicada por el Sr. Ministro de la Gobernación del Reino le digo a Vd. para los efectos expresados acompañando la citada cuenta, que podrá dirigir al Tribunal Mayor en contestación al reparo puesto en las del referido año treinta y ocho y lo traslado a Vd. para su inteligencia y gobierno en el concepto de que se irán componiendo en las distribuciones mensuales de fondos cuatro mil reales para el pago de este crédito hasta su extinción. Dios guarde a Vs. Muchos años, Madrid 10 de Mayo de 1848”.

El mes anterior, es decir el 28 de Abril de ese año, el Secretario Honorario de S.M. Socio de la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País y Auxiliar del Ministerio de la Gobernación Pedro Sáenz Ordóñez quien fue autor de una Memoria denominada “De la Supresión de la Mendicidad” publicada en 1851 premiada con mención honorífica, nombrado también en ese año Caballero de la Real Orden de Carlos III que terminó desempeñando el puesto de Oficial de 1ª de ese Ministerio, dirigió a la Sociedad Matritense la siguiente petición:

“Concluida ya de formar la Carta de Galicia costeada por el Estado, por D. Domingo Fontán a quien por Real Orden fue encomendado este trabajo y debiendo obrar en el Ministerio de la Gobernación del Reino varios ejemplares de la misma, pido a la Sociedad se sirva solicitar la gracia de uno de ellos al Gobierno de S.M. y que formando parte de la Biblioteca pueda ser consultado cuando lo ocurriese en sus tareas. Madrid, 28 de Abril de 1848 – Pedro Sáenz Ordóñez”.

El Auxiliar del Ministerio de la Gobernación cometió dos errores:

El primero que la Carta Geométrica de Galicia no fue costeada por el Estado, sino por el propio Domingo Fontán, quien gastó en su elaboración la suma de 320.000 reales ó 16.000 duros según manifestó en la Sesión de las Cortes de 23 de Junio de 1838, ello sin percibir sueldo alguno, aunque si bien es cierto para concluir sus trabajos geodésicos contó con una ayuda del Gobierno de 140.000 reales ó 7.000 duros que le fueron entregados en los primeros meses del año 1829.

Al objeto de aclarar en qué concepto se le entregaron esos fondos nos retrotraemos a la Real Orden del Ministerio de Fomento General del Reino de 28 de Enero de 1834 remitida al Sr. Secretario de Hacienda se acuerda:

“… Enterada de todo ello S.M. la Reina Gobernadora se ha servido declarar que los siete mil duros entregados a Fontán para levantar la Carta Geométrica de Galicia, lo fueron en clase de indemnización y sin resulta de cargo y en su consecuencia he tenido a bien mandar lo ponga en conocimiento de V.E. a fin de que sirva comunicar la orden correspondiente al Tribunal Mayor de Cuentas para que no exija a Fontán de la inversión de aquella cantidad y le teste el cargo que había producido”.

El segundo error se materializa cuando se afirma que levantó la Carta de Galicia en virtud de Real Orden. Fontán comenzó la triangulación de Galicia en 1817, lo hizo por su cuenta y riesgo sin que mediara Real Orden de ninguna clase que le encomendara emprender dichos trabajos en los que el Monarca Fernando VII no estaba interesado ni por supuesto la Absolutista y Literaria Universidad de Santiago.

Cuadro de Triangulación de la hoja 3 de la CCG. Archivo Fundación Domingo Fontán.

El 3 de Mayo de 1848, la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País remite al Ministro de la Gobernación del Reino el siguiente Oficio:

“Excmo. Sr.

Teniendo entendido esta Sociedad Económica, que en el Ministerio del Órgano a cargo de V.E. deben existir varios ejemplares de la Carta Geométrica de Galicia formada a expensas del Estado por D. Domingo Fontán, ha acordado solicitar de V.E. la gracia de uno de ellos para que formando parte de la Biblioteca pueda ser consultada cuando le ocurra en sus tareas, lo que a nombre de la misma Sociedad tengo la honra de comunicar a V.E. esperando de su ilustración se sirva acceder a los deseos de esta Corporación – Francisco Hilarión Bravo”.

Por Real Orden de 18 de Mayo de 1848, se envió un ejemplar de la Carta a la Sociedad Matritense creada en 1775 por Carlos III:

“De Real Orden comunicada por el Sr. Ministro de la Gobernación del Reino remito a V.S. un ejemplar de la Carta Geométrica de Galicia levantada por Don Domingo Fontán para el objeto que se indica por Vs en su oficio del tres de los corrientes. Dios guarde a Vs. Muchos años. El Subsecretario Vicente Vázquez Queipo”.

Vicente Vazquez Queipo. Óleo de Federico Madrazo de 1888. FundaciónFernando Blasco de Lema. Cee, La Coruña

El ejemplar remitido a la Sociedad Matritense de Amigos del País, hoy se encuentra desaparecido, según me informaron cuando recogí de sus archivos las comunicaciones expresadas en las que vemos como el Subsecretario del Ministerio de la Gobernación Vicente Vázquez Queipo, (Samos, Lugo 17 de Febrero de 1804 – Madrid 11 de Marzo de 1893) quien permaneció en La Habana desempeñando el cargo de Fiscal de la Hacienda Pública desde el año de 1839 al 1846 en que regresó a la Villa y Corte para ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados, en representación de la provincia de Lugo, ejerciendo su cargo fue llamado para desempeñar el puesto de Subsecretario por el Conde de San Luis, por medio del siguiente Decreto de 6 de Noviembre de 1847:

“Deseando utilizar los servicios y especiales conocimientos de Don Vicente Vázquez Queipo, Diputado a Cortes, actual Fiscal de la Superintendencia delegada de Hacienda en la Isla de Cuba, he venido a nombrar Subsecretario en Comisión del expresado Ministerio de la Gobernación del Reino, debiendo desempeñar este cargo mientras que por su calidad de Diputado este relevado de residir en la Habana y sin otro sueldo que el de 20.000 reales que disfruta en el mencionado empleo.

Dado en Palacio a 6 de Noviembre de 1847. El Ministro de la Gobernación del Reino –José Luis Sartorius”.

Vázquez Queipo obtuvo su Diputación a Cortes por la Provincia de Lugo en las elecciones de 6 de Diciembre de 1846 y la mantuvo en las legislaturas de 1846-1847; 1848-1849 y 1849-1850, causó alta el 2 de Diciembre de 1848 y baja el 8 de Agosto de 1850, murió en Madrid con 89 años de edad además de ser Doctor en Leyes destacó como Economista y Matemático fue autor de la Tabla de Logaritmos Vulgares, perteneció a la Real Academia de la Historia y a Real Academia de Ciencias de Madrid, fue miembro de la Academia Francesa de Bellas Artes y Comisario Regio del Observatorio Astronómico de Madrid, le fue concedida la Gran Cruz de la Orden de Carlos III.

El nombramiento de Vázquez Queipo como Subsecretario fue nefasto no solo para Fontán sino para la difusión de la Carta Geométrica de Galicia según veremos.

En el acta de la Junta de 27 de Mayo de 1848 de la Sociedad Matritense obra lo siguiente:

“Se dio cuenta de una Real Orden de fecha 18 de este mes comunicada por el Ministro de la Gobernación del Reino remitiendo un ejemplar de la Carta Geométrica de Galicia levantada por D. Domingo Fontán a fin de que la Sociedad pueda consultarla en los casos que le ocurran, según ha manifestado la misma en su exposición de 13 de los corrientes.

La Sociedad recibió con aprecio y gratitud el mencionado ejemplar acordado y acordó se conteste al Ministro dándole las gracias y que se coloque en la Biblioteca avisando a las Secciones”.

El 30 de Mayo de 1848, la Sociedad Matritense remitió al Conde de San Luis el siguiente oficio:

“Excmo. Sr.

La Sociedad Matritense ha recibido con aprecio y gratitud el ejemplar de la Carta Geométrica de Galicia levantada por Don Domingo Fontán que a instancia de la misma se ha dignado V.E. remitir con Real Orden de 18 de los corrientes por lo que le tributo rendidas gracias, la que con acuerdo ya reseñado de la Sociedad participo a V.E. a los fines correspondientes”.

José Luis Sartorius y Tapia (Conde de San Luis) (Sevilla 1820 – Madrid 1871) fue Abogado, Periodista del Heraldo de Madrid, órgano oficioso de difusión del Partido Moderado y Político que entre los diferentes cargos que desempeñó se encontraba el de Sr. Ministro de la Secretaría de Estado y Despacho de la Gobernación del Reino, cargo que ocupó desde el 4 de Octubre de 1847 hasta el 14 de Enero de 1851 fue Diputado a Cortes en representación de la Provincia  de Cuenca en las legislaturas de 1843 a 1868 con la excepción de que en la de 1850-1851 representó a la Provincia de Barcelona, no teniendo representación en la de 1855-1858.

El 10 de Junio de 1848, después del debate parlamentario la Reina Isabel II sancionó por decreto la Ley de Propiedad Literaria de la que destacamos a los efectos aquí interesados:

Artículo 1. Se entiende por propiedad literaria para los efectos de esta Ley el derecho exclusivo que compete a los autores de escritos originales para reproducirlos o autorizar su reproducción por medio de copias manuscritas, litografiadas o cualquier otra semejante.

Artículo 2. El derecho de propiedad en el artículo anterior corresponde los autores durante su vida y se trasmite a herederos….

Artículo 3. Igual derecho corresponde:

4º A los compositores de cartas geográficas, a los de música y calígrafos y dibujantes….

Artículo 27. Los efectos y beneficios de esta Ley corresponderán a todos los propietarios de obras que no hayan entrado en el dominio público”.

El Gobierno agradeciendo a Fontán los servicios prestados.

Por Real Decreto de 27 de Noviembre de 1848, la Reina Isabel II “atendiendo las circunstancias que en su persona concurren y teniendo en consideración los méritos prestados” nombra a Domingo Fontán, Caballero de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, instituida por dicho monarca el 19 de Septiembre de 1771 para distinguir a personas de relevantes méritos o de probada fidelidad al monarca. Puesta bajo la advocación de la Inmaculada Concepción el Papa Clemente XIV la autorizó en 1772. Sufrió sucesivas reformas y suprimida en la II República, fue de nuevo puesta en vigor en 11 de Mayo de 1942, constituye una de las más preciadas condecoraciones de carácter civil.

Título de Caballero de la Orden de Carlos III. Archivo Fundación Domingo Fontán

La insignia ha variado a través del tiempo manteniendo como rasgo distintivo una banda de seda azul con cantos blancos, la cruz que constituye dicha insignia es de ocho puntas con la imagen de la Inmaculada Concepción con el lema: “Virtud y Mérito” y el nombre de su fundador.

Tiene cinco grados o distinciones: Collar, Gran Cruz, Encomendadores de número, Encomendadores Ordinarios y el de Caballero que le fue concedido a Domingo Fontán.

Se expidió el título que reza:

“Doña Isabel II por la Gracia de Dios y por la Constitución de la Monarquía Española Reina de las Españas. Por cuanto atendiendo a las circunstancias que concurren en Don Domingo Fontán y teniendo en consideración los méritos y servicios que habéis prestado, tuve a bien nombraros Caballero de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, en Decreto de veinte y siete de noviembre último.

Por tanto os concede las gracias, franquicias, honores, distinciones e insignias que os corresponden a tenor de los Estatutos; confiado por las cualidades que os hicieron dignos de este honor y por el celo hacia nuestra persona que tenéis acreditado, os esmeréis en observarlo y en contribuir al mayor lustre de la Orden”.

Fontán en el retrato al óleo pintado por Esquivel en 1852, luce en el pecho dicha condecoración.

También por Real Orden del Ministerio de la Gobernación del Reino de 31 de Diciembre de 1848, el Gobierno conforme con la tirada de los 500 ejemplares de la Carta dio por terminada la Comisión de Domingo Fontán del grabado y estampado de la Carta Geométrica de Galicia, cesando desde ese día Fontán de percibir la gratificación de 24.000 reales que por la expresada comisión le fue concedida por Real Orden de 27 de Diciembre de 1840:

En ese año de 1848, Fontán fue Director de la Dirección de Seguros Mutuos de la Ciudad de Santiago, encargándose de tareas administrativas por ausencia de su Secretario Joaquín Maeda. El 20 de Diciembre presidió la Junta de Seguros Mutuos, se trata de una sociedad de seguros mutuos de incendios de casas que al ejemplo de la creada en Madrid en 1821 por algunos propietarios con protección del Ayuntamiento.

El 22 de Enero de 1849, Fontán en contestación de su carta de fecha 19 de Diciembre de 1848, que remitió al que fue Ministro de Hacienda de Fernando VII felicitándole las Navidades, Luis López Ballesteros. (Villa García de Arosa 21 de Junio de 1782 – Madrid 13 de Octubre de 1853), recibe contestación de éste, quien le envía la carta que transcribimos:

“Muy Sr. mío y apreciable amigo: Recibí la estimada carta de V. cabalmente a tiempo que me hacía una visita interesándose por mi salud, la persona a quien V. me encargaba la justicia del desgraciado asunto de pastos y en el acto de hallarle con la mayor eficacia me contestó que estando en la Sala 2ª no le tocaba fallar ese negocio, pero que si no se determinaba favorablemente, y se interponía Súplica procuraría desentrañarlo y hacer lo posible porque triunfase la verdad, de la cual me pareció estar bien penetrado, pudiendo por tanto y por todas razones, tener V. en él  confianza. Yo estaré vigilante.

Esto mismo pudiera haber comunicado a V. a vuelta de correo, pero lo impidió el mal estado de mi salud.

En el día 19 Diciembre último, salí de aquí para Segovia sufriendo la mayor nevada que cayó en todo el invierno: allí hallé gravemente enfermo, y fui testigo de la muerte de mi cuñado el Brigadier Santamarina 1er. Profesor del colegio de artillería a quien yo mucho estimaba y toda mi familia. Al llegar a casa en el 27 de vuelta de este penoso aunque pequeño y triste viaje, caí en cama y no pude recobrarme en mucho tiempo, aún me siento sumamente delicado y solo en principios de la convalecencia. ¿Es posible que el Sr. Vicente Vázquez Queipo no tenga medios para poner a V. en el estrecho de ocupar sus notorios talentos y capacidad con gran provecho de la Nación antes de que la edad disminuya su capacidad?

Hace meses que vi a aquel Sr. en su secretaría cabalmente con el motivo de pedirle que dirigiese al Instituto de 2ª enseñanza de Orense uno de los célebres mapas geométricos de V. como lo solicita uno de sus catedráticos, lamentándome de que se dejase a V. gozar de la vida privada, me contestó que lo mismo sentía él, y que por su voluntad se encargaría a V. de continuar en toda España iguales trabajos a los que con tan buen éxito y general atención sin que nadie se hubiese atrevido a contradecirlos, había practicado en Galicia.

Eso y no más con los correspondientes honores y dotación hubiera yo hecho si en mi mano estuviera, pero sin haber perdido un solo momento. Tan persuadido me pareció que no tuve nada que añadir y la única dificultad que hallaba era el temor de nuevos gastos sobre otros muchos que se había acumulado de no tanta utilidad por cierto. Pero el Sr. Vázquez Queipo mucho podía hacer aunque fuese echándose por otro derrumbadero si desease con vehemencia. Yo lo halle poco favorable a vanas cosas de esa provincia, sin embargo de que no parecía oponerse, y le dejé en paz, que es lo que quieren gozar todos los que están muy bien.

He escrito más de lo que permitía el estado de mi salud, y así concluiré esta carta, repitiendo que soy el más afecto amigo y servidor. Q.B.S.M. Luis López Ballesteros”.

     Por Real Decreto de 12 de Julio de 1849 dependiente  del Ministerio de Comercio Instrucción y Obras Públicas se formó la Comisión para formar la Carta Geográfica de la Provincia de Madrid y General del Reino en la que pese al interés de Luis López Ballesteros, no se contó con Fontán para efectuar tales trabajos.

       El 19 de Julio de 1849 la Reina Isabel II sancionó la Ley de Pesas y Medidas implantando el Sistema Métrico Decimal. Dicha ley tuvo como antecedente la Comisión creada por la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón, el 25 de Febrero de 1836 para determinar la adopción de un sistema general de pesas y medidas que unificase los diferentes empleados en España. Vicente Vázquez Queipo y Domingo Fontán formaron parte de tal Comisión:

S.M. La Reina Gobernadora penetrada de los perjuicios y graves inconvenientes que ocasiona en el tráfico mercantil y en las demás transacciones civiles la diversidad e irregularidad de las pesas y medidas usuales en diferentes provincias, y queriendo que todos los pueblos de la Monarquía disfruten de las ventajas consiguientes a la adopción de un sistema general, sencillo y uniforme en esta parte, he tenido a bien en nombre de mi augusta hija Doña Isabel II decretar lo siguiente:

1º Se formará desde luego una Comisión de personas ilustradas que coordinen un sistema general de medidas y pesas, que a su sencillez y uniformidad agregue el ser acomodado a toda la Nación, y para ello me propondrá a su tiempo el correspondiente proyecto de ley.

2º La Comisión fijará como base de sus tareas la longitud del péndulo que oscile segundos sexagesimales en el Observatorio Astronómico de esta Corte y propondrá al Gobierno no solo las medidas que crea convenientes para realizarlo con mayor exactitud posible, sino cuantas considere oportunas al pronto y bien desempeño de los trabajos que confío a la ilustración de sus individuos.

3º La comisión tendrá la facultad de pedir y reunir cuantos trabajos y documentos relativos a su objeto se hallen tanto en poder de la antigua como en los Ministerios de la Gobernación del Reino y de Hacienda, en el Conservatorio de Artes o en otros establecimientos y corporaciones dependientes del Gobierno.

4º Los gastos que causare la Comisión en sus investigaciones y tareas se abonará de los fondos señalados en el presupuesto del Ministerio de la Gobernación del Reino para estímulo de las letras, ciencias y artes.

5º En consecuencia de lo que queda dicho, y en atención a la confianza que sus luces y entendimientos merecen, nombro para individuos de la expresada Comisión a D. Bernardo Borjas Tarrius, presidente; D. Francisco Javier Barra, D. Antonio María Gutiérrez, D. Vicente Vázquez Queipo, D. Domingo Fontán, D. Santiago Malacuera, D. Andrés Taboada, artistas, y para secretario a D. José Sánchez Toca, auxiliar del Ministerio de la Gobernación del Reino. Tendreíslo entendido y lo comunicaréis a quien corresponda para su cumplimiento. El Pardo a 25 de Febrero de 1836.

A.D. Martín de los Heros”.

Fontán en esa Comisión, defendió la implantación del sistema métrico decimal francés, el que aplicó Fontán años atrás al levantar su Carta Geométrica de Galicia en escala del cienmilésimo (1:100.000.)

Vázquez Queipo se opuso al sistema métrico decimal y por el contrario defendió generalizar en toda España el sistema de pesas y medidas de Castilla (pie de Burgos), definido en función del péndulo del Observatorio Astronómico de Madrid.

En la Sesión del Congreso de los Diputados del 7 de Mayo de 1849, argumentaba su tesis:

“…. yo sería el primero en aceptar el sistema métrico decimal a pesar de los inconvenientes que creo tendría su introducción en España si estuviera persuadido de que el sistema métrico decimal estaba llamado a ser universal en todo el globo y no diré en todo el globo sino en Europa; pero yo digo y sostengo, a pesar de lo que ha manifestado el Sr. Olivan, que el sistema métrico francés no es universal en la actualidad ni está llamado a serlo acaso nunca…”

 El 25 de Junio de 1849, Fontán vuelve a tener noticas desde  Madrid de López Ballesteros:

“Muy señor mío y apreciable amigo: Doy a V. las gracias por su atención de felicitarme en el día de mi santo y por el consuelo que se sirve darme en las pérdidas ciertamente muy sentidas de mi cuñado Juan Santamarina y de mi primo Francisco Cipinosa a quienes entrañablemente estimaba. Pocos tiempos se pasan sin que estas pérdidas se renueven en mi familia, pero hasta ahora la sensibilidad no se ha embotado.

Hace pocos días después de haberse pasado mucho tiempo sin ver a nuestro paisano el Sr. Vicente Vázquez Queipo le he hallado en el Ministerio del Interior, y no perdí la ocasión de hacer reflexiones sobre el retiro de V., cuya inacción en beneficio del Estado me duele mucho. No me atrevo a inducir a V. a hacer un gasto quizá inútil no teniendo como no tengo íntima confianza de trato con el Ministro de ese ramo, aunque su capacidad y predilección a las personas beneméritas son notorias, como en otra ocasión aconsejé a V., y ciertamente no hubiera quedado sin resultado aunque había disentimientos entre aquel Ministro y yo. Pero con todo eso no me parece prudente tanto abandono. La venida de V. que en tres días es realizable, pudiera ser ventajosa siendo Subsecretario el Sr. Vázquez Queipo. Mi deseo es bueno y vivo V. hará lo que más bien le parezca en el concepto de que estimaré mucho me tenga V. siempre por su afecto y cordial amigo, servidor y paisano. Q.B.a V.I.m. Luis López Ballesteros”.

“El Heraldo”, edición de Madrid del 10 de Julio de 1849, publicaba la siguiente nota:

“Ayer tarde salió de esta Corte para Italia el Subsecretario del Ministerio de la Gobernación.

Estando ausente, se dictó el Real Decreto de 22 de Julio de 1849. Nombrando una “Comisión compuesta de personas peritas que propongan los medios necesarios para asegurarse de la rigurosa exactitud del metro de platino que existe en el Conservatorio de Artes y proceda a verificar la relación de las medidas y pesas actualmente usadas con las métricas”. Como presidente se nombró al Senador Vicente Sancho y entre sus componentes a Vicente Vázquez Queipo quien en virtud de Real Orden de 22 de Abril de 1838 redactó un Proyecto de ley sobre uniformidad y reforma del Sistema de Pesas y Medidas, también fue miembro de la Comisión de Pesas y Medidas creada por Real Decreto de 11 de Diciembre de 1847”.

Vicente Sancho Cobertores (Petres, Valencia, 5 de Abril de 1874 – Madrid 29 de Mayo de 1850) fue un militar y político que desempeñó diferentes puestos. En 1820 el de Vocal de la Junta Provisional Gubernativa de Madrid, que se hizo cargo del Gobierno tras el Pronunciamiento de Riego, en ese año también desempeñó la Vicepresidencia del Congreso. Presidió el Congreso de los Diputados en Julio de 1837, en Julio y Agosto de 1840 fue Ministro de Estado y en Septiembre de 1846 Presidente del Consejo de Ministros. Fue Diputado por el Partido Progresista en representación de Castellón o Valencia en las legislaturas de 1820-1822: 1836-1837. 1837-1838, 1839, 1840, 1841, 1843 y 1854-1856, el 3 de Diciembre de 1847 juró el puesto de Senador Vitalicio. En las legislaturas de 1836-1837 y 1837-1838 debatió con frecuencia con Fontán, quien en la Sesión de 22 de Abril de 1838 le invitó a ver los diarios de operaciones, datos y cálculos de su Carta Geométrica de Galicia.

El prestigio del que gozaba el Subsecretario Vicente Vázquez Queipo, era tal que a pesar de ser contrario a la implantación del sistema métrico decimal, emitiendo voto particular al Proyecto de Ley en el Congreso (recogido en Apéndice primero al nº 87 de la Sesión de 3 de Mayo de 1849), no existió inconveniente alguno para nombrarle miembro de esa Comisión precisamente creada para dar cumplimiento a la Ley de Pesas y Medidas  de 19 de Julio de 1849. Este prestigio ya sea por acción u omisión o en todo caso, por la concurrencia de las dos, decídalo el lector, contribuyó una vez más al desprestigio de la Carta Geométrica de Galicia y de su autor, como veremos.

En Julio de 1849, Domingo Fontán tiene decidido contratar con el impresor Lémercier en su propio nombre, una segunda tirada de 550 juegos de su Carta Geométrica de Galicia comisionando a tal fin a su discípulo y amigo Ramón de la Sagra y Peris (La Coruña 8 de Abril de 1798 – Neuchatel, Suiza 23 de Mayo de 1871) quien fue un eminente Sociólogo, Economista, Botánico, Escritor y Político.

Ramon de la Sagra Peris. Galería de representantes del pueblo 1854.

Sobre esa proyectada segunda tirada el Grabador L. Bouffard hizo el siguiente presupuesto que fue publicado en los Cuadernos de Estudios Gallegos, Anejo I. 1946, recogido de un manuscrito de Fontán.

COSTE DE UN EJEMPLAR DE LA CARTA DE 12 HOJAS, según el presupuesto de Bouffard:

El Eco del Comercio (segunda época nº 829 página 4) del 11 de Mayo de 1845 se ocupaba de las actividades de Ramón de la Sagra en el siguiente artículo:

“Los jóvenes ilustrados de Santiago organizados bajo los auspicios del Periódico el Porvenir parece que tratan de establecer una ESCUELA SOCIALISTA, fundada en las doctrinas de Don Ramón de la Sagra, colaborador de aquella revista”.

“Su objeto será el fomento de la beneficencia y caridad pública en toda su extensión.

Si nuestro apreciable colega lleva a cabo tan grandioso proyecto, el nombre del Porvenir no se borrará nunca de su historia en aquel hermoso país que llaman Galicia”.

El Porvenir o revista de la Juventud Gallega se creó el 3 de Febrero de 1845 y fue clausurada el 1 de Septiembre de ese año por el Gobierno del General Narváez.

También La Sagra en 1845 recorrió el litoral andaluz, concluyendo el viaje con un Informe titulado “El cultivo de la caña de azúcar en la Costa de Andalucía” que llevó a la práctica adquiriendo unos terrenos y alquilando la fábrica de azúcar Nuestra Señora del Carmen en Torre del Mar, Vélez, Málaga para cuya explotación constituyó La Sociedad El Porvenir, modernizada la fábrica con maquinaria a vapor, en Febrero de 1847, comenzó el refinado de azúcar, el proyecto fracasó traspasando la fábrica el 9 de Julio de 1847.

Por esas fechas el nombre de Ramón de la Sagra saltó nuevamente a los periódicos cuando su sobrino político, esposo de su sobrina Juana Berdiales de la Sagra, el Abogado y Periodista Ángel de la Riva Berroando, nacido en Santiago en 1819, atentó contra la vida de la Reina Isabel II el 4 de Mayo de 1847, a las 8,30 h. de la tarde al efectuar dos disparos de pistola contra el carruaje real desde una berlina de alquiler estacionada en el nº 13 de la calle de Alcalá. Por este hecho fue condenado a muerte, pena que le fue conmutada por la de veinte años de prisión que en Julio de 1849 se sustituyó por la de seis años de destierro, en Agosto de dicho año obtuvo el indulto total.

Juana Berdiales, quien  tenía preparado su regreso a Galicia junto con su esposo para el 8 de Mayo, no pudo efectuar tal viaje falleciendo en Madrid en el mes de Junio de 1847 de tisis pulmonar.

Según anunció el periódico madrileño El Español del día 7 de Septiembre de 1847, Ramón de la Sagra y su esposa Manuela Turner del Río Maldonado se embarcaron en el Puerto de Cádiz para continuar en París los trabajos de grabado e impresión de su Historia Físico, Política, Natural de la Isla de Cuba que en su día encomendó al Grabador Bouffard y al Impresor Lémercier.

Antes de ir a París se pasó por Bruselas para asistir al Congreso de Economistas Europeos que comenzó sus sesiones el 15 de Septiembre para discutir cuestiones de libre cambio, La Sagra representó a la Confederación Mercantil Española.

Allí a través de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de la que era miembro, difundió sus doctrinas sociales, conoció a Marx y a Engels y colabora con Prudhon para dar a conocer la “Banca del Pueblo”.

Ramón de la Sagra apoyó ideológicamente la Revolución Francesa de 1848 en la que el pueblo de París junto con la Milicia Nacional en los días 23 al 25 de Febrero obligaron al Rey Luis Felipe I a abdicar instaurando el Gobierno Moderado salido de la Revolución. Ese nuevo Gobierno a la vista de las doctrinas sociales emitidas por Ramón de la Sagra en la Academia de Ciencias morales y políticas del Instituto Nacional de Francia, publicadas en París con el título “Mis debates contra la anarquía de la época y en favor del orden social nacional” decidió confinar a La Sagra en el campo a las afueras de París en el mes de Junio de 1849 mientras se decidía sobre su expulsión.

El 21 de Agosto de 1849, Ramón de la Sagra escribía a Fontán aceptando la comisión encomendada el mes anterior.

“Sr. D. Domingo Fontán – Santiago. París 21 de Agosto de 1849.

Mi estimado amigo:

Hallándome en el campo hace tres meses, escribí inmediatamente a Lémercier apenas tuve recibido la apreciable carta de V. yo sabía que Bouffard si se hallaba en la Argelia.

Lémercier no  me ha contestado, y yo estaba en ascuas, no pudiendo contestar a V. de un modo positivo.

Hoy que he venido a París, mi primera diligencia fue averiguar en la imprenta Lémercier (donde actualmente escribo) la causa de no haberme contestado, la respuesta que me dan de género parisien es que Bouffard iba a escribirme, que las piedras se hallaban aquí, que antes de partir había hablado de una tirada considerable que debía hacerse y nada más.

Por consiguiente, puede V. dar sus órdenes o confiármelas si lo cree conveniente de un modo claro y preciso para evitar equivocaciones.

Dentro de 15 días regresaré definitivamente y podré vigilar el activo despacho de la comisión de V.

Sírvase V. hacer una visita de mi parte a la familia de mi esposa y dando mis finas expresiones a la suya, ordenar como guste y cual tiene derecho a hacerlo a este su siempre amigo afectísimo que B.S.M. Ramón de la Sagra. 27 Rue La Martine.

(Reservado)

¿Pudiera V. darme alguna luz sobre el estado financiero de los negocios de mi sobrino Zuloaga en cuyo poder tengo las contadísimas rentas de mi fortuna?”

La Sagra se refiere a su sobrino José Zuloaga, hijo de Francisco Zuloaga Pérez de Guzmán, casado con su hermana María Josefa de la Sagra, quien en 1841, entre otros negocios, administraba la compañía Zuloaga y Cía. fundada por su padre, dedicada a la explotación de una Fábrica de salazón ubicada en Oza, La Coruña.

La orden de expulsión no tardó en llegar, ya que el 6 de Septiembre de 1849 La Sagra fue llamado a la Comisaría de Policía de su barrio quien le notificó la resolución del Ministerio del Interior de la República expedida el 28 de Agosto de 1848, ordenándole salir de París en el término de 24 horas y del territorio de la República Francesa en el más breve plazo posible por ser su presencia capaz de turbar el orden y la tranquilidad pública. Saliendo de París el 8 de Septiembre de ese año de 1849.

Ramón de la Sagra regresó a Madrid a donde tenía pensado desplazarse con independencia de la Orden de expulsión, para solicitar del Gobierno las cantidades que se le adeudaban y que le fueron  asignadas para continuar la publicación de la Historia Físico Política de la Isla de Cuba.

Una vez en la Villa y Corte, en la imprenta del Colegio de sordo-mudos y ciegos, en Octubre de 1849, publicó la versión en castellano de “Mis Debates contra la Anarquía de la época y en favor del Orden Social”.

Contiene: las doctrinas emitidas por el autor en la Academia de Ciencias Morales y Políticas del Instituto Nacional de Francia, en el Congreso de amigos de la paz de Bruselas y contra la propaganda socialista”.

A dicha edición en castellano adicionó una “Advertencia para la edición española”.

El Clamor Público, edición de Madrid, en su número del 23 de Septiembre de 1849 publicaba:

“Ha llegado a esta Corte de regreso de su viaje al extranjero Don Vicente Vázquez Queipo, Subsecretario del Ministerio de la Gobernación”.

Vázquez Queipo a su regreso de Italia, abiertas las Cortes se incorpora a su representación por Pontevedra, por el Partido Moderado, pero en el mes de Diciembre, previniendo la caída del Gobierno de José María Narváez, le negó su apoyo, sin embargo Narváez se mantuvo en el Gobierno hasta el 14 de Enero de 1851 siendo sustituido por Juan Bravo Murillo, equivocación que le obligó a dimitir del cargo de Subsecretario.

El día 5 de Noviembre de 1849, La Sagra escribe a Fontán desde Madrid, solicitándole fondos e instrucciones para la segunda tirada de la Carta Geométrica:

“Sr. Don Domingo Fontán – Santiago

Madrid, 5 de Noviembre de 1849.

“Mi antiguo amigo: siento en el alma que el frecuente extravío de las cartas en España haya privado a V. de las en que le participaba mi salida de París y mi llegada a ésta. También ignoro si recibió V. la primera que desde París le he escrito participándole: 1º Que las piedras se hallan en casa de Lémercier. 2º Que me ofrecía gustoso a dirigir el tirado. 3º Que Bouffard se hallaba en Argelia.

Ahora añadiré a V. en respuesta de su estimada, que no tardaré mucho en salir de aquí, pues he obtenido me hagan Justicia, más no completa, que tal vez iré para esa a tomar el Vapor en Vigo: Que procurará V. hacerme con fondos, en París, o parte aquí, pues no podrá librar cuenta V. no teniendo pago alguno que hacer en esa; que los 2.000 francos (8.000 reales) que tiene Bouffard no es suma con la cual pueda contentarse de momento, además sería preciso que V. se lo previniese claramente. Espero que las cartas de V. que me esperan en París contendrán claras instrucciones cual son precisas por el estado hambriento y desconfiado en que están los artistas en París.

Mi larga ausencia de Madrid, la envidia y la ignorancia tenían comprometida mi opinión, mi venida con la cabeza muy alta y la lengua muy expedita me hizo ganar en poco tiempo todo el tiempo perdido y algo más.

Espero pronto contestación de V.

Mil cosas a la señora y V. ordene como puede hacerlo a su siempre afectísimo amigo Q.B.S.M. Ramón de la Sagra”.

La Justicia que pretendía Ramón de la Sagra se concretaba entre otras cosas, en que se le abonasen los atrasos de su comisión de su Historia Físico, Política, Natural de la Isla de Cuba, que bajo la protección del Gobierno efectuaba en París, la persona encargada de allanar dichos problemas no era otra que el Subsecretario del Ministerio de la Gobernación, antiguo Fiscal de Rentas de La Habana, Vicente Vázquez Queipo, con el que Ramón de la Sagra, en su época de Director del Jardín Botánico de La Habana y Catedrático de Ciencias Naturales en su Universidad, en contra de lo afirmado por algunos autores, nunca coincidieron en la Isla de Cuba.

Domingo Fontán dio contestación a la carta anterior:

“Por mano de Ramón Francisco López, ofrecí a La Sagra 12.000 reales si gustaba tomarlos para el gasto del estampado, pudiendo tomarlos aquí (Santiago) si venía a Galicia”, (ello según nota manuscrita de Fontán).

Ramón de la Sagra mantuvo la anunciada entrevista con el Subsecretario del Ministerio de la Gobernación y al día siguiente escribe a Fontán adelantándole acontecimientos:

“Sr. D. Domingo Fontán – Santiago

Madrid, 26 de Noviembre de 1849

Mi estimado amigo: aunque no he tenido contestación de la carta que he escrito a V. juzgo oportuno no retardarle una indicación que he oído ayer.

El Sr. Vázquez Queipo, cuya conducta hostil hacia mi había ganado un basto terreno que me costó sumo trabajo reconquistar, embarcado ayer con las amargas declaraciones que estoy en derecho de hacer, me hizo alusiones relativas a la Carta de V. sobre cuya empresa juzga y condena a V. como que no ha cumplido lo contratado; que habiendo recibido todo género de protecciones del Gobierno, se reclama a V a dar a conocer las bases de su trabajo o sea la triangulación y que con este motivo, aunque sintiéndolo él mucho le iba a Vd. una severa y dura Real Orden.

Yo me he hallado en igual caso, he sido tratado con severidad con injusticia, de la última vengo de obtener una reparación, las otras dos ofensas quedan pendientes para mejores días pues no estoy invicto y creo tener derecho a hablar alto y aseado en lo sucesivo.

La noticia que le participo a V. y que tal vez no le sea nueva envuelve otra más esencial, y sobre la cual uso de mi deber prevenir a un amigo que tanto aprecio. Es relativa al carácter envidioso de todo hombre científico, que ha descubierto este Sr. Queipo. Triste condición en una época en que solo las medianías que se precian, condiciona brillar en el campo científico, sin haber hecho estudios para ello. Por consiguiente siendo albino, le viene la luz de los hombres estudiosos.

Como yo fui víctima del error de creerle protector de los hombres de ciencia, pues como a tal me habían designado desde París a hombre que me estaba haciendo la más cruda y elevada guerra, prevengo a V. como amigo que cordialmente estimo para que tome sus medidas y aproveche una indicación que si me hubiera sido hecha a mí en tiempo oportuno, me hubiera aliviado disgustos,  gastos y graves compromisos.

Y basta por hoy, mi estimado amigo. No tendré el gusto de ver a V. este invierno. Circunstancias graves, efecto de la enemistad y de la intriga muy vil y baja me obligan a partir al momento a París en cuanto se expidan las Órdenes a La Habana para evitación del contratiempo de una oposición o negativa a entrar en Francia. El Sr. Queipo es hábil y activo en la táctica de la policía secreta, hubiera hallado excelente ocupación en la época del Santo Tribunal.

Pero tengo esperanza de ver a V. el próximo verano y de contarle cuanto es al caso. Su afectísimo R. de la Sagra.

P.D. Abro la carta para decir a V. que el Sr. López me ha entregado su estimada de 16 y que con arreglo a ella y a la que me espera en París desempeñaré la comisión de V. El Sr. López me ha dado precauciones de su asunto de V. Como es amigo de Vázquez no le atribuye lo que yo sospecho, el tiempo dirá. Las palabras que le di ayer, censura contra V. en esto no tengo duda. Si la Real Orden fue expedida hallándose él ausente, pudo haberla dejado preparada, pero sea de esto lo que se quiera, creo indispensable que se venga V. aquí y si es posible con el carácter público que la haga respetar. Recibiré el dinero que V. me remita”.

Ramón de la Sagra en su carta llama albinismo a la leucodermia (manchas blancas causadas por quemaduras) que padecía en el rostro Vázquez Queipo como consecuencia del accidente de laboratorio que sufrió en la Escuela de Artes y Manufacturas de París donde estuvo becado de 1829 a 1832, que también le afectó a los oídos y a la vista, del que lacónicamente como dice La Sagra: “Le viene la luz de los hombres estudiosos”.

Ramón Francisco López Vázquez, fue Abogado y Político y representante de la Provincia de Pontevedra en el Congreso de los Diputados en las elecciones de 1837, 1839, 1840, 1843, 1844, 1846, 1850 y 1851. Fue sustituto de Vicente Vázquez Queipo a partir de 14 de Noviembre de 1839 cuando causó baja debido a su nombramiento de Fiscal de Rentas en La Habana.

Autor de la Cartilla de Agentes y Pretendientes o Manual de Ministerios, Tribunales y Oficinas, Madrid, 1848.

Caballero de la Real Orden de Carlos III, Secretario de honor de S.M., Agente Investigador de la Diócesis de Santiago en 1854, pero lo más interesante de sus ocupaciones a efectos del presente artículo, fue la de Agente de Negocios del Colegio de Madrid, creado el 12 de Abril de 1847, profesión que desempeñó por lo menos hasta el año 1863. En el Colegio ocupó el cargo de Presidente examinador de la 1ª Sección.

Anteriormente  entre 1834-1835 como Abogado medió como apoderado de Pedro Ramiro heredero del Doctor en Farmacia de Santiago Julián Francisco Suárez Freire, quien recogió en su casa a su regreso del exilio en Portugal al Matemático, profesor de Fontán, José Rodríguez González, quien allí falleció el 30 de Noviembre de 1824, testando a favor de su anfitrión y amigo. El cometido de Ramón Francisco López, fue la reclamación de diferentes cajones de libros y demás efectos que Rodríguez dejó en el Observatorio Astronómico de Madrid cuando ocupó su dirección, ellos en posesión del Bibliotecario del Museo de Ciencias Naturales, Manuel Castro González desde 1823.

La relación de Fontán con el Agente de Negocios de Madrid Ramón Francisco López, según nos consta documentalmente se retrotrae al 31 de Octubre de 1842 en que Fontán se sirvió de sus servicios para el abono de 63.224 reales destinados a la compra de la casa del Pozo sita en la Rua del Villar de Santiago que se debían satisfacer a la Caja Nacional de Amortizaciones.

Fontán nuevamente requirió los servicios de Ramón Francisco López para la entrega a Ramón de la Sagra de 12.000 reales a fin de sufragar los gastos de la segunda tirada de 550 ejemplares de la Carta Geométrica de Galicia. Ramón Francisco López amigo del Subsecretario Vicente Vázquez Queipo a quien  le comentó la operación de la que no tuvo otra forma de enterarse que la expresada, según acertada sospecha de Ramón de la Sagra, y una vez informado dictó la Real Orden de incautación de la Carta Geométrica de Galicia el 15 de Noviembre de 1849 antes de su dimisión, acordada por Real Decreto de 31 de Diciembre de 1849.

Fontán escribió a Ramón de la Sagra el 19 de Diciembre de 1849 con destino a Madrid y el 20 de Diciembre con dirección a París, con sobre dirigido a Don Gregorio Gómez, Rue Bergeus nº 7 bis, según nota manuscrita en la cabecera de la Carta que seguidamente nos ocupamos.

El día 20 de Diciembre de 1849, Domingo Fontán recibe carta de Antonio Turnes del Río, cuñado de Ramón de la Sagra (hermano de su esposa Manuela), quien en Santiago había recibido carta de éste, poniendo a Fontán al corriente de su contenido:

“Santiago, Diciembre 20 del 1849.

Muy señor mío y amigo de mi singular aprecio:

Con fecha 15 del actual, escribe Sagra de Madrid lo siguiente: “Los grandes obstáculos que tuve que vencer y el mucho tiempo que me fue preciso invertir para obtener Justicia ha destruido mi proyecto de haceros una visita.

Comprenderéis bien, que de concedernos solo el plazo de un año para la tarea que voy a desempeñar en París y estando la estación invernal tan adelantada, no me era posible verificar lo que deseaba.

Más espero verificarlo el próximo verano con más tiempo y tranquilidad que ahora, partiré dentro de pocos días y les noticiaré mi llegada a París. Estimaré que le hagáis saber al amigo Fontán cuyo encargo le haré de lo primero que ponga en marcha en aquella capital.

Con este motivo saluda a V. y su señora con afecto otros recuerdos de toda esta casa.

Su afectísimo amigo Q.S.M.B. Antonio Turnes del Río”.

Ramón de la Sagra, llegó sin novedad a Bayona, Francia el 22 de Diciembre de 1849 donde fue encarcelado y el día 26 deportado a Irún, remitiendo a Fontán y a los periódicos la siguiente:

“Nota sobre mi detención y arresto en Bayona el día 23 de Diciembre de 1849.

Por causas que sería muy largo referir, ahora, pero de cuya naturaleza puede dar una idea el folleto que en Madrid he publicado últimamente, bajo el título de Mis debates contra la anarquía de la época y a favor del orden social nacional, el gobierno de la República Francesa creyó necesario tomar medidas severas contra mí. Pero al mismo tiempo que esto sucedía aunque ignorándolo yo completamente, había resuelto partir para Madrid a solicitar  del gobierno de S.M. los medios necesarios y que me eran debidos para continuar la Historia Física, Política y Natural de la Isla de Cuba, que desde mi regreso de aquel país estoy publicando en París bajo la protección de S.M. Al efecto, me había ya despedido del Excmo. Sr. Duque de Sotomayor, visado mi pasaporte en la legación española y tomado mi asiento en la diligencia, cuando el 6 de Septiembre último por la mañana fui llamado ante el Comisario de Policía de mi barrio, quien de orden del Prefecto de Policía me notificó la resolución del Ministro del Interior, expedida el 28 de Agosto, previniéndome salir de París en el término de 24 horas y del territorio de la República en el más breve plazo posible, por ser mi presencia capaz de turbar el orden y la tranquilidad pública. Conviene advertir que esta decisión fue tomada por el gabinete francés, siendo miembros de él los Señores Passy y Tocqueville, mis honorables colegas en la Academia de Ciencias Morales y Políticas del Instituto Nacional de Francia.

Lo violento de la medida; su brusca notificación, sin darme los previos avisos que mi posición social y mi calidad de empleado especial parecían deber exigir, junto a la circunstancia de haber permanecido retirado en el campo desde el mes de Mayo, eran circunstancias que me autorizaban a creer que yo era víctima de alguna calumnia. Para destruirla, dirigí mis reclamaciones a las autoridades superiores, las cuales en vista de las explicaciones que les fueron dadas y de las reflexiones que les fueron hechas sobre mis circunstancias especiales, el objeto de mi residencia en París y la necesidad  que yo tenía de regresar a continuar mi publicación, accediendo desde luego a que yo no partiese el 7 por la mañana como la orden de expulsión prescribía, sino el 8 por la tarde, como yo había anticipadamente resuelto, dieron además a entender que la orden expedido contra mi quedaría sin efecto.

Esta persuasión me hizo desistir de toda otra reclamación, ya ante nuestro embajador, por la tropelía que contra mí se había intentado, ya ante la opinión pública donde los partidos hostiles al gobierno sabrían censurar el escándalo de la medida tomada contra una persona de mi posición y circunstancias. Para no dar pábulo a semejantes críticas, prometí guardar el más profundo silencio sobre lo acaecido, y tengo la satisfacción de afirmar que he cumplido fielmente mi palabra.

Así salí de París el 8 de Septiembre, creyendo que para volver cuando me pareciese. Permanecí tres meses en Madrid, donde el gobierno de S.M. hizo justicia a las reclamaciones que allí me llamaban y obtuve además el conocimiento de varios precedentes de la orden de expulsión lanzada contra mí en París. Pero debo decir que ello me aconsejaba el hacer algunas averiguaciones antes de intentar volver a París. Al efecto escribí a mis amigos para que explorasen las intenciones del gobierno francés sobre mí y particularmente si en las líneas de la policía en la frontera existía alguna orden prohibiéndome la entrada en el territorio de la República. La respuesta que obtuve de París fue que debía dirigir una solicitud al Ministro del Interior, a fin de obtener una autorización provisional de residencia en aquella capital, para continuar publicando mi obra; la contestación obtenida del Comisario de Policía de la frontera fue que allí no existía prohibición de entrada contra español alguno.

Con estos precedentes me decidí a entrar en Francia autorizado por mi pasaporte refrendado en la Embajada en Madrid. No habiendo hallado embarazo alguno en la Policía de Behobia, que también le visó, continué mi viaje.

Así llegué tranquilamente a Bayona el 22 del corriente. Hablé con nuestro cónsul general, que estaba en la misma creencia de que allí  no existía orden alguna contra mí. Entonces me decidí a continuar a París con la mira de presentarme al Ministro del Interior y obtener de él la autorización de residencia que había pedido ya desde Madrid, proponiéndome seguir a Bruselas en el caso inesperado de una negativa absoluta a mi demanda.

Ya tenía hechos mis preparativos el 23, cuando fui llamado a la Prefectura y allí se me notificó la orden prohibiéndome entrar en el territorio de la República y siendo declarado contraventor a la ley fui  detenido y llevado la cárcel civil.

Mis reclamaciones fundadas en la franqueza con que yo me había presentado en la frontera, cuyo Comisario de Policía no pusiera embarazo alguno a mi pasaporte refrendado ya por la Embajada en Madrid, no fueron atendidas y tampoco las que en mi nombre se sirvió hacer nuestro Cónsul General, para que se me permitiese quedar detenido en la posada interino, mientras se recibía de París respuesta a la consulta que por el telégrafo se dirigía. Todo fue en vano. Fui encerrado en una celda de la cárcel, se registraron minuciosamente mis papeles, llevándose una parte a la Prefectura, se me tuvo incomunicado durante cuarenta y ocho horas, mis cartas de nuestro Cónsul y las que enviaba al correo, eran leídas; los efectos para mi uso, registrado, y en fin, no se ha descuidado medida alguna de seguridad y vigilancia. Debo decir también que con igual precisión fueron observadas conmigo las reglas del decoro y de la consideración.

Hasta el 25 al mediodía, y por causa sin duda del mal tiempo, no llegó la respuesta telegráfica de París, reducida a prevenir que se me reintegrase en el territorio español, acompañándome al efecto un comisario de policía, y teniéndose conmigo todas las consideraciones debidas.

La orden fue cumplida en todas sus partes, y el 26 he llegado aquí desde donde he dirigido al Excmo. Duque de Sotomayor la relación fiel de los hechos y las reclamaciones consiguientes cuya contestación espero.

Irún, 27 de Diciembre de 1849 – Ramón de la Sagra”.

La nota la reprodujo el Periódico “La España”, Edición de Madrid, del 5 de Enero de 1850 en su página 4ª.

Mientras Ramón de la Sagra, retenido en Irún intentaba poder proseguir su viaje a París solicitando la ayuda de Carlos Martínez de Irujo Mackean (Washington 14 de Diciembre de 1802 – Madrid 26 de Diciembre de 1855, Marqués de la Casa Yrujo y Duque consorte de Sotomayor, quien ocupó la Presidencia del Gobierno del 28 de Enero de 1847 al 28 de Marzo de 1847 y fue Ministro de Estado del 23 de Octubre de 1847 al 29 de Julio de 1848; en 1949 ejercía el cargo de Primer Secretario de la Embajada de España en París.

Domingo Fontán el 27 de Diciembre de 1849 se encontraba en la Fábrica del Castro de Lousame, desde donde escribe a José Airas Uría anunciándole la posibilidad de un viaje a la Villa y Corte o a París:

“Mi estimadísimo amigo y compañero:

Acabo de recibir la apreciable de V. del 18 y en cumplimiento de su encargo comunicaré al Procurador Sr. Vidal cuando V. me dice ya sea escribiéndole mañana o notificándoselo personalmente.

Será más ventajoso a los intereses de V. entenderse directamente con dicho Procurador sin perjuicio que éste se dirija a mí o a mi hermano cuando yo falte de aquí,  para todo lo que exija nuestra cooperación. Preveo que me ha de ser inevitable dejar luego, no digo esta fábrica donde gozo siempre mejor salud, sino este país y emprender viaje a la Corte o al extranjero, forzándome a ello negocios de que no podré prescindir a su tiempo se lo participaré.

Saludo a V. muy afectuosamente deseándole toda felicidad en las presentes pascuas y entrada de año y soy su muy apasionado. Q.B.S.M. Domingo Fontán”.

José Arias Uría (Ferrol 1799 – La Coruña 1873) se licenció en Leyes en la Universidad de Santiago y ejerció de Abogado en Betanzos. Representó como Diputado a la Provincia de La Coruña en el Congreso en la legislatura de 1839 en candidatura del Partido Liberal.

En el Pronunciamiento de Septiembre de 1840 apoyó a Baldomero Espartero presidiendo la Junta Revolucionaria de Betanzos en la legislatura de 1841-1842. Denunció la corrupción del Gobierno del Regente Espartero, en la de 1844, volvió a representar a La Coruña exiliándose en Portugal durante la década moderada, a su regreso en la legislatura de 1854-1856 volvieron a ocupar nuevamente el poder los Progresistas, en 1854 fue Fiscal de la Audiencia de Mallorca y Ministro de Gracia y Justicia del 15 de Enero de 1856 al 14 de Julio de ese mismo año.

Fontán según acostumbraba, felicitó las Navidades a quien fue su protector en otros tiempos Luis López Ballesteros, quien el 29 de Diciembre de 1849 daba contestación a dicha misiva.

“Muy señor mío y estimado amigo: Tanto como me es agradable la memoria de V. y su atención de felicitarme con motivo de las presentes pascuas y la entrada del próximo año que divide al mitad del siglo XIX, me causa pesadumbre la noticia de los disgustos que a V. le hacen sufrir por causa de la mejor obra del siglo en el orden geográfico que nadie acertó a imitar, y menos mejorar antes ni después de V. si probable que hasta el mismo mérito de la obra haya dado, y continúa dando enojos a algunos y que se propongan buscar defectos en ella pero en fin espero que sean vanos sus esfuerzos persuadido como estoy de la inteligencia y aplomo con que V. verificó todas las operaciones.

Yo no sabía de esa Real Orden avinagrada, de que V. habla en su apreciable carta de 4 de este mes, ni de las contestaciones que mediaron.

Por el contrario estaba persuadido que durante la Subsecretaría del Sr. Don Pedro Fernández Villaverde, a quien tengo por un buen amigo de V. se habían zanjado todas o las más de las cuentas y contestaciones sobre la Carta de Galicia (por cierto que hubo equivocación en no haberse aprovechado de aquella ocasión), y sobre todo no podía persuadirme que nuestro paisano el Sr. Don  Vicente Vázquez Queipo, a quien no he visto después que hizo dimisión de la Subsecretaría de la Gobernación y le fue aceptada según dice algunos papeles públicos, dejase pasar ninguna comunicación extendida en términos fuertes y desusados, que en ningún caso V. podía merecer. Pero ahora que estoy algo enterado, y quisiera ofrecer a V. la agencia de un buen amigo, solícito y cordial, como me precio de serlo respecto de aquellos a quien doy este título; pero no trato al Sr. Conde de San Luis a quien solo vi y tuve al frente en el Senado y en un gran convite semi popular, y aun cuando le tratara mucho, nadie como él más inmediatamente interesado puede conducir en un momento asuntos que por medio de otros y a largas distancias se dificultan y embrollan a proporción que pasan los días y las contestaciones se aumentan. Espero pues que V. no retrase su pronta venida a esta Corte en la que no falta a V. amigos y apasionados conocedores de su mérito rectitud con lo que se nos proporcionará la satisfacción de verle, tener conversación y repetirle que soy su más atento servidor y amigo. Q.B.A.V.L.M. – Luis López Ballesteros.

P.D. También el Sr. Don Ramón de la Sagra con quien algunas veces hablé de V., ha tenido algún disgusto, pero ya venció en parte, y supongo que continuará venciendo todas las dificultades hasta llegar a un buen término. Hace días salió con dirección a París”.

Ballesteros cita en su carta a Pedro María Fernández Villaverde (1800 Oviedo – Madrid 1855),  estudió  Derecho en la Universidad de Oviedo, ejerció como Abogado en La Habana, padre del hacendista Raimundo Fernández-Villaverde. Fue buen amigo y compañero de Fontán en las Cortes de 1837-1838 en las que representa a la provincia de Pontevedra al igual que en las de 1839, 1840 y en las del 1845 al 1853. Por Real Orden de 11 de Mayo de 1846, fue nombrado Subsecretario del Ministerio de la Gobernación.

El 10 de Abril de 1848, por medio de Real Orden se aprobaron las cuentas presentadas por Fontán respecto a los 160.838 reales que se le facilitaron para el grabado y estampado de la Carta Geométrica de Galicia, resultando a favor de Fontán la suma de 18.736,10 reales, cuentas estas que se pasaron al Tribunal Mayor de Cuentas sin que pusiera objeción alguna. Fernández Villaverde como tenemos dicho fue sustituido en la Subsecretaría en Octubre de 1847 por Vicente Vázquez Queipo quien fue llamado para ocupar ese puesto por Luis José Sartorius, Conde de San Luis, (Sevilla 1820 – Madrid 23 de Febrero de 1871), quien fundó el periódico “El  Heraldo” en 1842, órgano de difusión del Partido Moderado y ocupó el cargo de Ministro de la Gobernación del Reino de 29 de Octubre de 1849 al 14 de Enero de 1851, fue Diputado por Cuenca de 1843 a 1868 y creador del sello de correos.

En el año 1849, en Madrid, Establecimiento Litográfico de A. Vicente, calle Lavapiés nº 10 se publica la “Historia política, religiosa y descriptiva de Galicia” de Leopoldo Martínez Padín, que contiene la siguiente cita respecto a Domingo Fontán:

“La superficie de Galicia ha sido calculada con mucha variedad por los geógrafos. La descripción de (José Lucas) Labrada de la 1.020 leguas cuadradas; (Sebastián) de Miñano 1.200; (Pascual) Madoz 1.035, y a este tenor los demás en tal variedad, no habiendo podido fijarme en la verdadera extensión de este país, consulté a Don Domingo Fontán, geógrafo conocido y autor de una excelente Carta Geométrica de Galicia, levantada en la escala del cienmilésimo, el que por esta razón debe conocer mejor que otro alguno con exactitud su extensión. La respuesta del Sr. Fontán ha sido mandarme decir el número de leguas cuadradas de superficie de cada una de las cuatro provincias de Galicia que componen un total de 937 leguas.

Advirtiéndome al mismo tiempo:

1º Que cada una de estas leguas superficiales es un cuadrado, cuyo lado tiene 20.000 pies.

2º Que no se compone en esta medida la superficie de las rías y puertos de Galicia, aún en la parte que en baja mar queda descubierta.

3º Y que la Carta Geométrica de Galicia, de que es autor, comprende más extensión, porque el exceso corresponde a la parte limítrofe de Asturias, León, Zamora y Portugal a saber:

Dicha superficie de Galicia calculada por Fontán en 937 leguas cuadradas también es recogida en el libro de Juan de Dios de La Rada y Delgado “Viaje de SS.MM. y AA por Castilla León Asturias y Galicia en el verano de 1858” publicado en Madrid en 1860.

“La Época”, Periódico Administrativo de la tarde, publicado en Madrid, el viernes 26 de Diciembre de 1849, exponía:

“Como hemos afirmado en estos últimos días se ha dado muy segura la dimisión del Sr. Vázquez Queipo de la Subsecretaría del Ministerio de la Gobernación, con este motivo se ha designado a algunos para su reemplazo a los señores Zaragoza y Bermúdez de Castro (Don Manuel), pero ayer se volvió a decir que continuará en su puesto el Sr. Vázquez Queipo”.

“El Clamor Público”, Periódico Político, Literario e Industrial, Edición de Madrid del día siguiente 27 de Diciembre de 1849, afirmaba:

“Dícese que será nombrado Subsecretario de la Gobernación en reemplazo del Sr. Vázquez Queipo, el actual Jefe Político Sr. Zaragoza a quien deberá suceder el Sr. Arteta o el Sr. Enciso”.

El martes 1 de Enero de 1850, “La Gaceta” de Madrid publicó el Real Decreto admitiendo la dimisión de Vázquez Queipo:

“Atendiendo a lo expuesto por Don Vicente Vázquez Queipo acerca del estado de su salud, he venido en admitirle la renuncia del cargo de Subsecretario del Ministerio de la Gobernación del Reino que ha desempeñado en comisión y quedo muy satisfecha de los buenos servicios con que su celo y conocimientos ha prestado en este destino. Dado en Palacio a 31 de Diciembre de 1849. El Ministro de la Gobernación del Reino. El Conde de San Luis”.

El Diario Independiente de Madrid, “El Observador” del martes 1 de Enero de 1850 daba la noticia:

“La Gaceta” de este día publica los Reales Decretos:

Uno admitiendo a Don Vicente Vázquez Queipo la renuncia del cargo de Subsecretario del Ministerio de la Gobernación del reino, atendiendo a lo expuesto por el mismo acerca de su estado de salud.

Otro nombrando Subsecretario del referido ministerio a Don Juan de la Cruz Osés, Director de Correos y ultramar en el mismo, sin perjuicio de que continúe interinamente desempeñando la dirección que ahora está a su cargo”.

En el año 1850, se publica un libro anónimo en la Imprenta de Don Gabriel Gil, Príncipe 14, Bajo, Madrid, 1850, titulado «Semblanzas de los 340 Diputados que han figurado en la legislatura 1849-1850. A Vicente Vázquez Queipo, se le despacha de la  siguiente forma: (semblanza nº 323):

“Cerca de tres años ha sido Subsecretario del Ministerio de la Gobernación, durante ese tiempo ha sido simultáneamente Fiscal de rentas de la Habana, pero teniendo este destino dado en arrendamiento por la friolera de 10.000 duros al año ¡qué argumento tan poderoso para botar con el Ministerio!

Pues a pesar de haber amasado una extraordinaria fortuna en metálico sonante, volvió caras y abandonó al gobierno con pretexto de su arbitraria intervención en las elecciones de Galicia ¿y cuantas elecciones contribuyó V.S. a fraguar mientas fue Subsecretario? Se nos figura que S.S. creyó que el gobierno estaba cerca de su última hora y se equivocó en su cálculo.

Es sordo como una piedra y lleva colocados en los oídos unas trompetas de plata, que a lo lejos parecen orejas de pachón. Su voz es en extremo disonante y a nuestro modo de ver su aspecto es muy antipático”.

“Creyó que el Ministerio iba tumbado

pero viendo su cálculo burlado

la brújula perdió y anda sin rumbo

como bajel que esta desarbolado

si en la trompeta incómodo te zumbo

sabrás que me complace tu mal grado

pues siempre han sido así mis intenciones

con todos los que son camaleones”

Mientras tanto Ramón de la Sagra permanecía en Irún en espera de que se le concediese autorización para desplazarse a París, desde donde nuevamente escribe a Fontán, desvelándonos una primera intención de traerse a Galicia las Piedras Litográficas de la Carta Geométrica de Galicia:

“Irún 3 de Enero 1850.

Sr. D. Domingo Fontán

Mi estimado amigo: Borrascoso empieza el año de 50 para los dos. Mi primera impresión en vista de su apreciable carta del 19 mes pasado, es que debe V. irse a Madrid a paralizar y retardar siquiera el golpe  preparado.

De otro modo no tiene V. tiempo para nada, ni ganancia alguna, me parece pues lo esencial en este momento. Entonces se podría proceder al trasporte que V. proyecta, que no lo hicieron tan pronto cual la prevención de entregar las piedras en la embajada, siguiese.

Mi detención aquí no creo sea larga. Espero autorización para ir a París y allí activaré lo que V. desee, y de todo tendré a V. al corriente. Debía V. (me parece) hacer grabar inmediatamente la triangulación. Ese retardo es el caballo de batalla de los enemigos de V. según he oído repetidas veces en Madrid.

Los fondos que me envió los pasé a París llegado allí los reclamaré en totalidad o el restante de los gastos que sean precisos. Dudo que pueda V. hacerme pronto con los 2.000 Francos de Bouffard. Contesto a V. en el acto de recibir la suya para que no esté V. en cuidado por mí. Si se decidiese a ir a Madrid puede V. también apoyarse también en mi detención forzada para obtener una prórroga, diciendo que yo iba comisionado por V. para el tirado y acabo de la triangulación. Pero debe V. ir a Madrid, vea V. que su corresponsal, que se decía muy amigo de Vázquez Queipo, ignoraba la tronada que anuncié a V. iba a descargar. (Se refiere a Ramón Francisco López).

Sinceridad, amigo mío. Mi posición en París durante los dos años últimos está más comprometida que la de V. habiendo ido a Madrid, lo vencí casi todo e impuse silencio y respeto.

Puede V. escribirme aquí pues aun cuando hubiese partido me enviarían las cartas.

Suyo afectísimo siempre. Ramón de la Sagra”.

Fontán en dicha carta dejó la siguiente nota manuscrita: “contesto en 12 Enero”.

Ramón de la Sagra, aunque sin recibir la carta de Fontán del 12 de Enero, le vuelve a escribir:

“Sr. D. Domingo Fontán

Irún, 17 de Enero de 1850.

Mi estimado amigo: Nada me ha vuelto V. a decir sobre su mal habido encuentro, después de la del 19 de Diciembre que me  fue remitida de Madrid, y a la cual he contestado. Yo no he olvidado la situación de V. pero en la incertidumbre de la mía, nada podía hacer: más ayer he recibido cartas de París que me anuncian cómo alcanzar la autorización para residir allí. Contando pues con ella y dudando, tenía tiempo para escribir a V. lo que deseo, luego que aquella me llegue lo hago hoy para ganar tiempo.

Esto es lo primero que creo conviene a V. he aquí los medios que se me ocurren:

1º V. me autorizó desde Septiembre para hacer el tirado. Aún antes ya me lo había anunciado, de modo que puedo decir para sentado, que el tirado fue por mi encargado a la casa Lémercier Bernard. Un contrato hecho, y que aparezca firmado en París, no puede ser anulado por una Real Orden ni interrumpido sin pagar daños y perjuicios a Lémercier Bernard.

2º V. me ha enviado fondos para dicha comisión, que yo exigiré a París con este objeto depositándolos en garantía del contrato con Lémercier. Estos fondos no pueden activarse porque una Real Orden lo proponga.

3º Es muy probable que no se tenga comunicada orden de la Embajada para recibir las piedras y sin orden expresa y con las condiciones que yo exigiré en París la Embajada no querrá recibirlas.

De consiguiente propongo a V. las combinaciones siguientes para imposibilitar el cumplimiento de la disparatada Real Orden.

1. Un Contrato de tirado, que no pueda interrumpirse, sin pagar daños y perjuicios.

2. Los fondos hipotecados.

3. Negativa de la Embajada para recibirlas.

Embarazado así el Gobierno, se verá obligado a aceptar las proposiciones mencionadas y además terminantes que V. haga, ofreciendo remitir los datos de la liquidación dentro de tantos días; pero restituyéndose el pundonor de V. de la duda injuriosa que expresa la Real Orden, añadirá V. que enviará también una copia de dichos comprobantes a la Sociedad Geográfica de París para que se sirva examinarlos y que publicará el informe que obtenga. Pero todo esto se haría mejor estando V. en Madrid. De cualquier modo que V. lo decida, escríbame V. pronto para que obremos de acuerdo y salga V. victorioso.

En cuanto pueda partir de aquí que creo será en pocos días, escribiré a V. dos líneas para que pueda hacerlo en París a mi domicilio, Rue Lamartine, 27.

Siempre suyo afectísimo.

R. de la Sagra.

Servirá V. dar mis noticias a la familia de mi mujer para que estén sin cuidado por la tragedia de que he sido víctima gracias a la cualidad o maldad del Secretario Sr.  Casa Irujo”.

Según nota manuscrita, Domingo Fontán contestó a La Sagra en carta “Reservada” del día 24 desconociendo su contenido.

Sin embargo Fontán en esa fecha aún no emprendió ese viaje a la Villa y Corte según la carta que remitió a su hermano Andrés:

“Santiago 21 de Enero de 1850.

El 21 de Enero de 1850, Domingo desde Santiago comunica a Andrés:

Mi querido hermano: Hemos llegado felizmente; (de la Fábrica del Castro de Lousame) mañana no podrá regresar Rosendo (su hijo menor) y quizás lo hará conmigo pasado mañana si puedo orillar aquí mis asuntos.

Marás y su medio hermano Pereiro quieren pagar con una renta anual de ferrados de trigo los 4.300 y pico reales de su deuda, asegurándola no solo con los bienes hipotecados ya sino sobre otros más y dando fianza, entrando en ella los patricios y sus herederos forzosos.

Quede en acordar mañana con ellos lo mejor, mostrándome decidido a subastar lo hipotecado.

Es lo que ocurre con afectos de todos, tu Domingo”.

El 30 de Enero de 1850, Manuel María Vázquez Queipo (Casa Lusío Samos Lugo 16 de Mayo de 1800 – Quiroga, Lugo 13 de Junio de 1859), Diputado por Lugo en las legislaturas de 1834, 1837, 1843 y 1844. Comisario regio de Agricultura y Conde Torres Novas de Quiroga, hermano mayor de Vicente Vázquez Queipo, daba contestación a otra carta de Fontán:

 “Sr. Don Domingo Fontán.

Madrid, 30 de Enero de 1850.

Mi buen y apreciado amigo: Con razón estará V. quejoso de que no haya contestado a su estimada de 21 de Diciembre, pero en sabiendo V. que desde el 24 de aquel hasta el 21 de éste he permanecido en cama, acometido de una inflamación de una pierna  y luego de reuma y dolores entraban que aún no han dado enteramente carta de pago, creo me dispensará V. como todos los demás amigos a cuyas infinitas cartas no he contestado ni tenido gusto hasta ahora para hacerlo.

En medio de esto he sentido mucho en 1er. lugar su enfermedad, de la que celebraré se haya Vd. restablecido y en un 2º los disgustos que ocasiona a V. con motivo de su Carta Geográfica o por el mayor beneficio que se ha podido dispensar a ese país. Vicente por desgracia como Vd. habrá visto por los periódicos ya no está en el caso de poderlo remediar. Aun cuando estaba en el Ministerio tampoco pudo detener el golpe enteramente, aunque procuró retardarlo todo lo posible, pero tanto el Director del negociado como el Ministro le aseguraron y decían: “Si V. cree que el plano de Fontán está arreglado a datos geométricos y él está satisfecho de su trabajo, porque no los presenta sobre todo cuando el Gobierno está pronto a satisfacérselos si no estuviera bastante indemnizado con los muchos miles de pesos que ya tiene recibidos. Pero afuera de esto ¿cómo el Gobierno lo ha de declarar mapa oficial sin estar convencido por sí mismo de su exactitud y habiendo de pasar solo por la palabra de Fontán? En fin quien podía enterar a V. mejor que lo que hay porque yo tal vez padeceré alguna inexactitud sería Vicente si el mal estado de su vista y el disgusto que ésta le ocasiona se lo permitiese.

Reciba V. su fino afecto, tranquilícese y mejórese, y que las cosas se arreglen cual V. puede desear y cual se alegrará su afectísimo servidor y amigo que está ansiando dejar esta Babilonia.

B.S.M. Manuel Vázquez Queipo”.

En Madrid, Imprenta a cargo de D. Ignacio Boix, 1836 se publicó “La Fisonomía Natural y Política de los Procuradores en las Cortes de 1834, 1835, 1836”.

La de Manuel Vázquez Queipo, Procurador en las Cortes de 1834 es la que acontece:

“Joven adamadito, compuesto y de mejillas coloreadas, pariente de Toreno por lo Queipo de Llano de la casa de Lusio, y por consecuencia ministerial de consanguinidad. Habló sobre la sal y de algún otro punto tocante a Galicia y en una comisión a la que perteneció hizo voto particular para particularizarse”.

La enfermedad de Fontán a la que se refiere Manuel Vázquez Queipo en su carta que le obligó a permanecer en Galicia, no desplazándose a la Villa y Corte para resolver la cuestión de la incautación de la segunda tirada de la Carta Geométrica de Galicia, la encontramos en la Certificación de José Varela Montes que solicitó Fontán a efectos de su jubilación y que presentó al año siguiente en Madrid en un viaje que efectuó acompañado de su esposa Manuela Riva para entre otros fines reclamar al Gobierno la propiedad de la Carta Geométrica de Galicia, cuestión ésta que contaremos en otro artículo.

“El Sr. Varela Montes, Catedrático y Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago, Caballero de la Real y distinguida Orden Española de Carlos III, Secretario honorario de S.M., Socio de la academia Nacional y Extranjera, CERTIFICO: Que el Sr. Don Domingo Fontán ha padecido una intensa pulmonía que ha comprometido su existencia (ha dejado) no fue sin dejar restos de sus padecimientos permanentes que se anuncian con una tos habitual que le obliga a vivir con las precauciones que siempre exigen las usuales del pulmón por leve que parezca. En cuanto lo dicho certifico para que conste. Santiago, 8 de Noviembre de 1851”.

Fontán recibió carta firmada por Juan Manuel Bedoya que debió de remitir desde Orense a finales del mes de Abril o en los primeros días de Mayo de 1850, desde su casa de la Rua de San Pedro, dictada a un tercero y por él firmada:

“Sr. Don Domingo Fontán:

Muy señor mío de todo mi aprecio y singular estimación: Doy a V. las gracias por la buena disposición que muestra en querer proporcionarme un ejemplar de su excelente mapa de Galicia que tanto honrará un día su nombre como debe corroborar a los que están hoy al timón de los destinos de la patria y creen hacer demasiado por el adelantamiento de las ciencias con remunerar trabajos tan señalados como los de V. con una cruz de Carlos III.

Increíble se hará en las naciones extranjeras tan mezquina e indecente conducta del Gobierno con un sabio que se ha sacrificado de todas maneras por el público y que ni a este mismo público se permite aprovecharse la gracia o por su dinero de los escritos de aquel por monopolizar el Gobierno no permitiéndolos banales ya que no los dejara enteramente francos a beneficio del autor.

Yo por mi extremada falta de vista poco podría aprovecharme, y a la jefatura política vinieron dos o tres ejemplares que bastan para satisfacer la curiosidad.

No he hecho notar todavía si V. hizo mención del Municipio de Lais que al fin de su Cronicón refiere. Ydacio estaba a cinco millas del Miño donde se cogieron unos pescados portentosos mareados con letras griegas y hebreas y con latinas numerales C.C.C.L.X.V. coy cuyas seis letras o líneas y seis espacios intermedios parece se señalase los 365 días compartidos en los doce meses del año.

El autor tiene la precaución de remitirse a lo que contaron los pescadores hombres de verdad y religiosos. No tengo conocimiento de aquel terreno por la Almología podría corresponder al sitio del municipio a las parroquias de Las  Layas.

Los pescados desusados que tanto admiraron a aquellos varones, religiosos serían tal vez de la familia salmonense que tanto se distinguen por su saber y su sabor.

Disimule V. esta franqueza como prueba de mi amistad y reciba el onomástico que compuse para el día de San Juan al entrar en los ochenta deseando a V. mucha salud y más felicidad en sus empresas literarias este su más apasionado servidor y capellán. Q.B.S.M. Juan Manuel Bedoya”.

Juan Manuel Bedoya Díez Mantilla, (Serna de Argueso, Reinosa, Santander 25 de Julio de 1770 – Orense 10 de Mayo de 1850),

El Dean Juan Manuel Bedoya. Memorias Históricas de Berlanga Orense 1840

Escritor liberal, Canónigo de la Catedral de Orense, Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y colaborador del Diccionario de España y Portugal de Sebastián de Miñano, conocido popularmente como el Deán Bedoya, fue un buen amigo de Fontán, siendo esta carta una de las últimas que dictó sin poder cumplir los 80 años el día de San Juan.

Como colofón de la correspondencia mantenida por Fontán,  nos encontramos al Subsecretario del Ministerio de la Gobernación, Vázquez Queipo, poco receptivo a dar utilidad pública a los talentos de Fontán, nombrándole miembro de la Comisión para el Levantamiento de la Carta General del Reino, o Carta Geográfica de España, como sin duda pretendía el ex Ministro Luis López Ballesteros.

Vázquez Queipo, a través de su amigo Ramón Francisco López, corresponsal de Fontán, conoció a principios de Noviembre de 1849, los planes de éste de sufragar una segunda tirada de la Carta para disponer de ella a su conveniencia.

Ramón de la Sagra, el 26 de Noviembre de ese año advierte a Fontán de que Vázquez Quepo, tal empresa “la juzga y condena a V.” remitiéndole una severa y dura Real Orden de 15 de Noviembre de 1849, que Fontán recibió a finales de ese mes de Noviembre.

La Fundación no dispone de la mencionada Real Orden del Ministerio de la Gobernación que el propio Fontán aportó documentando su reclamación ante el Gobierno, que efectuó en 1852 reivindicando la propiedad de la Carta Geométrica de Galicia, según tenemos dicho.

La “inusual y avinagrada Real Orden” a la que hace referencia La Sagra, Ballesteros Manuel Vázquez Queipo y el Deán Bedoya, a pesar de ser una Real Orden dirigida a un particular, que a diferencia de las reales órdenes circulares para el puntual cumplimiento de lo dispuesto, u otras reales órdenes de interés general como las de nombramientos, no se publicaban en la Gaceta de Madrid, tratamos a pesar de todo de localizarla, sin resultado alguno, después de revisar los números 5572 del jueves 1 de Noviembre de 1849 al 5663 del jueves 31 de Enero de 1850, ello para curarnos en salud en el caso de que la fecha en que se dictó del 15 de Noviembre de 1849 estuviera equivocada, no encontrando otra cosa de interés que el nombramiento de Luis López Ballesteros, Director de la Real Academia de la Historia en la Gaceta nº 5608 del viernes 7 de Diciembre de 1849 a la que también pertenecía Fontán.

Del contenido de la anterior correspondencia, entre La Sagra y Fontán resulta fácil hacernos una muy precisa idea de su contenido.

  1. Se acusaba a Fontán de no haber ajustado su Carta a datos geométricos como ya hizo el Eco del Comercio en los meses de Septiembre y Octubre de 1838, declarándolo “dibujo de abanico”.
  2. De no estar las cuentas claras de la inversión de los 160.000 reales, abonados por el Gobierno para el grabado de las piedras y estampado de la 1ª tirada, por cierto cuentas finiquitadas por Real Orden de 10 de Abril de 1848.
  3. Para evitar la tirada se ordenaba entregar las piedras litográficas en la Embajada de España en París.

Resulta sospechoso que el Ministerio de la Gobernación se mostrase incrédulo de que la Carta Geométrica de Galicia estuviese ajustada a trabajos geodésicos, a no ser que su Subsecretario, persona cualificada para adverarlo o desmentirlo se hubiese pronunciado al respecto, que en el supuesto del primer caso nadie se hubiese atrevido a cuestionar su científica autoridad.

Asteriscos de las estaciones de la CGG y Base de Formaris . Archivo Fundación Domingo Fontán.

Pero además tenemos que resaltar que Fontán en los primeros 500 ejemplares de la primera tirada, ante las críticas que en el mismo sentido sufrió a través del Eco del Comercio en 1838, para acallar las mismas, en la hoja tercera de la Carta correspondiente al Norte de la provincia de Lugo, limítrofe con la de Oviedo, en la zona libre del mar Cantábrico, incluyó un cuadro de 37,5 x 26,3 cm. Conteniendo un mapa que Fontán denominó “Unión de las doce hojas de la Carta Geométrica de Galicia y su triangulación fundamental escala 1/800.000”.

Para mayor abundamiento la Carta Geométrica estampada en 1845, cuenta con 35 signos convencionales que se describen en la hoja décima y entre ellos representados por un asterisco, las Estaciones Geodésicas repartidas por toda la Carta que con las calculadas como vértices de la triangulación de segundo y tercer orden que aunque exceden de las cuatro mil, en la Carta Geométrica solo se recogen 467 estaciones en Galicia.43 en Asturias, León y Zamora y 3 en Portugal, según refiere María del Carmen Álvarez Monterroso, perteneciente al Departamento de Geografía y Análisis Territorial del espacio de Galicia de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago en su tesis doctoral “A Parroquia Galega a partir da Carta Geométrica de Galicia” a la que dio lectura el 17 de Julio de 2015.

A la vista de lo expresado, sobraba la Memoria de las operaciones geodésicas de triangulación. El plan concebido por Ramón de la Sagra  tuvo como resultado que el Gobierno no autorizase la segunda tirada a disposición de Fontán, subrogándose en el contrato de tirado, ya que por el contrario nuevamente le comisionó mediante Real Orden para el estampado de esos 550 ejemplares dotándole  de 20.000 reales para hacer frente a tales gastos, cuestionando de esta forma la propiedad de la Carta Geométrica de Galicia con el pretexto de haber sido levantada con fondos de la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón, olvidando los 320.000 reales que de su patrimonio dedicó a la empresa aparte de los diecisiete años ocupados a tal fin.

El 13 de Mayo de 1850, Ramón de la Sagra ya establecido en París, contesta a otra carta de Fontán de fecha indeterminada de finales del mes de Abril.

“Sr. D. Domingo Fontán

París 13 de Mayo de 1850.

“Estimado amigo: Según aviso del navío del 7 debían salir las 4 cajas el 11 del corriente en un buque de vela.

Las 3 primeras que contienen los 200 ejemplares, son mayores que la cuarta en que van los ejemplares (cerca de cincuenta) que había aquí. De dichas 3 cajas, una que es tres pulgadas más alta, contiene los 4 paquetitos con cuadernos de mi obra, y con el 45 hallarán las instrucciones para el encuadernador.

Ya puede V. haber comprendido la distribución de los 200 ejemplares en las 3 cajas, fue contravenida a mis prevenciones escritas. Solo supe que no se había seguido cuando me trajeron la factura y nota del contenido ya expedido.

Recibí la de V. del Abril, contestando a la mía del 19. Mucho siento el retardo en imprimir aquí la memoria y la triangulación. Voy a recibir el manuscrito en la estación en tanto cuando muchos profesores se hallan ausentes y las Academias desiertas. Mi objeto era obtener los informes e incluirlos al fin de la memoria. Además pudiera yo también ausentarme para fin del verano, precisando ir a Madrid a quejarme de la Intendencia de la Habana que no me paga lo que me es debido y está mandado satisfacer.

El tirado adelanta y pronto estarán concluidas las 300 pruebas excepto de la piedra reservada para la triangulación. He pagado por lo recibido 1.500 Francos y tendré que pagarle lo hecho, si se demora el tirado de la piedra en cuestión.

La cuenta excederá de la otra mitad del dinero de V. que me resta.

Quedo a sus órdenes, su amigo Q.B.S.M. Ramón de la Sagra”.

El 4 de Junio de 1850, José Núñez de la Barca sobrino político de Ramón de la Sagra, casado con su sobrina Justa de Zuloaga y de la Sagra, Cónsul de la Argentina en La Coruña e industrial de dicha ciudad dedicado a la fabricación de hilados y tejidos de algodón, quien formó sociedad con Luis Miranda Vázquez, remite a Domingo Fontán la siguiente carta:

(Sobre “Domingo Fontán ausente, a su señora Santiago”)

Sr. D. Domingo Fontán.

Santiago

Coruña, 4 de Junio de 1850.

Muy Sr. mío y amigo: Confirmo a V. mi anterior 7 del mes pasado y en el Zucehz diligente africano Capitán B. Porrúa, llegaron de El Havre los cuatro cajones que puso V. a mi cuidado que hoy los descargaron y que quedaron en la Aduana.

Este dice no recuerda orden ninguna para su admisión y libertad de dichos (cajones), que es preciso venga de la Dirección, o que al menos cite V. la fecha con que se haya expedido dicha orden y deberé a V. me la señale cuanto antes, o que si está ausente como me han asegurado, su Sra. (CPB) u encargado de este asunto me aclare este punto para poder entenderme con los empleados. También será preciso me diga V. si le mando dichos bultos por carros de aquí o si he de esperar que V. mande carretero de su confianza a recogerlos.

Después, mandaré a V. la cuenta de gastos y en interin me repito su afectísimo amigo S.S.Q.S.M.B. José Núñez de la Barca.

Domingo Fontán ante el empeño del Gobierno en monopolizar las dos tiradas de la Carta Geométrica, se vio en la necesidad de traerse a La Coruña para atender a sus compromisos con colaboradores y amigos, noventa y seis ejemplares “extraoficiales”, así:

El 9 de Agosto de 1850, Fontán desde La Coruña remite la siguiente carta a Ramón de la Sagra, quien permanece en París:

(Al Sr. Sagra)

Mi estimado amigo: Por la última de V. veo que no tardará en remitirme en cajas de 50 ejemplares los 300 que ahí están para acabar de estamparse, las cajas que restan para el total de los 550 pedidos por el Gobierno y por los cuales tengo recibidos 20.000 reales.

Si ésta llega a tiempo, debo decir a V. que su sobrino el Sr. Don José Núñez de la Barca me aconseja que bajo  el certificado de 50 ejemplares por cada caja o del total de 300 en 6 cajas que habrá dar al Cónsul, pueden venir muchos más sin que en ello haga reparo éste pasará ahora, cuyo Administrador es amigo suyo y por el número que el Cónsul certifique sin necesidad de verificarlo contando los ejemplares.

Bajo este impuesto me parece pueden colocarse 16 ejemplares y enseguida los 50 certificados. De este modo aun cuando al abrirlas aquí crean contarlos se hallarían con las series de 50 ejemplares cada una de 12 hojas, que desde luego hacen presumir que no hay los 16 correspondientes a los ejemplares que vengan de más por hallarse éstos en el fondo y ser necesario desocupar toda la caja, operación que la experiencia me acredita ser pesadísima en el conocimiento de que no vuelvan a caber en ella por no haber prensa que los reduzca a su primitivo volumen. Respecto a la cuenta basta un recibo dado por Lémercier o por V. del total de Real Orden por lo que pagué por el papel estampado y correcciones de 550 ejemplares, su embalaje y conducción a L’Have o a La Coruña cuyo recibo remitiré a V. un formulario a mi llegada a Santiago que verificaré hoy.

En tanto esté V. por ahí debe solicitar las piedras a su disposición y tirar los ejemplares hasta que alcancen los fondos.

Están convocadas las Cortes. Sabe el Sr. Turnes cuales han sido mis esfuerzos para que V. o yo fuéramos elegidos. Esto es imposible. El Gobierno no despliega todos los medios, así permitiendo como prohibitivos para que sus candidatos sean los únicos que se sienten en las Cortes. No basta que sean partidarios del Gobierno,  aun así se persigue a los no designados por el Ministerio, a los que por ellos dan la cara, y aún a los votantes. Esta historia es larga y es objeto de la murmuración y descontento que por todas partes se da a conocer”…. (termina el borrador manuscrito)

El 31 de Agosto de 1850, después de cuatro años sin consultas se  celebran las segundas elecciones de la época moderada llevando de nuevo a la presidencia del Gobierno al General Narváez.

El 14 de Enero 1851, Bravo Murillo ante la dimisión de Narváez, disolvió las Cortes anunciando elecciones para los días 10 y 11 de Mayo con las que dio comienzo la legislatura de 1851-1852 a las que Fontán se presentó como candidato de la circunscripción de La Coruña. Distrito de Noya, no obteniendo el escaño pretendido, al fallarle los apoyos con los que contaba que decidieron respaldar la candidatura de Bernardino Malvar, que salió elegido Diputado a Cortes. Bravo Murillo formó nuevo Gobierno.

Como dato curioso, el día 13 de Noviembre de 1850, Fontán se encuentra en la Ermita de Nuestra Señora de Faro, sita en la Sierra de Faro que divide las provincias de Lugo y Pontevedra en la Parroquia de Requejo (Chantada, Lugo).

“Hice con el teodolito de Gambey dos estaciones en Nuestra Señora de Faro, la una en el extremo Norte del grupo de peñas que se hallan al lado de la pared oriental de la Capilla y la otra en la mesa de piedra que está arrimada al costado meridional y puerta trasera cubierta con una azotea que se apoya en dicho costado y dos columnas. El día estuvo malo, el horizonte nuboso sin descubrirse el sol más si no confusamente después de la una de la tarde”.

Nota en 1850.

El ángulo en Faro esquina N.E. de la Capilla a distancia de 39 decímetros de la esquina más saliente, y a 18 decímetros de  la que le antecede medido con el teodolito Gambey y su anteojo de pasos entre Monforte y Meda fue 3308’25”.”

El 31 de Diciembre de 1850, José Núñez de la Barca, anuncia a Fontán la llegada al Puerto de La Coruña de las seis cajas conteniendo los 396 ejemplares de la Carta Geométrica de Galicia.

“Sr. D. Domingo Fontán.

Santiago

Coruña, 31 Diciembre 1850

Muy Sr, mío y amigo: Me encuentro con el adjunto oficio, en que nada entiendo que he de deber a V. me indique los términos en que deberé contestarlo, según que a V. mejor le convenga.

Aquí están como sabe las 6 cajas venidas últimamente y V. me aclarará detalladamente y si hay entrega, lo que quiera que haga este su afectísimo S.S. y amigo Q.S.M.B. José Núñez de la Barca

P.D. El oficio está puesto a señas de mi casa en La Coruña, Banco de Casas Díez”.

Fontán ordenó remitir los 6 cajones a la Fábrica de Papel del Castro de Lousame, extrayendo de los mismos los 96 ejemplares extraoficiales procediendo con la prensa de la Fábrica a volver a embalar los 300 restantes a razón de 50 en cada cajón, que remitió al Gobierno.

El 2 de Mayo de 1851, desde La Coruña, José Núñez de la Barca escribe a Fontán la última carta concerniente a este asunto:

“Sr. Domingo Fontán

Santiago

Coruña, 2 de Mayo de 1851

Mi querido amigo: Deseo regresase V. sin novedad y no se si le dije que entregué al Contador Sr. Rodríguez lo que V. se sirvió incluirme en su apreciable 30 del pasado mes.

Adjunto acompaño a V. la certificación de cambio de París que me dejó encargada y la cuenta de Suplementos a los mapas que fueron al Gobierno todo de acuerdo con lo que aquí hemos convenido.

Zuloaga llegará a esta el domingo, y puede V. desde luego mandarle en cuanto se le ofrezca lo mismo que a mi este su más afectísimo amigo y S.S.Q.S.M.B. José Núñez de la Barca”.

Sobre los fondos que Fontán remitió a París para que Ramón de la Sagra abonase los gastos del estampado de esos 96 ejemplares y de la Memoria de la Carta Geométrica de Galicia, que imprimió para su uso personal, tenemos noticia a través del anuncio del Banco de España publicado en la página 157 de la Gaceta de Madrid de 8 de Diciembre de 1928, donde se recoge la “Relación de depósitos de metálico en abandono y que de no ser reclamados se entregarán al Estado, según previene el Real Decreto de 24 de Enero de 1923” (publicado en la Gaceta de Madrid de 26 de Enero de 1928).

En dicha lista aparece: “D. Domingo Fontán resto de dos entregas para tener a su disposición en París 559,10 pesetas” que los herederos de Fontán recibieron mediante reclamación al Gobernador del Banco de España fechada en Noya el 21 de Enero de 1929.

En el The Journal of the Royal Geographical Society of the London de 1852, se recoge la siguiente Nota:

“Spain Carta Geométrica de Galicia levantada y construida por el Doctor Domingo Fontán 10 sheets, including litle 1845. Don Ramón de la Sagra”.

 En Madrid, Imprenta y Fundación de Don Eulogio Aguado 1852, se imprime una Memoria que comprende el resumen de los trabajos verificados en el año 1850 por la Comisión encargada de formar el Mapa Geológico de Madrid y el General del Reino, presentada el día 4 de Enero de 1851 al Excmo. Sr. Ministro de Fomento por Don Francisco de Lujan, Brigadier de Infantería y Presidente de la Comisión.

En la página 29 de dicha Memoria se afirma:

“También se ha hecho una excursión a Galicia, único territorio de España que posee un mapa que pueda llamarse tal….”

De esta forma, la primera triangulación geodésica de una región de España, la más difícil de cartografiar, por su particular orografía y clima, quedó en el más absoluto olvido.

Nueve años después de que se crease la Comisión Directiva del Mapa de España, el 27 de Septiembre de 1843, sin obtenerse resultado alguno. La Dirección de Obras Públicas dependiente del Ministerio de Fomento redactó un escrito firmado por el Ministro de Fomento titulado: “Sobre la necesidad y conveniencia de emprender el levantamiento trigonométrico de la Carta General de España” que remitió para informe  a la Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales el 24 de Abril de 1852, del que extraemos el  siguiente párrafo:

“Aunque en España tenemos de algunos territorios planos particulares, dignos de estimación con respecto a su objeto particular, la falta de orientación exacta de los más de ellos, la diversidad de sus proyecciones, o el no haber empleado ninguna en su dibujo, y la vaguedad con que representan el terreno, hacen que estos trabajos sean de muy poco o ningún provecho para nuestro propósito; pero aun cuando estuviesen exentos de tales reparos y poseyésemos mayor número de documentos de esta especie, por exactos que fuesen el resultado que daría su reunión para formar una carta general sería monstruoso  si no se sujetan a numerosos puntos de referencia determinados por buenos procedimientos geodésicos. (estaciones).

Para levantar con exactitud el mapa de un reino no hay más que un solo método. Consiste en dirigir dos grandes líneas perpendiculares entre sí, una de Norte a Sur y otra de Este a Oeste. Cubrir el espacio que se ha de medir con una red de grandes triángulos que se enlacen a estas líneas y dividiendo los triángulos primarios a otros de secundario orden se desciende así hasta la topografía detallada de los distritos. De esta forma las inexactitudes de las mediciones parciales quedan limitadas dentro de triángulos que se circunscriben y se reconocen y rectifican las negligencias de los agrimensores, resultando de aquí un sistema de operaciones bueno en su detalle y perfecto en su todo. Como en España no se han hecho trabajos de esta naturaleza, la falta de experiencia no permite fijar con alguna seguridad los presupuestos de los gastos…”

La Real Academia al mes siguiente emitió el informe solicitado afirmando que: “no debía pasar más tiempo sin que se emprendiera una obra tan necesaria por ser la base material sobre la que deben descansar y apoyarse las mejoras y las perfecciones de infinitas ramas y los progresos seguros y bien entendidos de su industria y de su bienestar”.

Sin embargo sobre el método a seguir y la manera de efectuar los trabajos geodésicos lo dejaba a la “ilustración del Gobierno de Su Majestad”.

La Real Academia de Ciencias Físicas Naturales y Exactas creada por Real Decreto de 25 de Febrero de 1847, a la que Fontán nunca perteneció y de la que Vicente Vázquez Queipo fue uno de sus primeros Académicos, según le fue solicitado el 30 de Mayo de 1853, expresó su opinión de cómo llevar a cabo la empresa. En el informe se omitió no solo los trabajos de triangulación geodésica llevados a cabo por Domingo Fontán durante 17 años en Galicia, que extendió a los límites de las provincias limítrofes de León, Zamora y Oviedo, sino también “La Memoria sobre la Formación de los Planos topográficos de las provincias y general del Reino” cuya confección se encargó a Fontán mediante Real Orden de 22 de Mayo de 1834, en cumplimiento del artículo 7º del Real Decreto de División Territorial de 30 de Noviembre de 1833. Memoria que presentó Fontán el 21 de Junio de 1834, en ella explica el método de trabajo de su Carta Geométrica de Galicia, aplicable  a toda España continuando su triangulación, en la que dedicaba su tercera parte a pormenorizar los gastos de la empresa que se efectuaría por veinte comisiones, durante un periodo de dos años que ascendían a la suma de 7.414.500 reales sin comprender los gastos de la dirección central.

En el año 1855, el Ex Consejero Real y Gobernador que ha sido de Madrid y de otras varias provincias Ventura Díaz, publica el libro “Estudios Prácticos Administrativos Económicos y Políticos” en el que refiriéndose a la imperiosa necesidad de levantar la Carta General de España y particular de sus provincias y un catastro de riqueza aseveraba: (pág.328)

“Ya hay algún trabajo de este género ejecutado en España por el célebre profesor de Matemáticas de la Universidad de Santiago, Don Domingo Fontán. Este distinguido geómetra levantó la Carta de Galicia, que después de haber costado muy poco y de ser muy bella, creemos que se abandonó su grabado, no sabemos por qué miserable cuestión de economías, lo que quizá ocasionará el que se pierda para la posteridad y sea inútil al presente”.

Según afirmaba el Catedrático de Geografía e Historia  Ramón Otero Pedrayo (Orense 5 de Marzo de 1888 – 10 de Abril de 1976), Fontán fue el primero en ver el rostro de Galicia, el público en general esta imagen no la conoció a través de la olvidada Carta Geométrica de Galicia, sino a través del Atlas de España y Portugal y sus posesiones de ultramar de Francisco de Coello de Portugal y Quesada que se publicó como apéndice del Diccionario Geográfico estadístico de España y sus posesiones de ultramar de Pascual Madoz Ibáñez.

El Atlas de España y sus posesiones de ultramar se compone de 46 láminas de las provincias, constituye una obra de gabinete en la que se recogen todos los levantamientos planimétricos válidos anteriores contenidos principalmente del Depósito de Guerra de París que se publicó paulatinamente de 1848 a 1870 llegando a reunir Coello 4770 para su confección.

El Diputado por Lérida Pascual Madoz en la Sesión del Congreso de 17 de Marzo de 1853 en la que se debatía sobre el acta del Distrito de Órdenes afirmaba, refiriéndose al Mapa de Francisco de Coello:

“Hoy está el mapa sacado de un trabajo importantísimo que hace honor a un distinguido gallego, el Sr. Fontán, yo he visto ese mapa y lo he encontrado exacto”.

Como dato curioso, en el mapa de Lugo se incluye uno del Montefurado de Manuel Vázquez Queipo.

El mapa de Coello tuvo una gran difusión al ser vendida cada lámina a los suscriptores por 20 reales y por 25 cada hoja separada.

No piense el lector que Fontán provocó o motivó la incredulidad del Gobierno sobre la exactitud de la Carta Geométrica de Galicia, al ser remiso a las peticiones de presentar la Memoria de las operaciones geodésicas de su Carta, sino por el contrario Fontán complació al ejecutivo en todo lo que le requirió, de esta forma el 3 de Abril  de 1829 se le encarga el trazado de las carreteras que en Galicia debían abrirse cosa que efectuó a pesar de considerarlo apresurado a la terminación de su Carta.

Un año antes, en 1828, presentó al Rey Fernando VII, una exposición acompañada de una Memoria sobre los trabajos geodésicos realizados y de los que en el futuro tendrían que efectuarse para la definitiva conclusión de la mitad Oriental en término de tres años solicitando para tal fin se le concediese una cantidad entre 5 y 7.000 duros, ello sin que mediara ninguna Real Orden.

De esta primera Memoria referente a los trabajos de su Carta Geométrica de Galicia Memoria de la que desconocemos su contenido, tenemos constancia a través de la Real Orden de 6 de Febrero de 1829 por la que se le concedió los 7.000 duros interesados:

“El Rey N.S. se ha enterado con mucho aprecio de la exposición del Catedrático de Matemáticas de Santiago Domingo Fontán en la que ha presentado una memoria acerca de las operaciones y adelantos que tiene practicados para la conclusión al menos de su mayor parte de la Carta Geométrica de Galicia….”

El 21 de Junio de 1834, la ya citada Memoria sobre la formación de los planos topográficos de las provincias y Carta General del Reino, Memoria esta, reitero, que Fontán ¿Cómo iba a ser reacio a cumplir las reales órdenes referentes a dar cuenta de las operaciones geodésicas de su Carta?

La segunda de sus Memorias sobre la Carta Geométrica de Galicia, le fue requerida a Fontán mediante Real Orden de 10 de Julio de 1838 por la que se le autorizaba a ir a París a encargarse del grabado y estampado de la Carta, que en su apartado 5º expresaba:

“Que simultáneamente arregle V.S. y coordine sus apuntes y demás tareas científicas, geométricas y astronómicas para presentar a la posible brevedad una Memoria descriptiva y completa de todas las operaciones previas a la Carta”.

Fontán dio cumplimiento a lo ordenado efectuando esta segunda Memoria cuyo manuscrito original e incompleto publicó el Instituto Padre Sarmiento en sus Cuadernos de Estudios Gallegos, Santiago 1946 que tuvieron a bien titular “Descripción Geométrica de Galicia”. (Redacción A)

En ella Fontán afirma:

“Inútil hubiera sido dar a conocer las operaciones geodésicas y las observaciones astronómicas que precedieron a la construcción de la Carta sin tenerla a la vista, más ahora que se está grabando es muy oportuna su simultánea publicación. Esta consideración bastaría por sí sola a decidirme a ello aun cuando no mediara una Real Orden”.

Fontán confeccionó otra tercera Memoria, sin que mediara Real Orden, aconsejado por su discípulo y amigo Ramón de la Sagra, a efectos de convencer al Gobierno de que su Carta estaba ajustada a cálculos geodésicos.

Esta Memoria se imprimió en papel, desconociendo el número de sus ejemplares y se ilustró con un plano en escala reducida de su triangulación fundamental añadiendo una tabla de la medida de los ángulos de dicha triangulación fundamental.

Uno de sus ejemplares se depositó en la Real Sociedad de Geografía de París. Su impresión y grabado de la triangulación le costó a Fontán 1.500 Francos abonados de su peculio particular.

De esa Memoria la Fundación conserva un borrador manuscrito incompleto que publicó el Instituto Padre Sarmiento en 1946 y denominó “Descripción Geométrica de Galicia” (Redacción B).

En ella Fontán afirmaba:

Esta obra es el resultado del reconocimiento, triangulación y nivelación del país que representaba y lo es también de las observaciones de latitud, longitud y azimut indispensables para fijar la posición geográfica…” “Hemos presentado en una escala reducida la red de triángulos fundamentales de Galicia ligados a dos bases…” “Enseguida lo haremos respecto a su prolongación en la totalidad de la red; así serán conocidos los ángulos que hemos adoptado en cada triángulo, corregidos de error de su medida, que nunca llegó a minutos y los lados opuestos. En una tabla se demostrará todo”.

La Memoria a la que nos referimos se iniciaba con una Introducción cuyo borrador manuscrito e incompleto también conserva la Fundación en la que Fontán refiere las muchas incomprensiones por las que tuvo que pasar. Tal Introducción también se cedió al Instituto Padre Sarmiento para su publicación en 1946 quien le dio el nombre de “Notas de Fontán sobre los trabajos para su Carta”.

De tal Introducción deducimos la fecha aproximada de la elaboración de  la Memoria que la precede. Resulta evidente que la Carta Geométrica de Galicia estaba finalizada o concluida cuando se realizó; de ella recogemos el siguiente párrafo refiriéndose a sus colaboradores:

“En mis operaciones de la antigua provincia de Tuy o de los cinco juzgados arriba mencionados, tuve un excelente colaborador muy ejercitado en el dibujo topográfico, especialmente dedicado a croquizar el país. El Sr. D. José Valladares, actual Gobernador de Orense….”

Valladares ocupó el cargo de Gobernador Civil de Orense del 28 de Diciembre de 1849 al 22 de Marzo de 1850, en cuyo interin Fontán efectuó esta tercera y última Memoria.

Por último, nuestro tío abuelo Manuel Fontán Medina también entregó al Consejo Superior de Investigaciones Científicas Instituto Padre Sarmiento,  para su publicación a través de su Presidente Francisco Javier Sánchez Cantón, otro manuscrito de Fontán inconcluso titulado “Santiago, posición geográfica”, que bien pudo estar incluido en una de las Memorias a las que nos hemos referido o ser un artículo para publicar en la Revista la Exposición Compostelana de 1858 que no vio la luz.

Como epílogo de lo expresado, los ejemplares impresos de la Carta  Geométrica de Galicia grabada en 1849 fueron los siguientes juegos de 12 hojas:

Aparte de estos juegos remitidos desde París en 1847 no debemos olvidarnos de los ejemplares de prueba que Bouffard envió a Fontán a efectos de su corrección y adicción de nuevos datos entre 1839 y 1845 que el Geógrafo deseoso de que su Carta Geométrica contribuyera al progreso de Galicia, a cuyo fin dedicó todo su esfuerzo, entregó al Ingeniero Alejo Andrade Yañez, quien le ayudaba en dichos menesteres y éste la utilizaba en la construcción de los caminos trasversales de Galicia junto con Domingo Lareo Quintela.

Entre ellos, nos ocupamos de los remitidos en 1840 a Guillermo Schulz (6 de Marzo de 1805  Dömberg, Alemania – 1 de Agosto de 1877 Aranjuez, Madrid). Fue Geólogo, Ingeniero de Minas, llegó a España en 1826, en 1833 se le encargó la inspección de minas de Asturias y Galicia, fijó su residencia en Ribadeo ocupando dicho puesto hasta el año 1841, realizó un estudio geológico de Galicia que publicó en 1835 en Madrid, Imprenta de Herederos de Collado que denominó: “Descripción Geognóstica de Galicia”. En 1844 al ser nombrado Inspector General de Minas con destino en Asturias fijó su domicilio en Oviedo, fue profesor de la Escuela Especial de Minas de Madrid y Presidente de la Comisión del Mapa Geológico de España.

La relación entre Guillermo Schulz y Domingo Fontán fue más tardía de lo que hubiese sido deseable, así el Ingeniero de Minas en la Introducción, Página IV de su Descripción Geognóstica de Galicia, se lamentaba:

Guillermo Schulz. Óleo de la Galería del Consejo Superior de Minería y Metalurgia.

“Uno de los primeros requisitos para el reconocimiento geognóstico de un país es un buen mapa geográfico, del que carecíamos hasta ahora en Galicia, aunque tenemos la satisfacción de verlo formado con la mayor perfección por el sabio Don Domingo Fontán. En mis viajes solo pude servirme de los mapas defectuosos que existen en venta y así me he recudido a formar más bien un croquis petrográfico de Galicia que un mapa perfecto…”

En su Cuaderno de Campo nº 1, página 71, transcrito y publicado por Juan Ramón Romani 1992, Seminario de Estudios Gallegos, Edición de Castro Sada, La Coruña afirmaba:

“… es un continuo pesar viajar por estos interesantes países sin un mapa exacto y sin poder informar de las naturales que por lo regular no saben contestar a ninguna pregunta que exceda el nombre de su parroquia…”

Fontán y Schulz se conocieron en Ribadeo, residencia de este último, en donde a Fontán le sorprendió El Pronunciamiento Liberal del General Baldomero Espartero acaecido el 7 de Septiembre de 1840, en esas fechas se encontraba en Lugo y Ribadeo según refiere en su discurso recogido en el Diario del Congreso correspondiente a la Sesión del 2 de Febrero de 1842. Formándose una amistad que fructificó en la mutua colaboración.

La Fundación conserva diferentes cartas de la correspondencia mantenida entre Fontán y Schulz que se encontraban dentro de un cuadernillo titulado:

“Observaciones barométricas entre la Fábrica (del Castro) Ribadeo, Santiago, Orense y varios puntos y Castilla por Villafranca y por Las Portillas hechas simultáneamente por mi hermano (Andrés) Schulz y Andrade

En esa correspondencia que por su interés hoy transcribimos se advierte la referida colaboración de Schulz en los trabajos de correcciones e incorporación de la altimetría durante el grabado de las piedras litográficas y la utilización de las primeras hojas de prueba para ilustrar un informe sobre yacimientos de estaño que éste elaboraba en los Montes de Avión y Lalín

Así el 31 de Octubre de 1840, el Inspector de Minas de Asturias y Galicia desde Ribadeo escribía a Fontán en Santiago, interesando una copia de la hoja nº 8 (Carballino Chantada) de la Carta Geométrica de Galicia:

“Muy Sr. mío y amigo: A mi paso por Lugo he saludado de parte de V. al Sr. Arias de la Torre y aquí los Sres. Torres, todos están sin novedad, aliviados del cargo de soberanos interinos. Aquí he hallado su muy grata del 3 con las observaciones barométricas de su viaje al regresar a esta a Santiago, por las que doy a V. gracias reservándome calcularlas cuando me halle con algún sosiego, que no se cuándo será,  porque desde mi llegada a esta estoy trabajando día y noche para despejar el bufete de lo más perentorio a fin de emprender luego otro viaje de a lo más 25 días por Asturias con que no tendré tan buen tiempo como el que he verificado en Galicia.

Apuntaré todas las observaciones de mi barómetro que no son todas las que V. desea los días 11, 14 y 18 de Julio hicieron parte de mi viaje por Asturias.

(No transcribimos para no cansar la atención del lector las observaciones barométricas correspondientes a los días 19 al 25 de Julio).

“los días 26 de Julio y de allí hasta el 2 de Agosto estuve de viaje”.

(Tampoco recogemos las correspondientes a los días 28 y 29 de Agosto y del 25 al 28 de Septiembre).

“Mi barómetro está sobre el nivel medio del mar 39,7 metros ó 143 pies españoles. No estando de viaje siempre hago una o dos observaciones al día, cuando el barómetro se altera mucho suelo hacer hasta tres observaciones diarias. Mis observaciones principiaron en el año 1839 en aquel año hice dos viajes largos a Asturias y dos a Salinas, falta otro a Asturias que ocupará casi todo Noviembre.

Pida V. todas las observaciones que le puedan convenir en cualquier tiempo, daré exactos los que existen en mi libro.

Me propongo formar un croquis geográfico de la comarca de Montes de Avión y Lalín para acompañar una memoria pequeña que pienso escribir sobre aquellos criaderos de filones de estaño, estimaría que al efecto me franquease V. una  alegrísima copia por medio de papel vegetal del cuadro siguiente: por el Norte desde Queireza por el Candán desde la Iglesia de Lodeiro, por el Sur desde el Suido a la Peña Corneira. En dicho cuadro me importa tener todos los arroyos que en él se encuentran, las Iglesias de Pesqueiras, Zobra, Girazga, Lobazán de Montes, Beariz, Couso de Avión, etc. los lugares de Sotelo de Montes, Condosa, Tras de Montes, las Santas, Moradas, Magros, Duada de Beariz, Taboaces, etc. y en lo posible la Loma de Testagio desde Las Santas hasta cerca de Zobra y últimamente un lugarcito de la Saborida que es la Parroquia de Ladeiro. No pido sino una cosa ligerísima copiada a medio el papel vegetal puesto sobre las muestras grabadas de la Carta Geométrica de Galicia, cuya copia puede formarse dese luego con la pluma de escribir en los apuntes y cartas de confianza. Si quisiera V. determinarse en señalar y apuntar las demás iglesias que corresponden a dicho cuadro no dejo de admirar también estos datos que acaso más adelante nos serán igualmente importantes puesto que los descubrimientos del estaño se extienden de año en año.

Recuerdo que en Ribadeo los suscriptores para su Carta de Galicia tanto la grande como la reducida y puramente física serán por lo menos: los tres Sres. De Torres, la casa Miranda Olmedilla, la de Agaiar, el Administrador de Rentas, el Administrador de Correos y últimamente este su afectísimo amigo y servidor q.s.m.b.

Guillermo Schulz

El dador, es uno de mis escuderos que podría traer de vuelta la copia que pido si no le es a V. molesto hacerla tan pronto, en otro caso también puede venir por correo cuando V. tenga lugar”.

El 9 de Noviembre de 1840 Guillermo Schulz desde Ribadeo escribe nuevamente a Fontán dándole las gracias por el regalo de la hoja 3ª y préstamo de la 8ª de la Carta Geométrica de Galicia, para satisfacer su petición.

“Mi muy estimado amigo. Con su grata del 4 recibí el regalo que V. me hace de la hoja de Ribadeo correspondiente a la Carta Geométrica de Galicia, ya la han visto varios amigos y todos quedaron sorprendidos del hermosísimo grabado así como de la exactitud de esta comarca, durante mi viaje a Asturias queda nuestro amigo Juan de Torres encargado de manifestar dicha hoja a cuantos la deseen ver y a mi vuelta de Oviedo haremos nuestras suscripciones. También recibí la hoja prestada de Los Partidos de Carballino y Chantada, la que devuelvo adjunta después de haber sacado copia de las comarcas de Montes y Avión como interesantes en materia de minas de estaño, las aldeas que faltan son pocas y teniendo yo algunos croquis de mis viajes por aquel país los puedo añadir con la suficiente exactitud para mi objeto que es un croquis geognóstico con escala exacta para acompañar mi informe sobre aquellas minas.

Doy a V. las más finas gracias por el regalo de la hoja de Ribadeo, que aprecio mucho, así como por el préstamo de la de El Carballino con el que hemos llenado completamente el objeto de mi petición.

No habiendo ocasión de retorno o viajeros para esa, antes de mi salida para Asturias, debo remitir la hoja prestada por el correo y esto lo haría de  buena gana franqueando el pliego, pero creyendo vaya más seguro por franqueo me reservo para otra ocasión oportuna reintegrar a V. del porte que es de mi cuenta.

En consideración a mi marcha disimulará V. que por hoy su afectísimo y agradecido amigo Q.S.M.B.

Guillermo Schulz.

Juan Torres fue un importante comerciante de Ribadeo y socio de Guillermo Schulz en una Fábrica de tejidos de lino  y algodón provista de un salto de agua que accionaba una turbina que con otros socios instalaron en Chavin de Vivero (Lugo) denominada “Basols y Compañía”.

La suscripción de la Carta Geométrica de Galicia a la que se refiere Schulz fue un proyecto que nunca se llevó a buen fin al igual que la publicación de la reducción de la Carta Geométrica al no dejar el Gobierno libre a disposición de Fontán  su comercial divulgación por estimarla de su propiedad.

Seguidamente recogemos el artículo publicado en la edición de Madrid de “La Nación”, Periódico Progresista Constitucional nº 847 del miércoles 21 de Enero de 1852 que como colofón viene a incidir en todo lo expuesto.

“Hemos tenido el gusto de ver otro nuevo obsequio hecho por el Gobierno Francés a nuestro compatriota y amigo Don Ramón de la Sagra, en premio a sus servicios y laboriosidad y le ha sido remitido por el Ministro de los Trabajos Públicos por conducto de la Embajada, rogándole que lo admita como un testimonio de la estimación particular que su mérito le inspira y de gratitud por los buenos oficios que su misión en Londres le ha proporcionado el favor de sus compatriotas. El regalo consiste en un ejemplar iluminado y los dos tomos de explicación de la interesante Carta Geométrica de La Francia, uno de los monumentos científicos más notables que posee aquel departamento como dice con justicia la carta de remisión del ministro.

Al examinar este magnífico trabajo, donde se haya indicada la parte del territorio español vecina al Pirineo, con las tintas representativas de las formaciones geológicas en él reconocidas por los ingenieros franceses en todo el espacio comprendido entre el paralelo 42 grados y las meridianas de Vitoria y Cabo de Creus, al reflexionar que más al medio día, es decir en todo el resto de la Península, no existe Carta alguna geológica, al paso que al Norte de la Francia, la Bélgica, la Alemania y la Inglaterra se hallan  tan bien estudiadas como gráficamente representadas, nos aflige un sentimiento bochornoso, por el atraso que en este y otros ramos científicos ofrece nuestra patria.

Esta melancólica reflexión  se nos aumenta sabiendo que hace años pudiera hallarse terminada si no la Carta Geológica de España, a lo menos su preliminar indispensable, la Carta Geográfica, se hubiese aprovechado la laboriosidad de otro de nuestros ilustrados compatriotas, tanto o más desdeñado hoy en día que el Sr. de la Sagra, aludimos al Sr. Don Domingo Fontán, cuyo mapa geográfico de Galicia espontáneamente emprendido por él solo, y terminado con muy cortos auxilios del gobierno, le daban un derecho incontestable para ser creído en la oferta que hiciera. Era su plan entonces unir la triangulación de su mapa de Galicia con la practicada en los Pirineos por los ingenieros franceses en 1820 aprovechando las posiciones determinadas astronómicamente por éstos, como la del Castillo de San Sebastián y otras, y cubrir después toda la zona de intermedia de la costa con una nueva triangulación que terminaría en el mapa de la región orográfica del resto de España.

Para la del mediodía, aprovecharía el Sr. Fontán los importantes trabajos de los comisarios franceses y españoles  emprendidos en 1808 con motivo de la prolongación de la meridiana de Francia hasta las Baleares. Restaba pues el centro de la Península, fácilmente de ligar con la triangulación, y en cuyo conjunto dando terminado el mapa geográfico general de España, de un modo uniforme y por los métodos que la ciencia recomienda.

Este luminoso proyecto fue explicado por su autor en una memoria que entregó al gobierno por los años de 1834 y que yace olvidada. Después el Sr. Fontán por premio de sus servicios, se ha visto desdeñado, separado de sus cátedras y declarado cesante, calificación que en buena  lógica equivale a de capacidad inaplicable, innecesaria o inútil para su patria.

Además, los auxilios que se decretaron para la terminación de su obra le fueron escatimados al punto de verse embarazado para el cumplimiento de grabado e impresión.

Reflexionando sobre el atraso en que hoy nos hallamos en ciencias y sus aplicaciones a la administración a la agricultura y a la industria a los trabajos públicos; cuando calculamos los esfuerzos que más tarde tendrá que hacer algún ministro ilustrado y celoso para realzar nuestra patria de la postración intelectual en que yace, y que al mismo tiempo vemos desdeñados calumniados y hasta perseguidos hombres del mérito de los Señores Fontán y de la Sagra, la pluma se nos cae de la mano, no sabiendo como calificar semejante conducta.

Para nosotros siempre fue incontestable que la cooperación de los talentos de todos los españoles realmente ilustrados, apenas será suficiente para hacernos marchar a un paso tan rápido cual es preciso para no permanecer atrasados y como perdidos en la carrera de la civilización. ¿Qué será si el gobierno desconociendo sus propios intereses y su alta misión, condena a la nulidad operarios tan idóneos como los nombrados!”.

A la Carta Geométrica de Galicia nunca se le reconoció un carácter oficial, pues tal reconocimiento evidenciaba la palmaria inoperancia de todos aquellos quienes como miembros de sus diferentes comisiones estaban llamados a levantar la Carta Geográfica de España desde sus iniciales proyectos:

1751 de Jorque Juan Santacilla (1713-1773) Método de levantar y dirigir el mapa o plano general de España recogido en Memorias sobre las observaciones astronómicas hechas por los navegantes españoles en distintos lugares del globo. Tomo I. Imprenta Real 1809, págs. 143-151.

1792 de José Espinosa Tello (1763-1815)

1795 de Dionisio Alcalá Galiano (1760-1805)

1808 de Felipe Bouza  Cañas (1764-1834)

1808 de José Rodríguez González (1770-1824)

1834 del propio Domingo Fontán Rodríguez (1788-1866)

Oficio del Instituto Geográfico. Archivo Fundación Domingo Fontán.

El Instituto Geográfico Nacional, creado a tal fin en 1870, concluyó el llamado Mapa Topográfico de España escala 1/50.000 en el año de 1968 que después redujo a escala 1/25.000.

El citado Instituto Geográfico Nacional declaró que la Carta Geométrica de Galicia “no puede tener aplicación a los trabajos de formación del Mapa Topográfico de España escala 1/50.000”.

 

 

César Camargo
Vicepresidente
Fundación Domingo Fotán
Marzo 2017